Club

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Al final de la clase, Félix y Kagami recogieron sus cosas y se dirigieron hacia el club de esgrima. La sala de práctica estaba llena de estudiantes, algunos ajustando sus máscaras y otros estirando para prepararse para la sesión. Félix y Kagami se colocaron sus equipos.

Sensei: -Bien, equipo, hoy vamos a trabajar en técnicas avanzadas de ataque y defensa. ¡Comiencen!-

Félix ajustó su máscara, notando la emoción en los ojos de Kagami a través de la rejilla metálica. Félix se ríe levantando su espada en un saludo.

Félix: -Lista para la acción, ¿eh?-

Kagami sonrió, respondiendo el saludo con su espada.

Kagami: -Siempre. ¿Estás listo para perder de nuevo?-

Félix: -¿Quién dijo que iba a perder? Prepárate, mi Reina, hoy será diferente-

Kagami y Félix tomaron sus posiciones en la pista de esgrima, ambos con una mezcla de concentración y entusiasmo. Los otros miembros del club también comenzaron a moverse, formando parejas y comenzando sus propios duelos de práctica. El Sensei observó a cada uno de los estudiantes, ofreciendo consejos y correcciones cuando era necesario.

Félix y Kagami se lanzaron uno contra el otro con rapidez y precisión, sus espadas chocando en un intercambio rápido y fluido de golpes y contraataques. Cada movimiento era cuidadosamente calculado, reflejando no solo su habilidad individual sino también su capacidad para trabajar juntos como un equipo coordinado.

*

Félix y Kagami se tomaron un breve descanso, recuperando el aliento y refrescándose antes de continuar. Félix se acercó a Kagami con una sonrisa juguetona.

Félix: -Eso estuvo muy cerca. Tu defensa es impresionante, pero no te dejaré ganar tan fácilmente-

Kagami rió suavemente, ajustando su máscara.

Kagami: -No subestimes mi determinación, Félix. Estoy lista para cualquier cosa que traigas-

Félix: -¡Bien dicho, mi Reina! Entonces, vamos a mostrarles cómo se hace-

Volviendo a la pista, Félix y Kagami reiniciaron su duelo, mostrando técnicas avanzadas de ataque y defensa. Su habilidad y coordinación eran evidentes para todos los presentes, inspirando a los otros estudiantes a mejorar sus propias habilidades.

Al final de la sesión, Félix y Kagami recogen sus cosas, satisfechos con su práctica. Kagami recogió su bolso, mirando a Félix con una sonrisa radiante.

Kagami: -Eso estuvo genial, Félix. Tu técnica ha mejorado mucho últimamente. Pero te falta mucho para superarme-

Félix levantó una ceja con una sonrisa burlona, jugando con Kagami, mientras se quitaba la máscara.

Félix: -Oh, eso es lo que dices ahora, pero aún tengo algunos trucos bajo la manga-

Kagami: (Cerrando su bolso) -Espero que esos trucos no sean sonrojarme cada vez que puedas-

Félix guardo su espada y levantó las manos en rendición.

Félix: -Esta bien. Siempre tienes la ventaja. Pero, ¿sabes qué? No me importa perder si eso significa verte sonreír así de radiante al final de cada práctica-

Kagami se ruborizó levemente ante el cumplido de Félix, pero su sonrisa no disminuyó.

Kagami: -¿Lo ves? Siempre me haces sonrojar. Eres demasiado dulce conmigo Félix-

Félix sonrió con ternura, disfrutando de la reacción de Kagami.

Félix: -Bueno, es fácil decirte ese tipo de cosas cuando me inspiras a ser mejor en todo lo que hago. Eres mi motivación, Kagami-

Kagami se acercó y le dio un ligero golpecito juguetón en el hombro de su novio.

Kagami: -¡Oh, por favor! No empieces a halagarme de nuevo-

Félix rió suavemente, disfrutando del momento juguetón con Kagami.

Félix: -¿Quién, yo? Halagarte, nunca. Solo estoy diciendo la verdad, mi Reina-

Kagami rodó los ojos con una sonrisa, divertida por la respuesta de Félix.

Kagami: -Claro, claro. Pero, admito que tus halagos siempre me hacen sonreír-

Félix: -Bueno, al menos sé que funcionan. Además, siempre es bueno hacerte sonreír-

Kagami rió suavemente, apreciando la sinceridad de Félix.

Kagami: -Y tú siempre lo consigues, Félix. Eres increíblemente dulce conmigo-

Félix le guiñó un ojo juguetonamente.

Félix: -Solo estoy devolviendo el favor. Después de todo, ¿quién más podría hacerme sonreír como tú?-

Kagami asintió, feliz de estar con él. Tomados de la mano y con una sonrisa en sus rostros, Félix y Kagami salieron del club de esgrima. Caminaron juntos por los pasillos de la escuela, disfrutando de la compañía del otro después de un día de práctica intensa. Félix miró a Kagami con cariño mientras seguían su camino hacia la salida.

Los tres Sentis-seresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora