𝖡𝗈𝗒𝖿𝗋𝗂𝖾𝗇𝖽 『Cᴀᴜʟɪғʟᴀ x Kᴀʟᴇ』

03 ┊͙ Tomboy

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El deporte no era una de las fuertes de Caulifla.

Literalmente ella era una de las peores en la clase ya que la actividad física no entraba en sus facultades de hacer con facilidad.

El profesor de deportes no paraba de gritarle ni de hacer sonar el silbato que para Caulifla era irritable.

—¡Vamos, Caulifla! —la animó el nuevo de la clase.

—¡Es que no puedo... Mis pulmones ya están exigiendo todo el oxígeno del mundo...!

—Pero que exagerada eres. —carcajeó Gogeta mientras detenía su trote frente a la peli alborotada.

El chico lucía un jogger Nike y tenis de la misma marca, mientras que la camisilla le resaltaba los músculos de los brazos.

—Vamos, tú puedes. —el chico la tomó de la mano, insitandola a que siguiera trotando— Bailas tres horas seguidas sin parar, es imposible que tres minutos de trote te tengan fatigada.

Caulifla reparó con los ojos el agarre de Gogeta y se zafó rápidamente por lo incómoda que se estaba sintiendo.

—¿Qué escuchas en esos auriculares? —le arrebató la peli alborotada el aparato que Gogeta tenía sobre la cabeza, y al colocarselos sus oídos se deleitaron con la melodía de Stop crying your heart out— ¿Escuchas a Oasis?

—Siempre.

—¡Yo los amo! —chilló Caulifla emocionada y le devolvió los auriculares al sexo opuesto cuando el profesor los regañó por andar perdiendo el tiempo— ¿Pero por qué escuchas música deprimente para hacer deporte?

—Es que... Mi playlist está en aleatorio.

—¡Kale, no te veo trotando! —siguió el docente con los regaños.

—Yo no puedo agitarme, señor profesor. —alegó la morena, luciendo pantaloneta running color negro y top deportivo color blanco— Sufro de asfixia, además, mi maquillaje se podría dañar...

—No he recibido ningún reporte clínico que diga que sufres de asfixia —aclaró el entrenador Tenshimhan— y no me importa si tu maquillaje se daña ¿Quién rayos se maquilla para hacer deporte?

—Por eso no pienso trotar, señor profesor, sudar estando maquillada hará mucho más vulnerables a que mis poros se obstruyan, y como consecuencia, que mi piel se perjudique con el paso del tiempo. —siguió alegando la morena, mientras se encaminaba a las gradas.

Pero ante la amenaza que le lanzó el profesor de que la pondría a perder la asignatura, a Kale no le quedó de otra más que trotar al igual que sus compañeros.

Luego de ese “arduo” trote, el receso había llegado. Todos los estudiantes se dirigieron a la cafetería, entre ellos, Caulifla y su grupo de amigos.

Todos se sentaron alrededor de la mesa. Caulifla era de las personas que no le gustaba comer en la cafetería, ya que comer era algo íntimo y personal para ella, así que hacerlo frente a todos no la hacía sentir muy cómoda.

La peli alborotada se levantó para ir por comida, pero nada se le apetecía y luego de varios minutos de estar intentando escoger algo que se le antojara, terminó escogiendo una hamburguesa con doble porción de carne y doble ración de queso, además de papas y una soda grande.

—Por Dios, ¿cómo es posible que alguien con un cuerpo como el tuyo pueda comer tanto? —hablaron con asombro detrás suyo, Caulifla se dió la vuelta, encontrándose con el oji azul.