Heridas

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Dicen que ninguna vida es perfecta, pero para Jeon Jungkook futuro rey al trono de Corea su vida si lo era, tenía todo lo que pudiera desear. Una familia amorosa y unida, un compromiso matrimonial con una princesa del reino vecino que daría prosperidad a su pueblo, era inteligente, bondadoso, amado por todo mundo.  Sin contar su posición como futuro rey, era un hombre bastante guapo, de gran estatura y fuerza increíble, de un rostro masculino y atractivo, no había mujer en Corea que no quisiera ser la elegida para convertirse en su concubina.

Su vida en definitiva era próspera y feliz, hasta una noche en que todo cambió. Nadie supo cómo un grupo de exiliados entró al palacio real burlando a los guardias, pero cuando la alerta se lanzó estos ya habían logrado matar a un buen números de hombres, Jungkook y su padre lucharon contra ellos, no eran un gran grupo, pero sí tenían las suficientes habilidades para enfrentarlos, la victoria brillaba en los ojos del rey y el príncipe.

De pronto de entre las sombras un hombre apareció a traición detrás del rey buscando matarlo, Jungkook logró verlo y llegó hasta él, pero antes de que su espada se clavara en el pecho del traidor, la daga destinada para matar a su padre atravesó su rostro. Los traidores fueron asesinados, el rey salió ileso del ataque, pero para Jungkook, su vida acaba de cambiar para siempre.

Dos días después de aquella noche, la prometida de Jungkook, rompió el compromiso, verlo con el rostro desfigurado fue demasiado para ella, el horror de tener que vivir con un hombre marcado de por vida, tener que besarlo o intimar con él, le causaba repulsión y prefirió egoístamente romper todo compromiso.

En ese momento en que su corazón se vio pisoteado, junto a la lástima que sentía que todos profesaban hacia el pobre príncipe mutilado, causaron que una profunda amargura creciera dentro suyo, en cuanto sus heridas sanaron y tuvo que enfrentarse al mundo decidió hacerlo bajo sus propios términos, nadie estaba autorizado para mirarlo a los ojos, por donde él pasaba debían de bajar la mirada, y si era necesario estar frente a alguien se resguardaba detrás de una media máscara que cubría su rostro herido.

Para cuándo el momento de ascender al trono llegó, ya todos sabían y estaban acostumbrados a la única prohibición del reino. Jamás ver al rey a la cara, si no querían enfrentar un temible castigo. A pesar de su amargura, jamás cambió su forma de regir, siguió siendo el mismo hombre, bueno y justo, su pueblo lo amaba aunque él pensara lo contrario, y todos oraban para que algún día, su rey volviera a ser feliz como antaño.

El mismo día en que se cumplía un año desde aquella desgracia, al palacio llegó un nuevo sirviente, un joven proveniente de un pequeño pueblo a las afueras del reino, nadie podía imaginarse que aquel joven cambiaría la dinámica del palacio y el corazón del desventurado rey.







✨✨✨







Pues aquí vamos de nuevo con una nueva historia, en esta ocasión será algo distinto a lo que normalmente hago, será algo corto, espero que les guste.

Nos leemos bellezas...
        Besitos 😘😘😘

사랑의 상처 ★Love Scars★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora