A partir del regreso de Luzbel, una de las barreras que había entre ellos, desapareció. Los besos se han ido haciendo casa vez más presentes, como saludo o despedida, o simplemente en cualquier momento que comparten.
No mentiría, aunque ya no es como al principio, sigue estando presente el miedo que siente de que los descubran.
A su parecer no hay problema besarlo, el verdadero problema surgiría si pasará algo más entre ellos, algo que duda que pase y que al pensarlo por primera primera y única vez, lo hizo sentir tan avergonzado y sonrojado.
Tal como lo habían hablado, Luzbel se presentó más de una vez en la casa de Alastor, con el propósito de visitar a su madre y conversar un poco.
Conforme pasan los días, la preocupación en ambos se ha presentado, cada vez ven a la mujer más débil.
Hay días en los que luce muy sana y otros en los que no tanto, afortunadamente en esta ocasión sí. Acabaron de comer y ella decidió irse a tomar una siesta.
—¿Te incomoda mantener tus alas escondidas? —cuestionó después de un rato de charla y en los que sus alas estuvieron fuera.
—Para nada, pero me gusta más tenerlas así.
Alastor acortó la distancia entre ambos, colocándose en medio de Luzbel quien se encuentra sentado en la orilla de la cama y agachándose, recargo su frente con la de él. El ángel sonrió tímidamente mientras sostiene con sus manos su rostro.
Se enderezó en su lugar y con el rostro de Alastor en sus manos, lo bajo un poco más para poder disfrutar de sus suaves labios contra los suyos. La tranquilidad qué los rodea estando juntos, es bastante placentera.
Puede estar completamente seguro de sus sentimientos hacia Alastor, cuanto lo ama. Al principio no podía definir lo que siente al ser la primer vez, hasta que hablo con su amiga y ella explico todo lo que siente estando con su pareja. Luzbel siente eso y más con el humano.
Por otro lado, Alastor igual tiene la certeza de estar enamorado de él, un ángel, irónico considerando lo que hace, ¿verdad?
Luzbel no es el único que tiene miedo, el mismo Alastor lo siente, aunque no lo diga. Les preocupan las consecuencias qué pueda surgir y sin embargo, no tienen la mínima intensión de alejarse.
Justo son estos momentos juntos y besándose en los que no importa lo que pueda pasar mientras estén juntos, disfrutando de la compañía del otro.
Alastor comenzó a buscar más cercanía, a sentir querer algo más, lo cual es un poco confuso.
Sus manos colocadas en los hombros de él empezaron a descender por su espalda y tras rozar las plumas, el humano dio un ligero apretón que lo tomo por completa sorpresa, pero él no fue el único sorprendido.
El beso se rompió tanto por la distancia creada entre sus labios, como por el repentino quejido que soltó Luzbel, pero no fue uno de dolor, al contrario, parecía disfrutarlo especialmente porque vio su sonrojo.
—Alastor, no hagas eso.
—¿Te refieres a esto? —dio suaves caricias en sus alas internas, justo donde ellas y su espalda se unen.
—N-no lo hagas —se tapo la boca al escuchar los sonidos que salieron de él.
—¿Por qué no? Pareces disfrutarlo.
—Se siente extraño —susurró viéndolo a los ojos.
Alastor haciendo caso omiso, continuó realizando las caricias, complacido por escuchar lo poco que permite el ángel, y verlo removerse, pareciendo querer detenerlo y al mismo tiempo no.
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Can you feel it? [Appleradio / Radioapple]
FanfictionSiempre afirmó que el cielo y el infierno solo eran un invento de las personas de alto nivel para controlar a las masas. Pudo haber continuado con ese pensamiento hasta su muerte, pero entonces conoció al ángel más hermoso. ____________ ©️ Fanart d...