ANTERIORMENTE...
- Ahora ¿algo para decir? - siguió Fenrir en un tono serio.
Acorralada por el miedo, sin una clara respuesta, bajo la mirada amenazante de dos superiores, sin más, termine rindiendo me y aceptando las consecuencias de mis acciones.
- Lo que sea que crean es cierto- solté ligeramente, segundos pasaron, no hubo respuesta, se miraban entre sí, para solo ver a Fenrir asentir, suspiro pesadamente para por fin escuchar su veredicto...
- Sabes, este no es lugar para hablar sobre esto- contesto Fenrir- acompáñanos por favor- asentí con la mirada baja, solo sentí como paso a un lado de mi- síguenos.
Volví a asentir, así empezamos a caminar, el silencio tenso y el viento helado hacía de esta noche aterradora, sonara algo exagerado, pero para ese momento se sentía como si fuese el último paseo junto a mi verdugo.
Callada, pensando en todo lo que he hecho estos últimos meses, si, la investigación me llevo meses para completar lo poco que había recopilado, pero toda acción tiene su reacción, tenía que afrontar esta situación de igual forma como tuve las agallas de espiarlos a todos y en algún punto hacerlos sentir acosados, ahora entiendo la actitud de algunos hacia mí.
Unos cuantos minutos pasaron, nos acercábamos cada vez más al parque, el cual, al ser de reserva natural tiene salida hacia el bosque de coníferas, un lugar aclamado por sus historias paranormales y entidades sobrenaturales, de seguro Roxanne ya ha pasado por aquí.
Nos adentramos en el parque, en camino hacia los límites de la zona restringida por los guardabosques, allí mismo Fenrir detuvo su paso, se giró para verme y con la misma fría mirada de hace rato se dirigió a mí;
- seré directo, Mira lo que hiciste no es de nuestro agrado, lo sabemos todo, desde que nos seguiste, hasta tener información sobre nosotros y nuestros clientes- al fin comento Fenrir en su tono serio que a cualquiera deja helado, al mismo tiempo veo como ojeaba algo en su teléfono- interesante, ¿todo esto lo investigaste tu? - cuestiono, solo asentí.
- Es increíble, cuanto detalle, pero eso sí, lo que hiciste con las minimis no te lo perdonare- comento Aletz enfadada, la entiendo no lastime a ninguna en el proceso de mi plan, pero sé que son tímidas por naturaleza y tal vez por culpa de mi trampa se habrán asustado.
- No era mi intensión hacer todo esto, es que la curiosidad me gano, las criaturas místicas que llegaban a la taberna, todo hizo que creara dudas en mi cabeza - dije de manera rápida y desordenada, la desesperación no me dejaría articular palabra, su respuesta era el abrumador silencio, solo avanzaron unos cuantos pasos más.
- Vete por favor, la madrugada suele ser peligrosa por aquí- esta vez contesto Aletz- olvida el tema, no lo vuelvas a hacer y esto nunca paso ¿estamos? -asentí, dicho esto se fueron alejando adentrándose en el bosque, eso aumentaba más mi curiosidad ¿A dónde iban?
No, tengo que obedecer les, si a mucho no me amenazaron con denunciarme por acoso, ni siquiera me prohibieron la entrada al establecimiento, tenía solamente que olvidarme del tema, seguir mi camino como si nada y todo mi conjunto de investigación tirarlo a la basura. con ese pensamiento, di media vuelta en dirección a mi casa.
Caminando por el parque buscando la salida, sin percatarme de mis alrededores, solo se escuchaba el sonido de una fría madrugada, los insectos y algún que otro animalito nocturno, nada fuera de lo común, a menos de que sentirse observada y escuchar risas al fondo sea parte de la naturaleza.
mis instintos se alarmaron al instante, más aún al ver destellos como llamas que se dirigían hacia el bosque donde minutos antes, Fenrir y Aletz desaparecieron, para alguien con 2 neuronas conectadas, claramente se hubiese marchado con solo el hecho de estar bajo la oscuridad, en un bosque al cual es famoso por sus historias macabras y paranormales, además de la probabilidad de que aquella luz sea producida por un incendio forestal, pero ese no era mi pensar de momento.
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EL MISTERIO DE LA TABERNA: CONFESION DE UNA PERSEGUIDORA
FanfictionLa curiosidad te puede llevar a lugares donde es mejor no meter las narices, frase celebre que no tome en cuenta, hasta donde llega mi terquedad que solo por un juego, termine enterándome de un secreto inimaginable. Acompáñame en mi travesía por des...