¢αριтυℓσ-4

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Una vez el pequeño Yenka termino de comer Gogol se lo paso al pelo negro.
Fyodor puso a Yenka de forca en que este recargara su cabecita en su hombro, para luego darle leves palmadas en su espalda, asi sacando el aire que pudiera tener despues de comer.

—Bueno, parece que ya podemos ir a ver ese lugar—menciono el pelo negro mientras se paraba de la banca con tranquilidad—Debemos darnos prisa esta por anochecer, Kolya, vamos—empezo a caminar para ir al edificio de enfrente.

—Solo espero que sea un lugar bonito, como se ve por fuera—menciono el albino, para seguir al otro por atra y se colocaba la pañalera que anteriormente se quito su compañero—Espera, Fedya si quieres yo cargo Yenka, debes de estar cansado—estiro las manos para recibir al pequeño en brazos.

—¡Ay!—se quejo el albino—Yenka, suelta mi cabello, no lo ja- —se vio interrumpido por otro jalon de cabello por parte del pequeño que tenia un leve seño fruncido—¡Ay!, Yenka— esta vez el albino habia alzado la voz un poco mas alto.

—Parece que no quiere que lo cargues—solto el de mirada violeta, en su voz se podia oir una leve diversión.

—Fedya deja de burlarte y ayudame a que suelte mi cabello—el albino ya había alejado un poco a Yenka de su cuerpo.

—No lo jales así o no dejara tu cabello—aconsejo el ojivioleta mientras se acercaba a ello—Yenka, ven pequeño—estiro los brazos hacia el bebe para así este dejara al albino en paz.

El pequeño solto al heterocromatico y estiro sus brasitos al pelinegro.

—¿Por qué ati te hace caso pero a mi no?— se quejo el albino co finjida molestia.

—Deja de quejarte y vayamos a ver el lugar antes de que anochezca—de nueva cuenta empezo a caminar hacia el edificio.

•*¨*•.¸¸♡¸¸.•*¨*• [Rato mas tarde]•*¨*•.¸¸♡¸¸.•*¨*•

Los recien padres se encontraban en el edificio abandonado en el que se han estado quedando, ambos guardaban todas sus pertenencias en maletas que compraron en el camino.

—Es un departamento muy lindo, ¿no?—pregunto el albino bolteando a ver a su compañero guardar las ultimas cosas de Yenka en la meleta.

—A decir verdad, es un lugar agradable... supongo—menciono el ojivioleta, y lo ultimo lo susurraba.

—Bien tenemos todo listo para mañana, ahora a dormir Fedya, no es bueno para tu cuerpo y brillantemente que pases mucho tiempo sin pegar un ojo—regaño el albino.

El peli negro no dijo nada, solo cargo al pequeño y se acomodo en la cama, puso a Yenka en el centro de la cama y los arropó a los dos.

—Buenas noches, Kolya—apenas pronunció la última palabra se terminó durmiendo.

—Buenas noches, Fedya y pequeño Yenka—susurro el albino al ver lo rápido que se durmió el azabache.

•*¨*•.¸¸♡¸¸.•*¨*• [Día siguiente]•*¨*•.¸¸♡¸¸.•*¨*•

La pequeña familia ya se encontraba en el nuevo departamento donde estarían viviendo por un tiempo.

—Bien Fedya, ¿cómo quieres que estén acomodadas las cosas?—hable el albino.

—Quiero que el cuarto de Yenka sea ese—señalo el cuarto que se encontraba hasta el fondo de un pequeño pasillo.

—Bien, acomodemos las cosas de Yenka—menciono el albino mientras se dirigía con varias cosas en las manos.

El cuarto estaba con las paredes blancas, era espaciosa y tenía una ventana del lado izquierdo por donde se metían los rayos del sol.

La joven pareja se la paso acomodando las pocas pertenencias que poseían. Después de un rato habían acabado de acomodar todo, se encontraban sentados en la pequeña sala del lugar.

—Que bueno que el departamento venía amueblado —hablo el albino al ya aburrirse de tanto silencio—Tuvimos suerte desde la primera —su voz se oía cansada.

—supongo que tienes razón está vez—al igual el albino su voz se oía cansada—Me iré a dormir, mi cuerpo me pesa y me duele todo.

Justo en el momento en que se paró se oyó un estruendoso llanto de un bebé. Ambos se dirigieron rápidamente al cuarto de Yenka, el pequeño se retorcía en la cuna mientras intentaba sacarse la cobija de su cara.

Rápidamente el albino se la quitó mientras el ojivioleta cargaba al bebé.

—Pequeño, perdónanos, te acomodamos mal la cobija—Fedya ya le avía explicado como debe tapar al pequeño para que no ocurriera ese tipo de acidentes.

El azabache mecia de un lado a otro levemente al bebé para calmar el llanto—Shh, mmm~~—empeso a tararear una canción.

Poco a poco el bicolor se fue durmiendo otra vez.

La pareja se dirigió a su habitación con el pequeño en brazos, ambos cansados por estar moviendo todo de aquí para allá.

—Descansen mis malen'kiye myshki—susurro el azabache.

                       ~~¡¿ρα∂яєѕ!~~

Capitulo corto, lo se, me desaparecí por un tiempo, lo siento.

No se, ¿Que tal va quedando?, ¿Les gusta la historia?

Nos leemos luego. 🤗

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⏰ Última actualización: Jul 23 ⏰

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