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El resto de la semana se pasa como una nebulosa y tan rápido que el lunes se convierte automaticamente en viernes. Serafina y yo no nos hemos vuelto a ver desde que bajamos del avión el domingo pero me envía mensajes todo el tiempo y me cuenta de su día a día. No es por ella, si no porque de hecho estoy demasiado ocupada atentiendo el club y siendo vigilada por mi novio que solo me traslado desde la oficina o la casa. Para el sábado no hago nada distinto a lo que hice el resto de la semana. Incluso Azusa esta tan ocupado que en sus negocios que tampoco lo veo. Básicamente es una semana vacia. Para el domingo la cosa cambia y dejamos todo a un lado. Azusa tiene que asistir a un evento benefico que organiza una de las esposas de sus "socios" y somos invitados V.I.P.

Azusa no tiene interes en ese tipo de eventos, en realidad solo se limita a entregar cheques y a conversar con sus amigos. A ninguno de esos invitados les importa en realidad. Son un grupo de personas que usan este tipo de eventos para reunirse y mantener relaciones, conocer a otras personas y hacer más dinero. Es una excusa.

Lo malo es que en esa fiesta no estoy sola y me encuentro con un grupo de chicas que ya me conozco. No son como Serafina o Alicia, que no es que me agrade mucho más que estas chicas, pero no puedo eludirlas por mucho que lo desee. Nos limitamos a hablar de la agenda ocupada de sus maridos, de la nueva cartera que saldrá en una semana y en que puesto están en la lista de espera, del nuevo yate de una (un regalo que llego justo cuando a cierto marido lo encontraron entre las piernas de cierta hermana menor de edad), del amante de tal conocida, embarazos, bodas y otras cosas que van surigiendo al azar.

-¿Y cuando te vas a casar, Venecia?

Y finalmente llegan a ese punto central al que todos les interesa.

Debo reconocer que se han tardado más que otros... ¿Porque será?

-No sé ¿Será el proximo año? - pregunto entre risas.

Las cacatuas se rien

- Debes apresurarte, Querida. Un hombre como Azusa no abunda en todos lados.

- Lo sé. Soy muy afortunada de haber conocido a un hombre como él, tan generoso y dulce.

- Si, Azusa es el hombre soñado. Todas tenemos tanta envidia de ti.

Si, eso ya sé.

Cada vez que me doy vuelta una de ellas esta planeando una manera distinta para reemplazarme.

Este lugar no es distinto a la casa. Las mujeres pelean por el mejor candidato, como las chicas peleaban por defender a sus clientes constantes... Es una guerra feroz de quién se queda con el mejor hombre. Tiene que ser poderoso, adinerado, con un puesto y apellido importante. Requisitos que Azusa cumple perfectamente, convirtiendome en el blanco de cada una de ellas.

Que no me haya casado con Azusa en el primer año solo les da esperanza de que en algún momento me deje y se fije en una de ellas. Las madres de cada una hablan con Takahiro y le presentan a sus hijas con la ilusión de que él arregle el matrimonio, o, las más osadas, van directo con Azusa. Y ni siquiera es que lo ocultan de mi, de hecho he presenciado muchas veces como esas madres, amigas o esposas de amigos aparecían delante de nosotros y le presentaban a la "carne fresca" que había sido criada para ser la mujer perfecta.

- Él te ama tanto. Para Azusa eres la unica mujer en el mundo.

Paso un mechón detrás de mi oreja, sonriendo con supuesta timidez.

Luego de esa pregunta llega otra más importante: ¿Cuando le daré un heredero a Takahiro? En realidad, eso ni siquiera puede decirse que lo haya respondido.

-¿Quieres que nos vayamos a casa? - pregunta Azusa, apareciendo de repente y rodeando mi cintura con sus brazos.

Justo en el momento indicado.

Mentiras verdaderasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora