7| Final

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Dos días después

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Dos días después

Los muertos son cubiertos en frazadas florales. Los vivos prolongan la vida de otros y los que carecen de esa necesidad, no quieren vivir. El tiempo de rezar a los dioses se ha duplicado. Pero eso ya es paranoia de las aves.

Gulf no hace nada. Encerrado en su habitación durante horas. Sin comer ni beber agua. Ignorando a Graset que le preguntaba si quería ver a su madre. Pero Gulf se había quedado sin fuerzas. Pusó todo su corazón en su gente y ellos lo quebraron. Ya sabe lo que pasará cuando salga: lo mirarán como a un 'fénomeno'. Lo mirarán como siempre han mirado a todo lo que detestan. Rezan a lo diferente, pero también detestan lo diferente. No había manera de entenderlos (ni satisfacerlos). -Iré a ver a tu madre. Lamento que las cosas tengan que ser así, hijo. Te daré espacio, pero sal cuando puedas. - Lo siente cerrar los ojos y maldecirse por no saber qué decir. Al menos lo intenta, aunque no sea el mejor.

-Yo también, papá. - Gulf susurra y lo escucha irse. Tiene la boca deshidratada, el cuerpo entumecido y los ojos exhaustos. Solo puede pensar en su mamá cayendo, en Mew abrazándolo y en el rechazo de todos.

Los salvó, pero, ¿a qué costó?

-Gulf. - Mew llama desde la ventana. Gulf mira y ahí hay un buñuelo junto a un vaso de agua, pero él no está. Estos dos días él sólo deja cosas y se va. Sabiendo que Gulf no lo come hasta el anochecer. Con pocas fuerzas, gatea hasta el borde de la ventana, tumbando el vaso de agua, y al asomarse, ve a su persona favorita desaparecer entre los árboles. Aún después de la advertencia, él lo sigue cuidando.

Gulf llora hasta escudarse del mundo, encogiendo el cuerpo. Se muerde los nudillos para gritar en ellos, sin que el sonido abandone su habitación.

...

Graset mira el cuerpo de su esposa. Acaricia las flores que adornan su cuerpo y crea un espacio entre ellas, para volver a ver su pacífico rostro. Los ojos se le cristalizan una vez más. -Gracias por todo, Nelfa. Desearía poder ser como tú... No puedo guiar a nuestro hijo solo. Siento que enloquezco sin ti.

Él besa su frente y vuelve a unir las flores. El golpe de una roca en su espalda lo distrae y él mira atrás. Ve a Rionfa entre los arbustos, dejando caer las demás rocas reunidas en la palma de su mano. Él le ofrece una sonrisa amistosa mientras que Graset traga grueso. Aclara la garganta entonces, se introduce a la arboleda.

-No puedes estar aquí. - Graset gruñe.

-Lo sé, lo tengo claro. Pero quería ver como estabas y disculparme por la muerte de Nelfa.

-No te disculpes por algo que no sientes.

-Aún lo recuerdas.

-Cuando querías que ella no estuviera deseaste que muriera.

-Era joven. Esta vez sí lo siento. De verdad. ¿Cómo está Gulf?

-Me tiene preocupado. No habla, no come y no sale. Sé que necesita tiempo, pero a este ritmo... Nelfa sabría qué hacer.

El Pájaro y El León• MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora