Capítulo 15

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La mañana siguiente trajo una mezcla de determinación y nerviosismo al grupo. La información que habían recuperado del escondite de la Orden del Sol Naciente les había dado una ventaja crucial, pero también había aumentado el riesgo. Ahora, más que nunca, debían ser cuidadosos y estratégicos.

**Camila** y **Lauren** despertaron temprano, preparándose para un día lleno de acción. Sabían que no podían permitirse errores; cada paso debía ser calculado y preciso.

—Hoy es el día —dijo Camila mientras se vestía. —Vamos a desmantelar las últimas células de la Orden.

Lauren asintió, ajustando su chaqueta. —Sí, y tenemos que estar listos para cualquier cosa. No sabemos cómo reaccionarán.

Bajaron al salón donde el resto del grupo ya estaba reunido. **Normani**, **Chris**, **Taylor**, **Dinah**, **Ally**, y **Verónica** estaban alrededor de la mesa, revisando mapas y documentos.

—Buenos días —dijo Normani, levantando la vista. —Estamos listos para irnos.

Chris, siempre el pragmático, señaló varios puntos en el mapa. —Hemos identificado las ubicaciones principales que debemos atacar hoy. Tenemos que movernos rápido y coordinados.

Dinah sonrió con determinación. —Vamos a patear algunos traseros. Estoy lista.

Verónica, mirando los documentos, añadió: —Recuerden, esta gente es peligrosa. No subestimen su capacidad de reacción.

Camila y Lauren intercambiaron una mirada de apoyo antes de que el grupo se dividiera en equipos y saliera a sus respectivas misiones. La tensión en el aire era palpable, pero también había una sensación de esperanza y propósito.

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Camila, Lauren, y Verónica se dirigieron a un antiguo edificio industrial en el extremo norte de la ciudad, uno de los principales escondites de la Orden según los documentos recuperados. Cuando llegaron, la estructura imponente se alzaba frente a ellas, su fachada cubierta de grafitis y ventanas rotas.

—Este es el lugar —dijo Verónica, revisando una vez más la información. —Tengan cuidado. Puede haber guardias.

Camila asintió, tomando la delantera. —Vamos, no tenemos tiempo que perder.

Entraron con cautela, moviéndose entre las sombras mientras avanzaban por los pasillos oscuros. El interior del edificio estaba lleno de cajas y equipos abandonados, creando un laberinto de obstáculos.

De repente, escucharon voces acercándose. Se ocultaron detrás de unas cajas, observando mientras un grupo de hombres armados pasaba cerca.

—Tenemos que movernos rápido —susurró Lauren. —No podemos dejar que nos descubran.

Esperaron a que los guardias pasaran antes de continuar. Llegaron a una gran sala en el centro del edificio, donde encontraron a varios miembros de la Orden reunidos alrededor de una mesa, discutiendo sus próximos pasos.

Camila señaló a los demás y se movieron con sigilo, rodeando la sala. Verónica, con su experiencia en infiltración, se adelantó para desactivar cualquier alarma que pudiera alertar a los guardias.

Cuando estuvieron en posición, Camila dio la señal y atacaron. La pelea fue rápida y eficiente, gracias a su entrenamiento y coordinación. En cuestión de minutos, los miembros de la Orden estaban neutralizados.

Lauren revisó los documentos en la mesa mientras Camila y Verónica aseguraban el área. —Encontré más nombres y ubicaciones. Esto nos ayudará a desmantelar completamente la red.

Camila sonrió, sintiendo una oleada de alivio. —Lo estamos logrando. Poco a poco, estamos ganando.

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Mientras tanto, en otro punto de la ciudad, **Normani**, **Chris**, y **Taylor** estaban encargados de desmantelar un laboratorio secreto de la Orden. El lugar estaba escondido en un viejo almacén, protegido por un grupo de mercenarios bien entrenados.

—Este es uno de los lugares más importantes para la Orden —dijo Taylor mientras revisaban la entrada. —No podemos permitir que sigan operando aquí.

Normani asintió, su rostro serio. —Vamos a entrar y acabar con esto.

Se movieron rápidamente, utilizando tácticas de distracción para confundir a los guardias. Chris, con su habilidad táctica, lideró el asalto, asegurándose de que cada movimiento estuviera perfectamente sincronizado.

Entraron en el laboratorio y se encontraron con un grupo de científicos trabajando frenéticamente. Al verse descubiertos, intentaron resistir, pero el equipo de Normani fue implacable.

En cuestión de minutos, el laboratorio estaba bajo su control. Taylor revisó las instalaciones, asegurándose de que todo estuviera seguro.

—Esto es un golpe importante para la Orden —dijo Chris, observando el lugar. —Sin este laboratorio, pierden una gran parte de su capacidad operativa.

Normani asintió, satisfecha. —Estamos cada vez más cerca. Vamos a seguir adelante.

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En otro punto de la ciudad, **Dinah**, **Ally**, y **Sofía** trabajaban en la desarticulación de una red de comunicación de la Orden. El lugar estaba escondido en un edificio de oficinas aparentemente inofensivo.

—Este es el centro de sus comunicaciones —dijo Ally mientras se acercaban al edificio. —Si lo desmantelamos, cortamos su capacidad de coordinación.

Dinah sonrió, su entusiasmo evidente. —Vamos a hacerlo. No podemos dejar que sigan operando.

Entraron al edificio y se dirigieron al piso superior, donde encontraron una sala llena de equipos de comunicación y varios operadores trabajando. La sorpresa fue su mayor ventaja, y en pocos minutos, el equipo había neutralizado a los operadores y desactivado los sistemas.

—Esto es un gran golpe para ellos —dijo Sofía, observando los equipos desactivados. —Sin comunicaciones, estarán completamente desorganizados.

Dinah asintió, su sonrisa aún más amplia. —Lo estamos logrando. Un paso más cerca de la victoria.

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De regreso en el apartamento, el grupo se reunió para compartir sus éxitos y planificar los siguientes pasos. Habían logrado desmantelar varios puntos críticos de la Orden, debilitando significativamente su capacidad operativa.

—Hoy fue un gran día —dijo Taylor, mirando a su alrededor con orgullo. —Estamos más cerca que nunca de acabar con la Orden.

Normani asintió, su voz llena de determinación. —Tenemos que mantener la presión. No podemos permitir que se recuperen.

Camila y Lauren, agotadas pero satisfechas, se sentaron juntas, sintiendo una sensación de logro.

—Lo estamos haciendo, Lauren —dijo Camila, tomando la mano de Lauren. —Estamos realmente haciendo una diferencia.

Lauren sonrió, apretando suavemente la mano de Camila. —Sí, y no podría haberlo hecho sin ti.

Se abrazaron, sintiendo que, aunque el camino aún era largo, estaban más fuertes y unidos que nunca. La lucha contra la Orden del Sol Naciente estaba llegando a su fin, y sabían que, mientras estuvieran juntos, podrían superar cualquier obstáculo.

La noche avanzó, y mientras la ciudad dormía, el grupo continuó planificando y preparando los siguientes pasos. Cada uno de ellos sabía que la lucha aún no había terminado, pero con cada victoria, sentían que la luz al final del túnel se hacía cada vez más brillante.

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Lazos del Destino (Camren) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora