Capítulo 3

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Ella no podía abandonar a Becky luego de lo que había oído, suspiro un poco nerviosa entonces movió a la gatita dormida en la camilla con fines de despertarla, necesitaban hablar, y si todo resultaba ser una mentira y quedaba como una tonta, se encargaría de que Nam no le gastara ni una broma más.

- ¿Qué quieres bruja?

Tragó saliva, un poco desconfiada por las palabras que estaba a punto de soltar.

- Becky, se toda la verdad sobre ti, Nam acaba de explicarme. Déjame conocerte en tu forma humana, necesitamos hablar.

Becky sorprendida paseó su mirada por la habitación encontrándose con la cálida mirada de Nam y la feliz  de Freen que movía su colita con felicidad, ella se miraba bastante confiada.

¿Estaría bien? Esa veterinaria ya lo sabia con certeza, pues era quien cuidaba de Freen, pero no podía evitar sentirse nerviosa, ser hibrido implicaba tener una vida secreta, pero mirando hacia la desesperación en los brillosos ojos de Irin sintió confianza, ella la amaba. ¿No es así?

Así que sin más lo hizo.

Irin ahogo un grito al verla, una cosa era creer que podía ser verdad y otra ver que definitivamente es verdad, era algo que jamás en su vida se espero ver, pero entre tantos pensamientos su cara se sonrojó al observar que estaba desnuda y un bultito se formaba sobre su vientre.

- Hola - Dijo la gata sin saber que más decir, ¿Qué se supone que dices cuando tu dueño descubre que no eres un gato del todo normal?

- Hola Becky - Saludó Nam, bastante familiarizada con aquella situación - Creo que tu e Irin se deben una conversación.

Becky volvió su mirada hacia el humano que cuida de ella todo ese tiempo, ella todavía estaba bastante sorprendida, segura que sin saber que decir aclaró su garganta algo debía decirle.

- Baby espero que me sigas queriendo en tu casa, perdóname por rasgar tus muebles y las veces que rasguñe a Kate, pero debes admitir que tu cría es muy llorona, ha y perdóname por comerme tus galletitas la otra vez.

- ¿Fuiste tu? ¡castigue a Noey por dos semanas por eso!

- Ups - Dijo - Puedes preguntarme lo que sea, ahora te lo debo.

Irin asintió, la verdad tenia tantas preguntas, pero no sabia que debía preguntar en ese instante.

- ¿Cuántos años tienes?

- Hmm... humanamente hablando como unos 17.

Irin asintió lentamente, acomodando a la niña en sus brazos de una forma diferente, pues ya estaba dormida completamente, Becky también era una niña para ela, pero estando en su forma gatuna era toda una adulta.

La situación seguía causándole algunos escalofríos, enserio que hubiera querido no tener al bebé en sus brazos para poder desmayarse con tranquilidad.

- ¿Quién es el padre de tus crías? - Pregunta con bastante curiosidad. ¿ Cómo había salido preñada estando en casa?

- Oh, es Freen, ella entro por la ventana cuando estaba en celo - Señalo a la gata sobre las piernas de Nam.

Ub, claro, ¿Cómo no había pensado en eso? Cada vez que Becky actuaba de forma extraña solo era su celo atacándola, la hacia recordar las varias veces que se había encontrado con muchos gatos fuera de su casa, todo ese tiempo solo pensó que le gustaba mucho a estos animalitos.

- ¿Seré abuela? - Pregunta Nam sorprendida - Freen no me dijo nada.

- Entonces eran ustedes las de los ruidos raros, le dije a Noey que si oía algo extraño - Respondió este, juntando por fin muchas de las piezas sueltas en ese extraño caso.

- Eh, si , perdón, pero los gatos somos ruidosos - Se encogió de hombros.

Bien, era una nueva etapa para los gatitos y una para Irin que aun intentaba asimilar todo lo que estaba sucediendo.

Recordaba el momento que Becky llego a sus vidas, cuando ella y Noey habían perdido las esperanzas de tener un bebe, algo parecía andar mal con ella pues no podía concebir, fue cuando Noey apareció con una pequeña Becky media ciega, pues aun era muy pequeña, Becky era la cría de una gatita que Noey cuidaba en su trabajo que desapareció misteriosamente luego de que Becky nació dejando a la gatita a su suerte y ahora que lo analizaba, luego de lo que Nam comento, lo más probable es que por ser híbridos la madre de Becky estuvo en peligro.

No podía dejar a Becky de lado, ahora menos que nunca.

- Becky, sabes que igualmente estarás conmigo, ¿cierto?

- ¿Sí?- Pregunta feliz e Irin asintió - Gracias Irin, en serio pensé que me ibas a echar de casa.

La chica sonrió recibiendo el brazo que aquel hibrido le daba con mucha emoción y verdadero cariño.

Becky asintió separándose de ella para limpiar las propias lagrimas que había salido sin ningún permiso, a través de su vista cristalizada, vio a la gatita curiosa mirándola moviendo su cola con algo de desespero.

Volvió a su forma animal, la bata callo encima cubriendo su estructura, salió debajo de esta. Freen saltó de las piernas de Nam, preparada para la conversación que se debían.

- ¿Has oído todo eso? - Preguntó Becky, aunque era más que obvio que lo había hecho.

- Seremos madre - afirmó Freen estando a su lado.

- Si Freen, seremos madre - respondió Becky acurrucándose contra ella, dándoles una linda imagen a los humanos.

El corazón de Freen se lleno de calidez, aunque ya lo había escuchado, que su gatita se esté dirigiendo a ella se sentía mucho mejor.

- ¿Cuántos son? - Pregunto lamiendo la cabecita de Becky, haciéndola ronronear.

- Mmh, tres.

- ¿Será Paquito, Juanita y Federico?

Becky levantó su cabeza al escuchar al escucharla, deteniendo el acicalamiento de la otra.

- Así no se van a llamar, por Dios.

Freen no discutiría sobre eso, al menos no en ese preciso momento especial.

- Creo que ahora seremos una familia - Hablo Nam hacia Irin la cual asintió abrazando a su bebe.

- Eso creo -  Rio un poco.

Las gatitas maullaban entregándose sus caricias gatunas y los humanos sonreían mirando a la nueva familia que empezaba a formarse.

Mininas | FreenbeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora