Mi mente esta en blanco últimamente, y mi riñón no esta soportando la soda y té que consumo a diario. (Admito que coloco canciones al azar porque me da la loquera de hacerlo.)
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El bosque era como un patio de juegos interminable para Roger. Cada árbol, gran piedra o arbusto con hongos era memorizado por el Gol, pero este seguía sorprendiéndose y admirando la cantidad de cosas nuevas que encuentra en lugares que creía ya haber explorado.
Le agradecía a su padre de haberle dado la libertad para ir por donde quiera cuando quiera, y se sentía orgulloso por la cantidad de confianza que depositaba el pelinegro mayor en el. Lo hacia sentirse un niño grande y responsable, aunque no lo era en ninguno de los sentidos.
Pero no podía evitar sentir una sensación de incomodidad y pena cuando se adentraba a las calles de barrios altos y veía a los niños ir detrás de sus padres con caras planas o fruncidas. Juraba ver una cadena alrededor del cuello de los menores, y un escalofrió recorría su espalda cada que lo recordaba.
No podía imaginar una vida con cadenas enlazadas a una persona que te controla en todo. Que no te permitiera salir a jugar, o que no te dejara recorrer el bosque, ¡O peor, imagina si no te dejara comer carne y solo esos arboles verdes y palos naranjos! No entendía como los niños, o "Nobles de papel" como los llamaba la abuela, podían vivir así.
Volviendo en si, Roger concentra sus pisadas y arrastra pesadamente la bolsa con dinero hacia su escondite en lo profundo del bosque, saludando a los animales que su padre había amenazado para que no se acercaran a el ¡Era tan genial y suave poder subir al lomo de un tigre!
Con una sonrisa tonta, el menor tropezó un poco y golpeo su frente con una rama. Un quejido leve hizo que los animales se voltearan a la distancia y se burlaban del huevo en la frente del pelinegro, quien les grito con mejillas sonrojadas.
-Animales estúpidos...-Murmuro para después seguir caminando y tarareando una canción que su padre le cantaba algunas noches para que durmiera mas rápido. Toda línea de pensamientos en su pequeña cabeza se detuvo cuando escucho un gruñido de dolor no muy lejos de el, lo que hizo que se pusiera en posición defensiva y dejara a un lado por el momento el tesoro para acercarse a la fuente del sonido.- ¡Quien esta ahí!-
Otro gruñido mas se escucho antes de que una pequeña piedra golpeara su frente y lo hiciera caer de trasero al suelo. En ese mismo instante después, una figura se abalanzo salvajemente sobre el e hizo que rodaran unos cuantos metros.- ¡Maldito!- Las ramas crujieron y los pájaros volaron lejos de donde estaban los dos cuerpos peleando entre si.
-¡¿Quién eres?! ¡Que haces acá?!-El niño desconocido prácticamente ladro sobre la cara de Roger, quien hizo una mueca ante la saliva salpicada en sus mejillas.- ¡Y no mientas si no quieres comer un puño!-
-¡No quiero comer tu puño, de seguro y sabe mal!- Roger movió su cabeza y logro darle un cabezazo, haciendo que el otro se quejara y cayera el suelo.- ¡Yo debería de preguntar que quien eres tu! ¡Llevo en este bosque toda mi vida!-
