Violeta
Supongo que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Eso me pasó a mi hace exactamente un año, donde mi vida dio un giro de 360 grados cuando una llamada me despertó a las dos de la madrugada diciendo que mis padres habían tenido un accidente de tráfico y habían fallecido en el acto cuando venían dirección a Madrid después de un evento de la empresa de mi padre. Aún recuerdo el estado de shock en el que me quedé durante una hora sentada en la cama y no fue hasta que vi a mi hermana pequeña entrar en mi habitación, cuando pude reaccionar.
Hasta aquel momento mi vida era perfecta, tenía una familia maravillosa, una pareja increíble, estudiaba aquello que me apasionaba, la música... y ahora veo como es mi vida y pienso que solo merece la pena porque mi hermana sigue en ella y alguien tiene que protegerla de ella.
Aquí estábamos las dos, sentadas en el sofá mirando una película mala de Antena 3 que ponen cada domingo, después de haber venido del cementerio de estar con nuestros padres, o al menos con sus almas, como dice Tana.
-Me voy a mi habitación, tengo que terminar los deberes.
Eso fue lo único que me dijo Tana en todo el día. Normalmente teníamos una relación bastante estrecha, pero cada vez que llegaba el 22 de cada mes, parecía que algo en su interior cambiaba y se volvía otra persona. Sinceramente, no esperaba que hiciese otra cosa cuando hoy se cumple un año desde que nuestros padres no están con nosotras.
Mientras tanto, yo me quede sentada en el sofá mirando a la televisión sin enterarme de absolutamente nada de la película, ya que mi cabeza sólo pensaba en las palabras que me dijo Denna ayer, "debes quedarte con las cosas buenas de la vida, aunque el destino te haya quitado lo que más querías". El destino, el destino es un hijo de puta, es así. Denna tenía razón, en el fondo lo sabía, pero era muy fácil la teoría y no tanto llevarlo a la práctica.
A Denna le estaré eternamente agradecida por estar ahí para sostenerme cada vez que me caía, al igual que a Alex, su novio y gran amigo mío también, que me hacia el favor de quedarse con Tana cada vez que tenía que trabajar en el bar y no podía estar con ella. Ellos dos se habían convertido en mi familia y en la de Tana. Ellos, más nuestra abuela que vivía en Granada y a la que bajábamos a ver siempre que tenía algún día libre en el bar, que últimamente no eran muchos, ya que yo misma insistí a mi jefe Cristian en subirme de horas para poder ganar más dinero.
El dinero no era un problema en cierto sentido, ya que la herencia de mis padres la utilizábamos para pagar la mensualidad del colegio de artes de Tana, por lo que el resto de los gastos, los cubríamos con mi sueldo del bar. Una cosa tenía clara, y es que, aunque yo no pude cumplir mi sueño, no iba a permitir que mi hermana se quedase sin estudiar lo que le apasionaba. Bastante nos había jodido la vida ya como para quitarle eso también, lo siento, pero no.
Chiara
-Chiara, la comida está en 10 minutos.
-Vaaale.
Casi me caigo de la tumbona al escuchar la voz de mi madre a lo lejos. Estaba tan concentrada afinando la guitarra que su voz me sacó de mi mundo paralelo a este.
Hoy era el cumpleaños de mi padre y había quedado con mi familia en venir a comer a casa. Menos mal la verdad, porque mi compañera de piso iba a traer a su novio y no les aguantaba cuando se ponían en modo lapas. A pesar de vivir en la misma ciudad que mis padres, hace medio año decidí independizarme con Martina. Les quería mucho, pero necesitaba tener mi espacio personal también y estar enfocada en mis estudios. Ahora que ya los había acabado, sólo me quedaba esperar a que me aceptaran de algún colegio para poder ejercer como profesora de música, pero las noticias no llegaban. Ruslana sin embargo tuvo mucha suerte. Acabó la carrera a la par que yo y encontró trabajo en uno de los mejores colegios de Madrid, aunque su especialidad era Educación Física y la mía música. Llevaba ya un año trabajando allí y de vez en cuando me gastaba bromas diciendo que metía mi curriculum entre los papeles de dirección o iba hablando maravillas de mí en los claustros de profesores para ver si con esas me contrataban.
Me levanté como un resorte de la tumbona y me dirigí hacia el jardín donde estaba mi padre y Jasmine colocando la mesa y Joey saltando en la colchoneta elástica.
-¿En qué ayudo?
-Ves a por las bandejas de la cocina, que dice mama que ya están para sacarlas.
Así pues, hice caso a mi hermana y dejé la guitarra en su funda y me dirigí hacia la cocina donde estaba mi madre terminando de cortar unos tomates para la ensalada. Mientras esperaba a que terminase las bandejas, me llegó un mensaje al mail. Lo abrí y noté como se me caía la barra de pan al suelo.
-Hija, ¿qué pasa?- me preguntó mi madre asustada al verme.
-Un momento, tengo que comprobar una cosa.
Subí corriendo las escaleras hasta llegar a mi habitación, donde rápidamente abrí el portátil y me metí en el correo. Díos mío, era verdad, era real, no era spam.
Buenos días, Señorita Oliver, desde el Centro Educativo de Artes El Parque (Madrid), queremos informarle que queda disponible una vacante libre como docente en nuestro centro y estaríamos interesados en contratar sus servicios para dentro de dos semanas en una baja hasta final de curso. Contáctenos con su respuesta lo más pronto posible, muchas gracias.
No me lo estaba creyendo. Llevaba esperando esta oportunidad durante todo el año y por fin se me había dado. Sin pensarlo, lo primero que hice fue coger el móvil y llamar a Ruslana.
-Ruslana, tú buscabas compañera de piso ¿no?
Hola mis delelus. Tenía muchas ganas de comenzar esta historia. Espero que os guste tanto como a mí y le cojais mucho cariño.
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Entre notas y melodías|KIVI
RomanceChiara consigue plaza en un colegio de Madrid como profesora de Musica y tutora de una clase, en la cual se encuentra Tana, la hermana pequeña de Violeta, la cual es la única que esta a su cargo por el fallecimiento de sus padres. ¿Cómo será la hist...