¿Cual es mi límite? ¿Cuanto más? ¿Incluso se puede estar peor? Solo faltaría que me destrocen la piel y me partan los huesos para darselo a los perros hambrientos. Aunque incluso los animales más salvajes de este mundo ya tomaron de mis carnes para satisfacer su gula. Pero es tanto, tanto para el que sea que me escuche en el reino celestial pedirle la muerte. Pedirle un sufrimiento infernal que pueda sentir en mi piel y musculos temporalmente para acabar descansando por fin. No quieren mi cercano final, quieren mi crónica muerte. Y de manera lenta estuve partiendo, hasta ahora. Mi alma quedó aferrada a la nada y nada es lo que siento desde entonces. Ni una emoción, ni una casualidad momentanea de bienestar o descanso, simplemente no hay más por lo que perturbarse, por lo que esperar, creer, vivir, sentir. Nada realmente. Ni la muerte ya me endulza los oídos porque hasta ella se ha rendido conmigo, soy un caso perdido para la vida y para el paraíso, el infierno me expulsó de sus castillos de lava y me envió incendiandome viva hasta mi cama. A dormir, en cenizas otra noche. Otro día. Otro año. Otros más.
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escuchan mis paredes
PoetrySimplemente yo, refinada en líneas, expuesta en letras, sincerada en poesía. Mi mas yo, mi más ser. Lo que mis paredes escuchan, lo que mis dedos expresan.