dos

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Becky llegó al edificio por la mañana. Puso sus manos en su cara para retirar sus gafas de sol; hacía un par de días que no estaba en el edificio y le parecía increíble estar ahí de nuevo.

¿Qué tal, amor? - preguntó su padre cerrando su puerta.

Siempre es hermoso estar aquí - respondió con satisfacción.

Metes las patas y aun así consigues lo que quieres - la regañó su papá, meneando la cabeza.

Es lo divertido de ser nosotros dijo Becky cerrando la puerta del auto.

Ahora sería la asistente de ambos, ya que hizo un gran desastre en la preparatoria. El director intentó aprovecharse de ella para llegar a su papá, pero becky se negó y terminó siendo expulsada. Cuando le contó a su papá, él dijo que lo arreglaría. Resumiendo la historia, convenció a su papá de que estaba lista para trabajar y él aceptó. Básicamente, tenía la vida asegurada y su padre decía que trabajar le ayudaría a entender que las cosas cuestan.

Estaba completamente consciente de eso y por eso odiaba la preparatoria. Además, quería trabajar en la oficina para ver a freen. Ni siquiera ella llegaba a comprender por qué le gustaba tanto.

La parte más triste de la historia era que freen sabía que becky babeaba por ella. Sabía que le gustaba, que sus más oscuras fantasías llevaban su nombre, pero a la pelinegra le daba igual. Becky sentía la necesidad de llamar su atención.

Becky iba vestida con una falda negra y una blusa de botones blanca, zapatos de tacón y su cabello perfectamente peinado. No era tan de verse como muñequita de porcelana todo el tiempo, pero según su papá, debía dar una buena impresión.

Cuando subieron al ascensor, la gente les saludaba y a su padre le daban pequeñas reverencias de respeto. Llegaron al último piso, donde estaban las oficinas y salas de conferencia, y caminaron directamente a la oficina de freen.

Sarocha te dará las órdenes todas las mañanas - explicó su papá tocando la puerta con un ritmo característico y diferente. Al entrar, lo primero que notó becky fue el delicioso aroma de freen. Recorrió la oficina con los ojos, buscando cada cosa que llamara su atención, hasta que sus ojos se encontraron con ella. Estaba sentada detrás de su escritorio de forma tensa con la mirada fija en su celular. Su traje completamente negro la hacía ver muy atractiva y oscura, como una fruta prohibida.

Levantó la cara y su rostro no demostró nada. La corbata azul resaltó sus ojos aceitunados de una forma hermosa; su rostro no reflejó ninguna emoción cuando me vio entrar. Solo me recorrió de arriba a abajo pero se mantuvo indiferente mientras dejaba su celular a un lado y tomaba un cigarrillo de su escritorio.

-Vaya, Alejandro - dijo, y su voz me removió hasta los huesos.

¿Qué hace la niña en mi oficina? - fue lo próximo que gruñó freen, parecía querer recalcar siempre que yo era solo una niña, eso me molestaba muchísimo, pero no podía evitar que me gustara oírla molestarme.

- Va a ser una larga mañana - murmuré.

Caminé lentamente por la oficina, echando un ojo a todo, y pude percibir lo irritada que estaba con esto. Es que yo la había visto en toda clase de circunstancias y lugares. Mi casa, la suya, reuniones de negocios y también viajes, pero... joder... esto se sentía diferente porque estaba en su oficina... estaba en su territorio. Y aunque todo estuviera a cuarenta grados, podía tocarlo sin quemarme las manos. Porque yo estaba ahí por mi papá. Y ella sabía que yo hacía lo que quisiera con él.

- Ya en serio - dijo freen - ¿Hoy era día de excursión a la oficina principal?

- ¿Hoy era día de ser una idiota malhumorada? - Contrataqué.

la socia de papi *freenbecky*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora