Capítulo #11

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                      Capítulo #11

        - Pov-Aarón -

      Llevamos horas encerrados aquí viendo todos los montones de documentos que parecen no acabar nunca, mañana habrá una reunión con unos ejecutivos muy importantes y nos expandiremos en su país, lo que nos traerá muchos millones más a nuestra fortuna, y nesesitamos que todo salga bien, por eso es que nos encontramos aquí todo el maldito día, asegurando que no aya un solo error por mínimo que sea.

-Por fin, pensé que moriría encerrado aquí.

-No seas dramático Alessandro, no llevamos tanto tiempo aquí.

-Nooo, casi nada solo son las 5:30 de la tarde y nuestra prinsesa ha estado sola todo este tiempo - (Chillo yo a mi hermano mayor)

-Es cierto, vamos a verla y de paso llevarla a comer por haberla dejado sola todo este tiempo. - (Habla Alessandro)

-Estoy de acuerdo. Vamos. -(Digo yo y nos ponemos de pie y para comenzar a caminar hacia la habitación donde la dejamos, para ver que hace la bella Emma)

    Yo abro la puerta y veo que todo esta a oscuras, mi hermano menor enciende la luz y vemos algo más que muy tierno. La pequeña, abrazada a los que parecen ser los elegidos preferidos por ella. Veo como mi hermano saca su teléfono de el bolsillo de su traje para tirar unas cuantas fotos a la pequeña que duerme en nuestra cama.

-Me encanta - (Dice mientras sonríe)

      Alessandro y yo nos asercamos a ella con pasos sigilosos para retirar los peluches y despertar a la princesa delicadamente-(Algo no muy propio de nosotros).

-Princesa - (Digo mientras lleno su rostro de besos y ella comienza a despertar mientras sonríe)

-Vamos cielo, te llevaremos a comer - (Dice mi hermano mayor y solo eso logra que sus ojos de abran completamente)

-Estoy despierta-(Dice mientras se sienta en la cama y frota sus ojitos con las muñecas)

-Vamos prinsesa - (Digo, mientas que la ayudamos a bajarse de la cama y mientras ella se arregla un poco su cabello, nosotros le ponemos las zandalias y le damos un beso en las mejillas)

       Cuando termina de arreglarse Alessandro se acerca y también le da un beso, ellos la llevan de la mano mientras yo busco las llaves de el auto que nos llevaremos y las de el penthause.

     Al llegar a el estacionamiento nos vamos en el deportivo de mi hermano menor, él conduce y Alessio va de copiloto, mientras yo voy detrás con la prinsesa.Ella va muy entretenida viendo todo a su alrededor, pareciera como si fuera su primera vez contemplando la belleza de esta gran ciudad.

-¿Te gusta la vista prinsesa? - (le pregunta mi hermano mayor)

-Es hermosa.

-Tú lo eres más.

     Le dice Alessandro y veo como se sonroja. En unos 15 minutos más, en los que hablamos y conosemos más cosas de la pequeña, como que esta al acabar el segundo año de licenciatura en derecho, que no conose prácticamente nada de la ciudad ya que pasaba todo su tiempo en casa, la universidad o trabajando en la cafetería. Que solo tiene a su madre y su abuela en un pueblo muy lejos de aquí, y que vino a estudiar. Que su color favorito es el azul y los peluches que más le gustan son con los que estaba durmiendo, le encanta el helado de todos los sabores, y le gusta mucho cocinar, además de que lo ace muy bien.

    Llegamos a un Ristorante italiano de los favoritos de Alessandro, salimos y lo primero que veo es como la camarera que nos recibe intenta coquetear con Alessio, quien al ver sus intenciones pasa una de sus manos por la pequeña cintura de Emma, y la ignora completamente. Nos lleva a nuestra mesa moviendo los pocos atributos que tiene la pobre, y luego de miradas coquetas que me estaban colmando la paciencia se marcha.

      Le entrego el menú a Emma para que vea lo que quiera para cenar y al ver que se queda un poco perdida, ya que está en italiano, se lo paso a Alessio y yo hablo con la princesa.

-Cielo te recomiendo pedir la pizza Napoletana.

-Esta bien daddy.

    Me dice y ase que mi corazón corra a una gran velocidad, definitivamente ella es especial. Veo como mis hermanos sueltan el menú al ya a ver decidido lo que pedirán y nos centramos en la pequeña que nos cuenta como conoció a Olivia el primer día en la universidad. A mitad de su relato veo como un camarero se acerca a nuestra mesa con una pequeña agenda y un bolígrafo, con sus ojos fijos en nuestra pequeña Emma que ve con atención los anillos de plata que adornan la mano izquierda de Alessio, y lo pequeña que se ve su mano al tenerla en el centro de la de mi hermano.

-Buenas noches, ¿ya han decidido lo que pedirán?

   Dice el muy idiota sin despegar la mirada de él bello rostro de Emma.

-Yo pediré un plato mixto de embutidos y queso, además de pasta carbonara . - (Dice Alessandro mirándolo de mala manera)

-Pues yo pediré Cannoli Sicilianos - (Le informa Alessio)

-Yo pediré lo mismo que mi hermano, y para nuestra bella prinsesita una pizza Napoletana.

-¿No desean nada para beber? - (Juro que si no se marcha pronto no resistire y le sacare los malditos ojos a este cucaracho).

-Tu deseas algo nena? - (le pregunto a la chica que se encuentra sentada ente mi cuerpo y el de Alessio)

-Un batido de fresa daddy. - (me dice mi pequeña a mí persona y siento como mi ego se agranda)

-Pues será un batido de fresa.

      Digo y veo como le sonríe a Emma antes de darse la vuelta y marcharse.

       Nos dedicamos a escuchar las historias que nos cuenta nuestra pequeña hasta que llega nuevamente el molesto camarero con los platos. Lo veo atentamente como coloca dos platos delante a mi hermano menor, uno delante de Alessandro y cuando va colocar el de Emma veo como también pone una nota con algo escrito, para terminar colocando mi plato frente a mi. Veo como toma el batido de fresa que había pedido antes la princesa y cuando se va a acercar a nuestra nena Alessio la toma por las mejillas y justa sus labios con los de ella, y por como ella le correspondió el beso torpemente me da a entender que nunca había besado a nadie, y se siente malditame bien saber que somos los primeros y seremos los últimos hombres en su vida, de eso estoy seguro.

       Cuando Emma y mi hermano se separan por falta de aire, yo la sostengo de el cuello y junto sus labios con los míos , y dios que bien se sienten, tan suaves y con un ligero sabor a fresas. Es tan deliciosa. Al separarnos por quedarnos sin aliento veo como sus labios están inchados por la violencia con que yo y mi hermano acabamos de besar estos rosados y delicados labios.

-¿Oye y yo?



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