La biblioteca de Hogwarts estaba envuelta en un silencio solemne mientras Draco y Elle se encontraban en un rincón apartado, susurrando en voz baja para no atraer la atención de Madame Pince, la estricta bibliotecaria. El ambiente estaba cargado de una mezcla de polvo antiguo y la energía latente de innumerables hechizos registrados en los tomos a su alrededor.
Elle pasó los dedos por el lomo de un libro encuadernado en cuero, marcando un pasaje que había llamado su atención. "Aquí está, Draco", susurró, con el corazón latiendo con fuerza, "un hechizo de vinculación ancestral. Dice que puede proteger nuestro amor de cualquier fuerza externa que intente separarnos."
Draco se inclinó sobre el libro, sus ojos recorriendo las palabras arcaicas escritas en latín. "Es peligroso", murmuró, sintiendo la gravedad de la magia que estaban a punto de invocar. "Pero si esto puede mantenernos juntos, vale la pena el riesgo."
Elle asintió, su determinación reflejada en sus ojos. "Estoy dispuesta a arriesgarlo todo por ti, Draco. Por nosotros."
Con cuidado, comenzaron a recitar el antiguo hechizo, sus voces unidas en una melodía rítmica que resonaba en el aire quieto de la biblioteca. La magia fluyó a través de ellos, una energía palpable que envolvía sus cuerpos y sus corazones. Con cada palabra pronunciada, sentían cómo sus almas se entrelazaban más estrechamente, creando un vínculo indestructible.
La luz de la luna se filtraba a través de los altos ventanales de la biblioteca, bañando a Draco y Elle en un resplandor plateado. Mientras continuaban el conjuro, una suave brisa comenzó a agitar las páginas de los libros cercanos, como si la misma magia que invocaban cobrara vida a su alrededor.
"Sentimos la magia", dijo Draco con voz temblorosa, "sentimos el poder. Es más fuerte de lo que imaginé."
Elle le apretó la mano, su mirada fija en los ojos de Draco. "Estamos haciendo lo correcto. Nuestro amor es verdadero y merece ser protegido."
Con un último susurro, pronunciaron las palabras finales del hechizo. Una ola de energía los envolvió, iluminando la biblioteca con una luz etérea que parecía emanar de sus propios corazones. Sintieron cómo el vínculo se sellaba, una conexión mágica que los unía de manera inquebrantable.
Cuando la luz se desvaneció y la calma volvió a la biblioteca, Draco y Elle se miraron, sabiendo que habían logrado algo extraordinario. "Lo hicimos", susurró Elle, una mezcla de alivio y emoción en su voz. "Estamos protegidos."
Draco la abrazó con fuerza, sintiendo una oleada de amor y gratitud. "Nada ni nadie podrá separarnos ahora, Elle. Estamos unidos por el poder de la magia y por la fuerza de nuestro amor."
Abrazados en la penumbra de la biblioteca, sintieron una oleada de alivio y esperanza inundar sus corazones. Sabían que su amor estaba sellado por el poder de la magia y que nada ni nadie podría separarlos.
"Draco", murmuró Elle, con la voz temblorosa, "¿qué haremos ahora? ¿Cómo afrontaremos a nuestras familias y a los demás?"
Draco la miró con una sonrisa decidida. "Ahora somos más fuertes que nunca, Elle. No importa lo que nos depare el futuro, lo enfrentaremos juntos. Debemos ser cuidadosos, pero también debemos ser valientes."
Elle asintió, sintiendo una nueva ola de determinación. "Tienes razón. Juntos, podemos superar cualquier cosa. Pero debemos mantener este vínculo en secreto, al menos por ahora."
Con cuidado, guardaron el libro y salieron de la biblioteca, sus manos entrelazadas. Mientras caminaban por los pasillos silenciosos de Hogwarts, se dieron cuenta de que su amor había trascendido las barreras del tiempo y del espacio, fortalecido por la magia antigua y por su propia fuerza de voluntad.
Y así, mientras la luna seguía su curso en el cielo nocturno y las estrellas brillaban con una intensidad renovada, Draco y Elle se prepararon para enfrentar los desafíos que les esperaban, sabiendo que su amor era un faro de luz en medio de la oscuridad.
