⇁ 04 ↼

82 17 46
                                    


「 sᴇʀᴇ́ ᴇʟ sɪɴsᴀᴊᴏ 」






Voy a vomitar. Voy a vomitar. Voy a vomitar.

Repito esas tres cosas en mi cabeza mientras se me revuelven las tripas de parte a parte; siento que mis órganos se estrechan con fuerza, se hacen nudos y se pierden en una lucha constante uno contra otro mientras mis ojos no se apartan de la pantalla. Es demasiado increíble de creer que tenga delante a mi mejor amigo, a aquella persona que me ha acompañado desde que la vida dentro del distrito doce se volvió un infierno.

Y aunque detesto que pueda verlo con vida delante de una miertera entrevista, lo hago. Lo veo con vida, delante de mí. Y lo odio. Odio tenerlo lejos, odio que todo el mundo busque ver mis reacciones. Odio tener sus ojos sobre mí. Pero sobre todo, odio al Capitolio y todo lo que hace.

Odio que por mi culpa, usen a mi mejor amigo para hacerme daño.

—Eso es lo que nos interesa, Minho. Por favor, continúa —pide, amablemente el presentador.

Y aunque se trate de puro teatro, algo en mi interior me dice que en realidad siente lástima. Las veces que tuve oportunidad de cruzarme con Caesar, realmente no me pareció un tipo engreído o falso; creo que en las entrevistas dejaba ver un poco de sí mismo, pero ahora no estoy seguro de si eso es bueno o malo. De verdad que no lo sé.

Mi mejor amigo y como le han pedido, sigue hablando, pero mis dedos se mueven como una orden. Intento agarrar algo, pero al mismo tiempo no. Siento los dedos calientes de Thomas intentar alcanzar los míos, pero sin darme cuenta aparto mi mano, porque la expresión adolorida momentánea de mi mejor amigo me distrae de cualquier otra cosa.

Su rostro se arruga como si de repente todas sus heridas, ocultas, dolieran al mismo tiempo.

—Mira, fue horrible. Ante todo, estar allí dentro, sin saber qué podía pasar, me sentía como un insecto atrapado en una telaraña. Todo a mi alrededor era un verdadero caos, y esa selva... tan verde y tan vida, la odiaba. Me daba miedo estar allí dentro. Pero así es la arena, nunca sabes el terror que se siente al estar al otro lado.

Mi cuerpo estalla en sudor al recordarlo. Todavía siento esa arma rasgándome la pierna, todavía siento en carne viva los sacrificios en vanos. Las ganas de terminar con todo. Las muertes, las promesas incumplidas. Lo siento todo de repente y tan de golpe, que siento que me tambaleo.

Peor aprieto las manos, obligándome a mantenerme en el tablero, a seguir jugando. Me obligo a mantenerme firme, porque ahora mismo es mi mejor amigo quien tiene su vida en riesgo con tan solo pronunciar una mísera palabra.

—Pero una vez que estás en la arena, el resto del mundo deja de importarte. Por lo menos a mí me pasó eso —explica, con una voz mucho más ronca de la que recuerdo—. Solo quería proteger a mis amigos, a Newt. Pero uno no sabe las cosas que tiene que hacer, que tiene que enfrentar, hasta que se vuelve una situación de vida o muerte, ¿me entiendes, larcho?

—Es una lucha constante por sobrevivir —añade Caesar.

—Oh, no. Es mucho más que eso. ¿Asesinar a inocentes? ¿Sólo para que otros disfruten de la masacre? Eso es puro morbo y, claro, nadie piensa en cómo quedará el ganador tras eso —contesta Minho, corrigiéndolo.

—Claro, claro —comenta Caesar calladamente.

De pronto me doy cuenta de que todos los de mi alrededor, incluso Jason que acaba de regresar, están absortos mirando la pantalla. Siento además que ese silencio parece haber caído en todo el Distrito 13, en todos aquellos que observen la pantalla ahora mismo. Me da miedo pensar en sus reacciones, que se formen una imagen de mi mejor amigo sin conocerlo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 30 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝐃𝐄𝐀𝐓𝐇 𝐓𝐎 𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐎𝐂𝐊𝐈𝐍𝐆𝐉𝐀𝐘, Newtmas ( au )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora