Serendipia - Apolo Di'Olympus , Luke Castellan

II

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{ Chapter 2| Mi madre me enseña a torear}

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⌈Pov Adara's⌋

Atravesamos la noche a través de oscuras carreteras comarcales. El viento azotaba el Cámaro. La lluvia golpeaba el parabrisas. Yo no sabía cómo mi madre podía ver algo, pero siguió pisando el acelerador.
Cada vez que estallaba un relámpago, estaba viendo a Percy por el espejo retrovisor  que miraba a Grover,  que sentado junto a él  en el asiento trasero

—Así que tú, mi madre y a mi hermana ... ¿se conocen? —dijo Percy para romper el silencio incomodo que se ocasiono en el camaro  

Los ojos de Grover miraban una y otra vez el retrovisor, aunque no teníamos coches detrás.

—No exactamente a tu madre pero a Adara si —contestó—. Quiero decir que no nos conocíamos en persona con tu madre, pero ella sabía que te vigilaba.Pero con ada vamos al campamento juntos

—¿Qué me vigilabas?— dijo mi hermano

—Te seguía la pista. Me aseguraba de que estuvieras bien. Pero no fingía ser tu amigo —añadió rápidamente—. Soy tu amigo.

—Vale, pero ¿qué eres exactamente?— dijo Percy 

— wow Pers que directo que eres — Le dije mirándolo por el espejo retrovisor

—Eso no importa ahora.— le respondió Grover

—¿Qué no importa? Mi mejor amigo es un burro de cintura para abajo...—dijo Percy y Grover soltó un balido gutural.

—¡Cabra! —gritó  Grov.

—¿Qué?— dijo mi hermanito dijo impactado

—¡Que de cintura para abajo soy una cabra! —grover ya irritado, le respondió.

—Pero si acabas de decir que no importa.— dijo Percy

—¡Bee-ee-ee! ¡Hay sátiros que te patearían ante tal insulto!— respondió Grover

—¡Uau! Sátiros. ¿Quieres decir criaturas imaginarias como las de los mitos que nos explicaba el señor Brunner?—comenta Percy

—¿Eran las ancianas del puesto imaginarias, Percy? ¿Lo era la señora Dodds?— dijo Grover

—¡Así que admites que había una señora Dodds!— dijo Percy

—Por supuesto.— le respondi al mismo tiempo que Grover

—Entonces ¿por qué...?—dijo Percy

—Cuanto menos sepas, menos monstruos atraerás —respondió Grover como si fuese una obviedad— Tendimos una niebla sobre los ojos de los humanos. Confiamos en que pensaras que la Benévola era una alucinación 

—Pero no funcionó porque empezaste a comprender quién eres.— le dije

—¿Quién...? Un momento. ¿Qué quieren decir?— dijo el morocho de ojos verdes 

Volvimos  a escuchar  aquel aullido torturado en algún lugar detrás de nosotros,
más cerca que antes. Fuera lo que fuese lo que nos perseguía aunque ya tenia una idea de que era, seguía nuestro rastro.

—Percy —dijo mi madre—, hay demasiado que explicar y no tenemos tiempo. Debemos llevarte a un lugar seguro.

—¿Seguro de qué? ¿Quién nos  persigue?— cuestiono Percy