Me había levantado de prisa, esos días que si el reloj se retrasa y no me da el tiempo para preparar el café, por cábala siento que es mala señal para arrancar y no será precisamente el día.
Pero lo tenía a él todo el tiempo en mi mente, pensando que lo cruzaría a mi vecino a la misma hora para esperar el autobús, sólo en él podía pensar. Tardaba tanto tiempo en arreglarme por si lo veía, que si lo destinaba y optimizaba el tiempo para levantarme, seguro llegaba a tiempo al trabajo.
Nunca habíamos intercambiado un "Hola, buen día", por lo que pensé que nunca tendría ninguna chance con él. Yo asumía que por vergüenza propia y por él la falta de interés, se daba así. Así que yo solamente me ilusionaba viéndolo por la ventana pasar o escuchar su voz a lo lejos ya que sólo nos dividía un patio lindero, de muros altos pero finos, cuando estaba podía escucharlo y era una tortura para mí.
Pero una mañana me hablo y dado que perdimos el autobús ambos, - me dice él: "hoy no es mi día"... A lo que yo le respondí: " exactamente eso mismo pensé hoy desde que levanté tarde y ni la máquina de café no me funcionó, ¡que casualidad!" - exclamé, "Parece que no es el día para ninguno de los dos" - concluyó. _ ¿ pero por qué casualidad dices, crees que todo esto es parte de un plan? , enseguida vino a mi mente la canción de Taylor Swift "Mastermind" - quedé pausada pensando que podía decirle, sin ser demasiada obvia. - Bueno es que a veces suceden estos hechos de sincronizadad que se presentan sin ninguna explicación, y yo si creo en eso, que cada una de las cosas es por algo, pequeñas piezas de puzzle,pequeñas huellas en la arena, que pintan todo el lienzo y hacen un todo - le respondo.
A lo que aprovecho a preguntarle: - ¿crees en el destino? - "¡no!, yo no creo en un destino marcado como tal, como si cada una de las cosas que suceden en el día a día, estuviesen diseñadas por el capricho de algún Dios o algún bufón de turno, sería muy frustrante que mí día a día fuera digitado previamente al despertar y levantarme de la cama, creo en las elecciones libres, en las decisiones que tomamos, esas de las más absurdas, que van desde el minuto en el que elegimos arrancar la mañana con un jugo o un café, eligiendo tomar el recorrido habitual o tal vez optar por doblar en una calle u otra para llegar, mis decisiones van dando forma y me conducen a un destino que aún no fue escrito - responde él, ... ella baja su mirada, y se sucede un silencio de ambas partes, pero antes de finalizar la charla por completo él le dice: - " pero sí creo en cada paso que di, porque cada uno nos trajo aquí, yo no sé si existe el destino, si estan predestinada ciertas cosas, sólo tengo certeza en mi recorrido hasta éste día, hasta éste preciso momento, por lo que creo en cada uno de esos pasos que di, con los aciertos y errores, porque me trajeron hasta aquí, y no hay otro lugar dónde quisiera estar, debo ser el más afortunado de los mortales para que me hayas notado y estés en éste preciso instante tan sólo ante mí y aquí, prestandome tu atención, viéndome y escuchandome". Sonrojada lo miré y fue un alivio que justo llegará mi autobús, lo saludo y le dije hasta pronto deseando que fuera enserio un hasta pronto.
Pero antes de marcharme conté cada estrella en su mirada para asegurarme que iba por el camino correcto para llegar a casa.
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