CAPÍTULO 4 (parte 5)

6 5 0
                                    

Es de noche y los cuatro estamos cenando en el gremio.

Arruiné la bienvenida de mi abuela matando a Sandro, pero me perdonó porque le devolví la vida a Sandro.

Además, le conté el porqué lo hice y mi miedo de que él le hiciera algo malo. Al comprender mi preocupación, me abrazó y me perdonó.

Eso era lo único que me preocupaba, pero ahora que lo resolví, puedo decir con certeza que hoy...

—¡Fue un gran día!- Dije, sonriendo.

Y mis heridas fueron sanadas con algunas pociones curativas. La medicina mágica es realmente genial.

—La gente se te queda viendo, ya eres conocido como el aventurero más poderoso del gremio, ¡incluso del país!- Dijo Sara.

—Y es mi segundo día aquí.

—¿Qué te parece si exploramos mañana?- Dijo mi abuela.

—¿Explorar?

—Quiero conocer el lugar.

—Hablando de conocer, Sara, ¿cuántos gremios hay?

—Hay un gremio por Reino.- Dijo Sara.

—Entonces hay cuatro gremios. Quiero conocerlos, tal vez consiga conocer personas poderosas.

No puedo olvidar mi misión.

Tengo tres objetivos principales.

1: Aprender hechizos poderosos y útiles.

2: Conseguir compañeros poderosos. (Objetivo temporal, mientras me vuelvo más poderoso.)

3: Conocer más sobre los demonios, sus fortalezas, debilidades, su historia, etcétera.

Debo estar preparado para lo que sea.

—Lo siento.

Esa voz...

Veo a Sandro disculpándose con unas chicas.

—Sandro sigue disculpándose con las mujeres. ¿En serio acosó sexualmente a tantas?

—Creo que, desde ahora, Sandro será una mejor persona.- Dijo Sara.

... No quiero hablar sobre él. Con solo recordar lo que le hice, me da asco... ¿Por qué tuve que matarlo? Reaccioné sin pensarlo dos veces.

... Debo cambiar de tema.

—¿En dónde puedo bañarme? Llevo dos días sin bañarme.

C-creo que llevo más días, pero no lo diré.

—Hay unos baños en el pueblo, yo te llevaré si quieres.- Dijo Sara.

Mi abuela se acerca a Sara.

—Disculpa, ¿no tienes baño en tu casa?

—¿Baño en mi casa? No tengo baño en mi casa.

—¿No tienes baño?

—No.

Mi abuela se acerca a mí y me susurra.

—Realmente estamos en un mundo extraño.

—Lo sé.

Pero debemos acostumbrarnos.

Después de comer, nos dirigimos a los baños. Me sorprende que no tengan baño, pero considerando la falta de tecnología, era algo obvio.

Estamos frente a una tienda con un gran letrero. Me pregunto qué dirá.

—Aquí están, los baños del pueblo.

Humanos Contra Demonios. ¿Soy realmente un chico perfecto? No lo creoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora