1. Romance en primer grado.

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- A veces desearía que una mujer se volviese loca por mí, como en los mangas, ¿sabes?

Me quedo observando ante el comentario, tratando de discernir si está hablando en serio o solo ha hecho un comentario sin pensárselo siquiera. Al final solo le doy una mirada neutra, esperando a que prosiga con lo que probablemente sea una diarrea verbal fetichista.

- Sabes de lo que hablo, ¿no? La clase de chica que mataría o moriría por ti. Yo sería el novio más leal del mundo, así que no me preocupa que algo malo pueda pasar. Una chica así sería perfecta para mí, te lo juro."

- Del amor al odio hay tan solo un paso - le replico. - Una chica como esa sería una bomba de tiempo. En cualquier momento las tornas podrían cambiar, y cuando menos te los esperes tu vida estaría en peligro.

- Ah, sí. Supongo...

Suspira con desilusión ante el balde de agua fría que le acabo de lanzar. La realidad es que no puedes proyectar una relación a largo plazo con alguien así de inestable. Claro que eso no podría saberlo, aún es joven e inexperto en relaciones. Yo también lo soy, pero a diferencia de él, soy capaz de pensar con la cabeza de arriba.

- ¿Pero no crees que sería divertido? - me dice.

- ¿El qué?

Por un momento abre la boca con la intención de decir algo, pero solo con mi expresión fui capaz de dejarle claro que no estaba dispuesto a escuchar sus delirios.

Se hacía tarde, así que cada uno regresó a su departamento. Ya con mi dosis de charla sin sentido a tope, me metí en la cama. Antes de dormirme, sonreí pensando que podría dormir tranquilo sabiendo que ninguna chica psicópata estaba tras mi cabeza. Qué tontería.

Cuando llegué a la escuela al día siguiente, había una carta sobre mi mesa. En ella solo se podía leer una frase: "Te espero en la bodega detrás del gimnasio al terminar las clases." y al lado, un corazón. Una confesión, aparentemente. Mi primer pensamiento fue que se trataba de una broma. Quiero decir, ¿Quién escribiría una carta así? Parece un cliché de manga de romance, la gente de verdad no hace estas cosas. No descarto la posibilidad de que alguien pudiese estar interesada en mí, pero de esta forma no puedo hacer más que dudar.

Al final terminé cediendo ante la curiosidad de ver qué clase de broma se estaba cocinando aquí. Solo hay un camino para llegar hasta la bodega, así que al terminar la jornada me senté a la distancia suficiente para distinguir si alguien iba en aquella dirección. Para mi sorpresa, sí que pasó alguien. No pude ver bien su rostro, pero podía confirmar que se trataba de una chica. La cosa se complica. Me preparé mentalmente y me dirigí también hacia la bodega, esperando cualquier cosa menos una confesión, eso está claro.

Cuando llegué ella estaba de pie, esperándome.

- Si viniste. - Me lanzó una sonrisa risueña. Era una chica de pelo corto, con ojos profundamente negros y algo desaliñada, bastante atractiva a pesar de su aspecto poco cuidado.

- Leí la carta. ¿Quieres... decirme algo?

- Así es. Vayamos a un lugar más privado, ¿quieres?

La chica abre la puerta de la bodega y entra, perdiéndola de vista. Al acercarme a la puerta, me quedo quieto por un momento, observando.

- ¡Estoy esperando! - me dice con una voz juguetona.

Decido entrar. Ella aparece detrás de mí, cerrando la puerta.

Sin dudar un segundo, hago caso a mi intuición, y me lanzo a agarrarla.

- ¡¿Pero qué estás-?! - La chica trata de zafarse de mi agarre sin mucho éxito. No pierdo el tiempo y comienzo a revisarla de arriba a abajo. Un escalofrío me recorre el cuerpo cuando siento un tacto metálico. Un cuchillo dentado. Esto no puede estar pasando. La chica aprovecha el momento para liberarse. Me preparo para defenderme, pero solo se queda parada en la puerta.

- ¿Cómo lo supiste? - me increpó.

- La chapa de la puerta. Estaba forzada.

- ¡¿Y solo eso hace falta para que te lances así hacia una chica?!

- Pensaba disculparme en caso de equivocarme.

La chica parece estar pensando en algo. Yo, sin embargo, no bajo la guardia y comienzo a interrogarla.

- ¿Quién eres? ¿Quién te ha enviado a matarme?

La chica ladea la cabeza, aparentemente confundida ante la pregunta.

- ¿Te ha enviado Goro acaso? Será mejor que respondas, tengo formas de hacerte hablar.

Trato de mantener el control de la situación, pero aquí quien está más confundido soy yo. ¿Es posible que se hayan percatado de mi fachada? Trato de pensar en qué me pudo haber delatado, juraría que no se me ha escapado ningún detalle, incluso conseguí que me trasladaran a esta escuela, identificación falsa incluida. ¿Qué ha salido mal?

- ¿Acaso eres uno de esos chuunibyou*? Agh...

La chica se acerca a mí rápidamente con evidente enfado. Apunto a ella con el cuchillo para mantenerla a raya, pero no parece importarle.

- ¡Iba tan bien, hubiera sido un homicidio perfecto! ¡¿Por qué tuviste que arruinarlo?!

...

¿Qué?

- ¡Ya lo tenía todo planeado! ¡Incluso el monólogo que daría cuando estuvieras desangrándote! Y ahora se ha ido todo a la mierda...

La chica comienza a dar vueltas mientras se muerde las uñas. Ahora mismo soy incapaz de procesar lo que acaba de decir. Simplemente me quedo congelado, esperando a que algo de esto haga sentido, de alguna forma.

- ¿Y bien, que piensas hacer ahora? - me dice. - ¡¿Vas a quedarte ahí parado o vas a darme una disculpa?!

- ¿... perdón?

- ¡Discúlpate! ¡Discúlpate por matar el momento!

Quizá por la frustración, quizá por la extrañeza de la situación, y sin tener ni idea aún de quién es esta chica o siquiera de que está pasando, por alguna razón, decido responderle.

- ¡¿Disculparme por "matar el momento"?! ¡Discúlpate tú por tratar de matarme a MÍ!

- ¡¿Huh?! ¡¿En serio tienes el descaro de decir eso?! ¡¡Eres un idiota!!

Pisando con fuerza, la chica abre la puerta con rabia.

- ¡La próxima vez voy a matarte, y más te vale que no lo arruines! ¿Entendido?

Y dicho eso, me da un portazo en la cara, dejándome a solas en la bodega, con cuchillo en mano, completamente perdido e incapaz de procesar lo que acababa de ocurrir.

Cuando llegué a mi departamento, me recosté sobre la cama, mirando fijamente al techo. Luego de varios minutos, despejo lo que tengo en mente. No sé quién es o que pretende, pero puedo sacar una cosa en claro: Esta chica quiere matarme. Literalmente.


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Chuunibyou (中二病): Término coloquial japonés que se utiliza normalmente para describir a los adolescentes que tienen delirios de grandeza, que quieren desesperadamente destacarse y que se han convencido a sí mismos de que tienen conocimientos ocultos o poderes secretos. (Wikipedia, lol)

¡Esta chica quiere MATARME! (literalmente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora