ERRORES

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Hoby vio la puerta del salón entreabierta y se asomó.

Namjoon estaba tirado en el sofá con una botella de whisky ya vacía en la mano, el cabello despeinado, la camisa a medio sacar del pantalón, una de las botas sobre el cuero del asiento, y cantando o más bien aullando, con todas sus fuerzas.

En la mesita frente al sofá había un cenicero lleno, un paquete de tabaco vacío y hecho un desastre, otro paquete recién abierto y otra botella de whisky.

—Oh, Namjoon... —gimió Hoby.

—Hola, Hoby bebé, ¿quieres un trago? —le ofreció levantando el vaso.

—Emborracharte no te va a ayudar y lo sabes.

—Salió llorando —murmuró Namjoon—. Maldita sea, Hoby, se echó a llorar y lo llevó a casa. Quiero matarlo —masculló con los ojos en llamas y la voz dura y áspera—.¡Mi propio hermano!

Hoby se mordió el labio inferior.
No sabía que decir a eso, ni tampoco qué hacer. Namjoon casi nunca bebía, y nunca se quejaba, pero parecía como si estuviera muriéndose por dentro y no podía evitar compadecerse de él.

El también se había sentido así cuando Taehyung se había marchado con Seokjin.

—Los vi marcharse —gruñó Namjoon.
Se frotó pesadamente la cara con una mano y suspiró frustrado—. Él es parte de mí, todavía es parte de mí... a pesar de todos estos años, a pesar del dolor aun lo amo mas que a nada... Taehyung lo sabía Hoby y lo hizo intencionadamente...

—No, Taehyung es tu hermano —lo defendió el joven—, él no te haría daño a propósito.

—Cualquier hombre se enamoraría de él —continuó Namjoon—, porque Seokjin es tan precioso, es como un sueño hecho realidad, es más bello y bueno que un ángel.

Aquello era lo que Hoby menos quería oír en ese momento y volvió a sentir una punzada de celos.

—Pero emborracharte no es la solución —repuso suavemente poniendo una mano en su brazo—. Namjoon, vete a dormir.

—¿Cómo puedo dormir cuando él está haciendo sabe que cosas con mi Jin? —exclamó Namjoon angustiado, tapándose el rostro con las manos.

—No tardará,  Jungkook acaba de irse a casa.

—Yo no sé mucho de amor, Hoby —dijo Namjoon—, y no tengo el encanto de Taehyung, ni su experiencia, ni su atractivo.

—Yo tampoco tengo el atractivo de Seokjin —dijo en voz queda, sentándose junto a él—. Me temo que si nos presentamos a un concurso de belleza perderíamos los dos. Oh, Namjoon, ojalá fuera una chica rubia...

—Y ojalá yo fuera un playboy —suspiró Namjoon mientras Una lágrima rodaba por su mejilla.

Hoby le dirigió una sonrisa y él se la devolvió.

—Ten —le dijo inclinándose peligrosamente sobre la mesa para verter más whisky en el vaso—. Al infierno con los dos, Esto ahoga las penas.

Hoby bebió un trago.
Sabía horrible y le quemaba la garganta.

—¡Dios! ¿Cómo puedes seguir vivo después de beber esto? Huele a gasolina.

—Es un whisky escocés magnífico —repuso él ofendido, Le arrancó el vaso de la mano y se trago el resto del contenido—. Hoby, si quieres ahogar las penas de verdad, tienes que cantar también. Voy a enseñarte una canción de taberna mexicana.

Cuando Taehyung llegó, una media hora más tarde, escuchó un dúo de voces totalmente desentonadas, provenientes del salón.

Se acercó, y se quedó mirando el espectáculo incrédulo.

Hombres de Seúl.     TAEHYUNG  Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora