¿Qué hacer cuando la vida propia se siente tan ajena a uno? En el momento en que mis carnes no son más que simples trozos pesados que me insitan a destrozarlos. ¿Qué hay por hacer cuando la mente misma es idealista de la muerte y ansiosa de la vida plena? Cuando se vive en la nostalgia y en el infierno del miedo. ¿Qué hacer cuando el señor te abandona y su luz celestial se te es arrebatada?
Estuve en esta posición antes, ahora es más fácil de relatar pero más doloroso de reconocerlo. Mi repulsión a mi ser y a los que lo rodean. Mi mente dividida en 2, entre lo moral y la malicia. El deseo por cometer lo erroneo y mal visto mientras la persistente manera de mantenerse siendo parte del sistema cuerdo. Es confuso y me pierdo en mi misma. No merezco la salvación. ¡Pero me merezco el paraíso! Tal vez no se me sea dada la bendita muerte, ¡Pero denme el alivio!
¿Merezco prisión eterna por mis pensamientos perversos y sombríos respecto a todos? Siento culpa de mi ansias de ver lo rojo derramarse cuando los telones se suban y yo, bailarina desnuda en la obra de teatro. Por las noches me invade la curiosidad en los huesos, con ganas de indagarlos y conocerlos. De partir mi cabeza por la mitad para ver si en verdad está dividida entre esa parte podrida de mi y aquella parte que aún no se ha infectado. ¿Cuanto? ¿Cuanto falta? Para mi destierro, mi castigo, mi merecido. De cualquier manera, ni el peor infierno que puedan darme será tan tortuoso como en el que me he criado.
Algo está mal conmigo pero no quería aceptarlo, pensaba que podría vivir como alguien cualquiera, aunque yo fuera ese cualquiera. Dentro de millones de anónimos y desconocidos soy una más o una menos, o nadie, tal vez. Nada. Es adictivo lo desconocido y lo prohibido. Una droga y la más fuerte. Me retuerce el cerebro, me lo vacía, y lo sé. Lleno de nada. Y duele, oh, salvenme.
Una locura, me falta el valor. Más el de afrontar lo que luego sigue más que el de afrontar lo del momento. Me asfixia y me repugna tener que aceptar que soy lo que dije odiar hasta el día que muera. Odio en lo que me convirtió la experiencia, pero tal vez solo sea mi culpa por acceder. Me inundo, maldita sea, en lo oscuro, en el mal. Me devora el monstruo, otra vez. Me ha hecho su niña, me ha enseñado a ver con otros ojos, con los ojos del hombre malo. Y ahora, pienso, a veces, que no es tan malo.
Pierdo la cabeza, pierdo la cabeza, que haré, ¿Que haré con la cordura? ¿Dónde la dejé? ¿Dónde se encuentra la pequeña yo? Tal vez me busca también, tal vez la maté, por no poder eliminarme a mi. Cobarde. Delirio, delirio. Que haré, que haré con esa niña.
¿Y si me lo inventé todo? ¿Hasta que punto es válido? ¿Cómo se debe de validar la salud? ¿Quién me juzgará? ¿El monstruo? ¿Y si solo fue un sueño? ¿Si en realidad me tiré al fosco poso de miel esperando que el oso no quiera comerme?¿Y si en verdad he querido que me devorara hasta morir?
No quiero que sus pesadas miradas se posicionen en mi, ven mi interior, mi sucio y perturbado ser, por dentro, mas profanado. Está podrido, todo de mí, nada puede salvarse, es crónico. Una ducha de 100 días, tampoco sera suficiente para limpiarme. Que idiota. Pensaba que podía llegar a estar limpia en algún sentido. Si yo adoro tanto ensuciarme. Pero no me toquen, aunque diga que si, no quiero sentir las frías y rasposas manos de nadie sobre mi piel. Aunque ya tuviera llena de huellas, no sigan siendo escultores de esta escultura abandonada.
La culpa me invade, el hambre, esta obsesivas ansias de quererlo todo. Me aterra el estar sola, no me dejen (sola). Cada que mi mente asimila el estar sin nadie alrededor, es cómo que dejan salir al león y este viene por mi, este (yo) me busca por todas partes e intenta devorarme, destrozarme y cortar cada trozo de mi. Oh, no me dejen a solas con el león.
¿Y si nací siendo deseando más? ¿Si nací anhelando amor? ¿O esperando que alguien me escuche? Ahora, lea. No tengo la valentía, soy cobarde y no iré por el rescate, moriré en batalla y seré reconocida por mi penosa muerte. "No se le notaba" O no lo querías ver.
No duermo, oh el sueño no viene, no me lleva al reino de las nubes suaves dónde los angeles se acuestan a dormir. Sueño con soñar, cuando enrealiad y en cambio, pesadillas. Raptenme al menos al infierno, saquenme de aquí y lancen lejos mi identidad, la cordura fue invitada a la fiesta pero no es como si hubiera alguien para comprobarla.
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escuchan mis paredes
PoetrySimplemente yo, refinada en líneas, expuesta en letras, sincerada en poesía. Mi mas yo, mi más ser. Lo que mis paredes escuchan, lo que mis dedos expresan.