CELOS

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Hoby se sentía muy deprimido cuando llegaron a casa; ya que, durante todo el camino no había podido dejar de pensar en Taehyung y la modelo.

Namjoon aparcó su elegante Genesis negro en el garaje y a Hoby la sorprendió ver que el Ferrari de Taehyung ya estaba allí también.

—Vaya, vaya... Mira quién está en casa —murmuró Namjoon lanzando una mirada significativa a Hoby—. Parece que esta noche no tenía ganas de estar por ahí hasta el amanecer.

—Tal vez se ha venido pronto de lo exhausto que lo ha dejado esa rubia —repuso Hoby en un tono gélido.

Namjoon no hizo ningún comentario al respecto, pero parecía muy divertido.

Encontraron a Taehyung en el salón con la botella de brandy en la mano y una copa en la otra.
Solo se había quitado la chaqueta y la corbata, y tenía las mangas de la camisa enrolladas hasta los codos y los botones casi desabrochados por completo.

Hoby tuvo que hacer un enorme esfuerzo por no quedarse mirando el masculino torso. Taehyung se levantó al verlos y fue hacia ellos.

—Así que al fin te has decidido a traerlo a casa —le gritó Taehyung a su hermano—. ¿Sabes la hora que es?

—Las... dos y cuarto de la madrugada —contestó Namjoon imperturbable mirando su reloj de pulsera y sonriendo.

—¿Qué diablos han estado haciendo?

—Oh, pasarlo bien, ir aquí y allá... Esa clase de cosas, ya sabes —respondió Namjoon enarcando una ceja.

—. Buenas noches, Hoby —dijo al joven, le guiñó un ojo y subió las escaleras.

Hoby se sentía como si la hubieran arrojado a los lobos.
¿Por qué había hecho eso Namjoon? Taehyung parecía aún más furioso con ese detalle... si es que eso era posible. Carraspeó un poco.

—Bueno, creo que me voy a dormir yo también — dijo girando sobre los talones.

Sin embargo, antes de que pudiera dar un paso, Taehyung lo retuvo por el brazo y lo jalo al salón, cerrando la puerta tras de sí.
Los ojos negros brillaban peligrosamente y los sensuales labios estaban apretados en una delgada línea, lucia realmente fuera de si.

—¿Dónde han estado? —exigió saber—. ¿Y qué han estado haciendo? Namjoon tiene treinta y siete años, Hoby, no es un adolescente que solo toma de la mano.

El joven se quedó mirándolo sin lograr articular una palabra, pero la ira que se había alojado en su interior lo salvó de la situación:

—La rubia con la que tú estabas tampoco era ninguna colegiala —le espetó con tanta calma como pudo, a pesar de que las rodillas le temblaban. Se apoyó en la puerta.

—Mi vida privada es cosa mía —repuso Taehyung a la defensiva, frunciendo las cejas.

—Por supuesto y mi vida privada también es mía, no importa con quien salga o lo que haga—asintió él.  Ya me quedo claro  que no quieres que mariposee a tu alrededor con ojos de ternero enamorado, y eso es lo que estoy tratando de hacer —añadió.

Su respuesta pareció incomodar a Taehyung.

—Namjoon es demasiado mayor para ti —insistió. Hoby dejó escapar una risotada irónica.

—Le has puesto peros a todos los hombres con los que he querido salir, pero no puedes ponérselas a tu propio hermano. Namjoon jamás me haría daño y lo sabes.

Taehyung sabía que era cierto, pero aquello no hacía nada por disminuir sus celos.

—¡Oh, CARAJO HOSEOK! —exclamó al no encontrar otras palabras.
Hoby inspiró profundamente, tratando de controlar los agitados latidos de su corazón.

Hombres de Seúl.     TAEHYUNG  Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora