«Capítulo tres»

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—Felicidades, estúpida —hablo Katie dirigiéndose a Karissa—. Si llega a cometer alguna locura... te las arreglarás con nosotras.

—Antes de abrir tu boca, averigua por qué trabaja, idiota —Amber dijo con pena y se alejó junto a Katie.


Ambas amigas caminaron hacia el salón de clases, pues el timbre había sonado. Harry aún se encontraba quieto como una estatua, no sabía qué hacer.

"Pensé que eras mi amigo o un intento de eso ¿Pero sabes qué? Nadie te necesita. Por cierto, arréglatelas solo para estudiar de ahora en adelante, ya no seguiré sacándote dinero y dile a Anne que muchas gracias por todo; pero que no pienso ayudar a un cotilla."

Las palabras de su única... ¿amiga? Resonaban en su cabeza. Tenía que buscar a Grint para aclarar las cosas con ella.


—Vamos, amorcito, debemos ir al salón. —Karissa lo jalo del brazo.

—No, déjame. ¿Entendiste? Vete sola —respondió de una manera fría.


Se hizo a un lado, mientras caminaba hacía su salón de clase.


[...]


Durante toda la mañana, Harry no pudo prestar atención a ninguna de sus clases ¿el por qué? No podía sacar a cierta pelirroja de su cabeza. No podía sacar de su mente aquellos ojos rojos y que hablar de sus ojeras. Simplemente no podía, había algo que le había afectado y quería, no más bien necesitaba saberlo.

Al fin había tocado el maldito timbre de salida, no iba a ir a sus clases de la tarde. Corrió a su casa a cambiarse, iría a hablar con ella. Y lo logró, encontró a la pelirroja cerrando la puerta de su casa. Lo más seguro era que se encontraba hablando con Anne, ya que aún traía el uniforme de la escuela puesto; corrió hacia ella y tomo su muñeca.

Ella se volteó extrañada, dirigió su mirada hacia él, aún conservaba los ojos rojos. Harry envolvió a Mackie en un abrazo, la estrecho entre sus brazos y dejo que ella lloré y descargue su frustración contra él. Pasados unos minutos, ella se separó, quiso salir corriendo pero Harry la detuvo por segunda vez.


— ¿Necesitas algo? —dijo con un hilo de voz.

—Sí, a ti —; ella lo miro con el ceño fruncido y él nuevamente la abrazo.

—No te entiendo, Harry.

—Mackie, lo lamento, en serio. Pero lo cierto es que yo no dije nada, fue ella quien lo descubrió... yo me entere anoche, pero no dije nada.

—El dinero lo necesitaba para el tratamiento médico de mi mamá, pero ya no, los doctores le dieron una semana más de vida. Así que todo el dinero que gaste en dos meses no sirvió de nada —él la miro apenado y la apretó más contra su pecho—. Mi mamá tiene cáncer, se lo detectaron hace casi ocho años; en los últimos meses empeoro, estaba todo el día en el hospital, dormía en ese lugar, me dijeron que había un tratamiento que podía mantenerla viva unos años más. Aunque era muy costoso, acepte de todas formas, pero eso solo sirvió durante un mes... —más lagrimas cayeron por sus mejillas—. Ayer me llamaron diciendo que no respondía más al tratamiento, tan solo le daban como mucho una semana de vida... Ella me salvo de mi padre y no sé cómo afrontarlo.

—Cuanto lo siento —Harry imagino cualquier cosa menos eso—. Siempre voy a estar para lo que quieras —la tomo del mentón y levanto su vista—. ¿Entiendes?

Blue » Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora