𝑺𝒕𝒓𝒂𝒚 𝑲𝒊𝒅𝒔 𝑶𝒏𝒆 𝑺𝒉𝒐𝒕𝒔

05

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Una desesperada confesión

Jisung y tú se conocieron en la guardería y tuvieron un vínculo que se fue reforzando con el tiempo. Hoy en día eran los mejores amigos. Sin embargo, nunca pensaste que tu relación con el chico de grandes mejillas pudiera ser algo más que una amistad.

Lía:¿Por qué no se lo dices? Han sido amigos desde la infancia, estoy segura de que siente lo mismo por ti. -habló tu prima, intentaba convencerte de confesarle tus sentimientos a Jisung.

-No Lía, eso jamás pasará -respondiste con una voz molesta que ocultaba la tristeza -Cuando has sido amigo de una persona durante tanto tiempo, tiendes a confundirte, nada más.

Intentabas convencerte a ti misma de eso, tu mente decía "Sí, es solo aprecio a tu mejor amigo" pero tu corazón gritaba "No, no es así". Cada vez era más díficil ignorar tus sentimientos.

Y sí, eran muy amigos, siempre estaban el uno para el otro. Pasaban la mayoría de su tiempo juntos. Se reían, se abrazaban, se besaban, pero nunca como algo más.

"Perdón, solo te veo como una amiga" temías eso y decidiste callar tus emociones y obligarte a verlo de esa manera, pero no podías.

Su sonrisa, sus mejillas, su mirada, sus chistes tontos pero graciosos, cada uno de sus gestos, esa tan singular forma de ser. Todo de él hacía que tu corazón se acelerara.

Todo de Jisung era perfecto, él era perfecto, tú relación con él lo era todo para ti y no estabas dispuesta a perderla por un sentimiento que no sabías si era real o producto de tu manera de idealizarlo.

"¡Es mi mejor amigo, no puedo sentir esto por él!" Te decías a ti misma que ese cosquilleo intenso en tu estómago que sentías cada vez que estabas a su lado no eran las famosas mariposas del amor.

Con cada día que pasaba tu amor por el se hacía más grande y a la vez más difícil de ocultar. Te veías echizada cada vez que te sonreía o te besaba, esos besos fugaces e inocentes en la mejilla.

Deseabas más que eso. Deseabas descubrir a qué sabían sus labios, esos labios por los que llevabas suspirando mucho tiempo.

-Eres bien idiota -te dijo tu prima a lo que frunciste el ceño. -No me veas así de feo, mejor hazlo con ella -señaló con su dedo.

Volteaste en la dirección que te indicaba y la escena que viste te fue rompiendo el corazón y los ojos se te cristalizaron.

-No...-susurraste y una lágrima bajó por tu rostro.

Allí, acorralado contra la pared de la universidad estaba Jisung, tú amor desde la guardería besando ferozmente otros labios.

Unos labios que no eran los tuyos.

La chica que ahora veías, era una castaña muy sonriente, se separó de él con una sonrisa en el rostro. Jisung aún no abría los ojos, viste como apretaba su mandíbula y sus manos en puños.

"Tanto le había afectado que rompiera el beso" Pensaste, más no dijiste nada, solo suspiraste y limpiaste las lágrimas que bañaban tu rostro.

Lía te sujetaba del hombro y te susurraba al oído que te calmaras, que no valía la pena que lloraras por un hombre por más enamorada que estuvieras.

Tú cerebro decía: ¡Ya basta, deja de llorar!.
Pero tu corazón no podía dejar de hacerlo.

Cuando Jisung por fin abrió sus ojos y te divisó, el color le abandono la cara, intentó acercarse a ti, pero tan solo negaste con la cabeza y saliste huyendo.

Hiciste caso omiso a los gritos de Lía y a los de Jisung, solo querías escapar de ese lugar. Sentiste un tirón en el brazo el cual te dejó contra un duro pecho.

-¿Porque saliste así? -te dijo Jisung confundido.

Intentaste soltarte de su agarre pero te sostenía con fuerza contra sí mismo.

-Déjame Jisung -pediste.

-No hasta que me expliques qué pasó.

Soltaste una risa incrédula.

-¿Tan idiota eres qué aún no te das cuenta?

-¿Darme cuenta de qué?

Te mordiste el labio tratando de calmar tu ira.

-De nada, suéltame.

-¿Porqué estás así, porque no me cuentas qué diablos te pasa?

Lo empujaste y gritaste.

-¡Esto es tu culpa! ¡Me pasa que llevo toda mi maldita vida enamorada de ti, baboso!

Jisung abrió los ojos grandemente y pudiste ver un pequeño...¿brillo? en su mirada.

-¿Qué... -se aclaró la garganta -¿Qué dijiste?

Lo miraste a los ojos decidida, con una repentina valentía que sacaste no sabes de donde.

-Dije que te amo.