4. Órgano.

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" Unas manos se aferraban a su garganta con fuerza desesperada. No podía respirar; luchaba, pataleaba, rasguñaba y..."

El golpe fuerte del piso lo devolvió a la realidad, todo fue un sueño.

Un mal sueño.
Bufó e inmediatamente se incorporó del frío piso.

4:00 AM.

Suspiró, encaminó al dormitorio continuo, miró a Lana dormir plácidamente. Le dolía su garganta, pasó su mano por su cuello, aún sentía la sensación de aquellas manos.
El resoplido de su bebé le calmó, en sus labios la chupeta levemente caída, estaba ligeramente arropada. Le acarició su mejilla, era el primer día de trabajo.

Bajo sutilmente a la sala de estar, necesitaba hacer el desayuno y preparar todo, Herín llegaría temprano.

Al pasar junto a la puerta de entrada, vio una carta en el suelo. Aún se sentía adormilado, y el sueño había sido tan vívido que dudaba si realmente estaba despierto.
Tomó la carta blanca y la abrió.

" Eres papá soltero, lo que quiere decir que muy probablemente no desayunas lo necesario, o por decirlo decentemente, no desayunas bien. Me tomé la libertad de dejarte esto. Disfrútalo. Ten buen día. — Luciel D. "

Mordió su labio. Sus mejillas le ardían. Abrió la puerta y vio una cesta llena de víveres: panes variados, quesos, jamón, zumos, frutas, huevos, papillas para bebés, un vino tinto y hasta una chupeta color lila en su empaque.

Sentía su rostro caliente.

Tomó la cesta y cerró su puerta.

Aunque su desayuno habitual era solo café y galletas integrales, al ver toda esa comida, su estómago rugió. La notificación en su celular le despertó . Se hacía tarde.

Preparó su café mientras cortaba la fruta para Lana y hacia unos huevos estrellados para él. Tras una ducha rápida y varios minutos debatiéndose entre corbatas, eligió su saco negro, camisa blanca y corbata azul, alguna vez le habían dicho que sus ojos combinaban.

Terminó de preparar unas tostadas de mantequilla de maní y rodajas de banana para Lana, faltaba poco para que despertara.

Observó su reloj, 5:10 A.M.

Tomó un sorbo de café y pudo ver cómo el jardín comunicaba con la cocina, la cual daba vista a la casa de Luciel.
El castaño estaba sentado en la silla del pórtico fumando un cigarro, su cabello desordenado.

Mordió su tostada, y sin pensarlo, escribió un mensaje. Sus manos temblaban.

" Buenos días. Gracias por las cosas... La verdad es un gran gesto... ¿Te invito un café?". Cerró sus ojos mientras enviaba el mensaje. Un nudo en su estómago se formaba.

¿Porqué tenía tanta incomodidad?

" Buenos días, Sword. No es necesario agradecer, mucho menos compensación, yo también quisiera que me ayudaran con mi desayuno, si tuviera a Lana-banana"

Una sonrisa intentaba disimular. Observó el humo salir de su boca, mientras escribía el mensaje. La pequeña bondad de Luciel le hacía dudar de todo lo que había jurado, ¿Qué pasaría si perdía el control?

" Insisto... Fue agradable de conocerte... Tal vez no hoy, ya que es mi primer día y no creo salir temprano, pero podemos hacerlo"

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⏰ Última actualización: Nov 12 ⏰

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