Capítulo 1

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Becky lamía sus patitas y de vez en cuando se estiraba, ese día se sentía realmente mal, pues era una gata omega en celo, por lo que a veces soltaba maullidos adoloridos, encerrada en una habitación no había mucho que hacer, la razón de su encierro se debía a que su forma de actuar asustaba a la bebé de la casa.

¡No era su culpa que ella llorara cuando intentaba rasguñarla!

Los bebés humanos eran verdaderamente inútiles y débiles a su parecer.

Molesta rasguñaba el cojín que su humana le había dado para descargar su rabia, sus dueñas eran buenas personas, casi cómo sus esclavos, las quería mucho, pero el día de hoy no estaba en sus cávales y era una pequeña máquina de odio, ellas no entendían del todo su odio, pues no sabían que ella tuviera una época de celo.

- La vida de gato no es fácil, no no. - Maullaba rabiosa, pasando sus garras con fuerza sobre el cojín sacando todo su relleno.

Si tan solo ese cojín fuera una rata, podía ser mucho mejor.

- Y que lo digas. - Una voz ajena la hizo exaltarse y dar un enorme brinco, como los gatos de los videos, dónde les colocabas un pepino detrás y se espantaban.

De inmediato recobró la compostura, demasiado atenta ante la intrusa.

- ¡Meow! ¿Quién eres cosa del demonio? - Preguntó amenazante, crispándose en ese momento, ¿Quién se creía que era para estar en su territorio?

- Soy Freen, o así me nombro bebé Tee - La gata comenzó a lamer sus patas traseras sin importarle la presencia de la otra - Un dulce aroma me trajo y entré por la ventana, entonces... ¿Vamos a aparearnos o qué? Estas muy bonita, nuestras crías serian hermosas.

¿Becky estaba escuchando bien? Esta pulgosa invadía su precioso hogar y en sima quería desvirgarla, ¿Quién se creía? Seguro mami Irin le conseguiría un fino gato con el cual aparearse, no esa que estaba enfrente lamiéndose las bolas.

- Quién te crees gata pulgosa? Fuera de mi hogar - Dijo con la rabia llenando su ser.

Estos gatos de hoy en día.

- No mami Nam se encargara de bañarme cada semana, no tengo ni una pulga - Dijo orgullosa - Gatita linda, te conviene aparearte conmigo tengo una familia estable y soy líder de una brigada de palomas les brindo protección a cambio de muchas cosas, ¿No es genial?

- ¡No! - exclama la gatita blanca con algunas manchitas amarillas que llenaba su peludo cuerpecito.

- ¿Qué tengo que hacer para que me dejas estar contigo? - Pregunta la gata negra, un poco de desespero cargaba su voz, ella quería mucho eso.

Becky bufó caminando lejos de ella convirtiéndose en humano, si esa gata no se salía ella lo sacaría, así que se acerco para poder tomarla en sus brazos, su plan era tan simple como tirarla por la ventana seguramente caería en sus cuatro para como era costumbre.

 Pero no conto con una cosa, se sintió tan estúpida por no haberlo contemplado.

Aquella gatita también era un hibrido y había tomado su forma humana también y ¡Meow! Que humano, la hizo soltar un ronroneo y sus orejitas sobre su cabeza se movían,

- ¿Te gusta lo que ves, gatita linda? - y se sonrojó, no es muy normal ver a una tipa desnuda y además esta buena delante de ti - Vamos gatita, te he visto veces jugar en tu patio y no eres así de odiosa, ¿Por qué me tratas así?

Su sonrojo no disminuía, solo se sentía cada vez más apenada de la situación.

- Es el celo- Contesta apenada, en su lado humano era un poquito menos segada que en el gatuno.

Mininas | FreenbeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora