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  — tu energía sigue siendo débil. — habló mutō de forma pacífica aquella tarde, esquivando ágilmente los golpes y patadas de haruchiyo, quien ya se hallaba agitado, el cubrebocas impedía su respiración de forma correcta, lo cual retrasaba sus movimientos. — neutraliza la que tienes y aprende a trasmutarla a tu arma, que senju te dé la que te ha absorbido no es un proceso rápido, confórmate con lo que tienes, sanzu. — si bien haruchiyo era enclenque físicamente, tenía fuerza con las armas, pero se concentraba de más en senju, en tranquilizar su mente, y esa concentración masiva en no descontrolarse, era lo que le impedía... — estás muerto. — prestar atención a la pelea cuerpo a cuerpo.

  — ¡ouch! — se quejó el menor, tirado en el césped, siendo acorralado por el cuerpo de yasuhiro a horcajadas encima de él, sus piernas aprisionaban las del menor, con una mano sujetaba sus dos muñecas por sobre su cabeza, y con su mano restante, tomaba con fuerza sus mejillas, obligándolo a verlo a los ojos, sus pálidas mejillas debido al ejercicio físico estaban sonrojadas, y sus ojos llorosos por el severo golpe que se dió. — m-me duele, senpai. — habló con su voz apachurrada.

yasuhiro se levantó y le tendió la mano al menor, insatisfecho con las distracciones de haruchiyo, pues no era complicado enseñarle verbalmente, era difícil hacerlo físicamente, con su mano tendida tratando de ayudarle a levantarse, el menor cedió. pero no contó en como el chiquillo tomó vuelo al tomar su brazo, saltando con agilidad sobre su cuerpo con aquella rapidez que lo caracterizaba, y pateando su espalda aún durante su salto; tirándolo de boca al suelo, con aquel mocoso arriba de su espalda, vió por la vista periférica los rombos de los labios del mejor sonreír luego de retirar el cubrebocas, y la suave voz de haruchiyo habló a su oído. había dado prácticamente un salto y voltereta perfectos, sobrepasando efectivamente su cuerpo alto y musculoso.

  — está muerto, senpai. — oyó la voz de su menor rozar su oreja, en un susurro que parecía acariciarlo, haru rió de forma dulce, levantándose de su lugar.

mutō se levantó del césped y sacudió su ropa de entrenamiento, pues era un sábado, no había clases, por lo tanto; eran las mejores oportunidades para entrenar.

  — ¿podemos usar mi palito de bambú?

  — ¡aleja esa cosa de mí, mocoso!

de la nada, como si se materializara de forma aleatoria, la aparición del profesor sano hizo presencia, aplaudiendo orgulloso de ver a sus dos "retoños".

  — ¡son increíbles! — los dos alumnos dieron un saltito en su lugar cuando oyeron el halago de la voz de su profesor, cuando prestaron atención, tras el rubio cenizo, caminaba el profesor ryuguji, con una leve sonrisa que transmitía la misma felicidad que emanaba manjiro. — ¡sabía que era buena idea, te lo dije, te lo dije! — bailó el más bajito al rededor de su compañero, quien suspiró acostumbrado a la actitud de su acompañante.

yasuhiro sentía una vena sobresalir de su frente, sanzu bailaba junto al profesor, pero al rededor de mutō, daba gracia la escena cuando pensabas que parecía una extraña clase de ritual de apareamiento.

  — ¡es hora del desayuno, niños! ¡vayan! — volvió a celebrar manjiro, no había ni acabado la orden, cuando desapareció haruchiyo de su vista, volando con dirección a su desayuno, antes de que las bestias de baji keisuke y nahoya kawata lo dejaran sin comida. mutō suspiro acostumbrado a la actitud del albino, y simplemente hizo lo que cualquier amigo haría.

regañarlo por correr sin cuidado, e ir detrás de él.

  — oi, kenchin... — habló el profesor de cabellera ceniza, un pequeño "hm" se oyó, dándole paso a seguir su oración. — ¿tú también percibes su energía homosexual?

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⏰ Última actualización: May 26 ⏰

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clase especial ;; musanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora