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"Kiara Wilson"

Una mañana del 20 de marzo, más concretamente a las 11:09hrs, Nació una bebé muy enérgica y divertida. Una bebé traviesa y arriesgada.

Nació de un matrimonio Dominicano. Su padre era un abogado poco presente en casa y su madre era ama de casa, no por que no hubiera estudiado, sino porque nunca quizo ejercer su carrera.

Una madre que tenía de enojona lo que tenía de cariñosa.

Kiara Sofía Martínez. Una niña amable, honesta, sincera, educada. Que enojada era igual a su madre. Ofensiva, agresiva y peleona. Una niña que amaba aprender, una niña que anhelaba viajar. Pero no se esperó que lo haría es esas circunstancias

Sus padres la querían mucho y se lo hacían saber, la educaron muy bien y le enseñaron a defenderse también. Le pagaron clases de inglés porque ella amaba aprender.

Vivían cómodamente en una casa no muy grande, nunca les faltó nada. Siempre tuvieron lo que nesecitaron y lo que quisieron.

Tenía un grupito de amigas con las que salía a jugar en la calle, o se reunían en la casa de alguna para jugar a las muñecas.

Kiara era fan de dibujar y ver televisión sus días libres. Como también era fan de estudiar y leer los días comunes.

Al ser su padre un exelente abogado, había mandado a prisión a mucha gente mala y peligrosa, por esa misma razón su amada esposa recibía las cartas de amenaza que originalmente iban dirigidos a él.

Su preocupación crecía con el tiempo, más por lo que podía pasar a su hija y a su esposo que lo que le pasaría a ella.

Un fin de semana en el que sus padres la mandaron a pasar tiempo de calidad con sus primos, sucedió una desgracia.

Su padre volvía tarde de su oficina en la que atendía algunos casos

-Buenas noches

-Buenas noches ¿Vas a comer ya?

-Si, amor, te lo agradecería

-Bueno, siéntate en el comedor

-Bueno

Tocaron la puerta. Extrañado decidió abrir. En la entrada de la casa se encontraba un muchacho de al menos unos veinticinco años. Traía puesto un suéter con capucha que le ayudaba a esconder su rostro en la oscuridad de la noche.

Rápidamente sacó un arma, apuntó a la frente del señor y disparó. Debido al sonido ensordecedor la mamá gritó del pánico, dejando caer el plato de comida al suelo. El muchacho se aproximó a ella y también le disparó.

Su buena puntería hizo que el matrimonio falleciera de manera veloz.

El alma de la madre agradecería siempre su decisión de mandar a su hija a la casa de su hermana. Porque de esta manera evitó que la niña también muriera.

Los vecinos de la cuadra habían escuchado los balazos y habían avisado a la policía, quienes acudieron a la escena del crimen.

Una desgarradora noticia para la familia de las víctimas. En el funeral madres, padres, hermanas, sobrinas lloraban desconsoladas por la pérdida.

Kiara, de tan solo once años estaba en la habitación de sus padres, llorando. Decía que Dios había sido malo e injusto al hacerla pasar por eso. Que sus padres eran personas de bien, personas encomendadas a él. No merecían morir.

Kiara no era muy cercana a su familia, tal vez un poco a su tía, con quien había pasado aquel fin de semana. Pero cada uno lidia con sus problemas y ninguno quería ni podía hacerse cargo de una niña.

Por esa misma razón, fue adoptada por un matrimonio canadiense que viajaba por su país.

Eleanor era una joven esposa que deseaba con todo su ser tener hijos. Pero era imposible. No podía tenerlos. Al ver y conocer la historia de la pequeña Kia (que ya tenía doce años, casi) se conmovió mucho y le propuso a su marido. Al inicio se opuso, pero finalmente cedió ante las súplicas de su esposa.

Vivieron un corto tiempo en el país de la niña, hasta que ésta pudo sobrellevar la pérdida de sus padres. Le mostraron apoyo incondicional. Tal vez por eso Kiara aceptó tranquilamente irse con ellos a Canadá.

Ya era mayor. Tenía casi catorce años. Y a decir verdad nunca se había quejado del trato que los Wilson le daban.

De Kiara Sofía Martínez a Kiara Sophia Wilson.

Tampoco se opuso.

Los problemas llegaron cuando ya tenía entre quince y dieciséis años.

Sus padres adoptivos peleaban mucho. Mayoritariamente porque su padre tenía esa espinita, estuvo en desacuerdo con adoptar a Kia. Ella intentó comprender que tal vez era porque el deseaba engendrar sus propios hijos.

Siempre eran reclamos.

Eleanor defendía a Kiara, ella le llegó a coger cariño y amarla como si fuera su propia hija. Le dio amor, atención, protección y seguridad.

Era comunicativa y amable. Sophia la amaba mucho por eso, también llegó a quererla como a una madre. A pesar de que no lo fuera.
















Ahora sabemos más sobre Kia :<

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⏰ Última actualización: Sep 29 ⏰

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