Capítulo 16

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La pequeña mierda pretenciosa estaba ignorándolo, lo había estado ignorando desde que regresaron a corea.

Era perfecto, en realidad, ya que SoonYoung había decidido ignorar a MingHao, también. Cuanto menos hablara con el chico, mejor. Bueno, al menos esa era la teoría.

En la práctica, jodidamente no le gustaba estar siendo ignorado por MingHao.

Se estaba volviendo loco. Esa era la única explicación.

SoonYoung descansó los ojos en la fuente de toda su frustración.

MingHao estaba tumbado en el sofá con un grueso libro en sus manos. A diferencia de SoonYoung, parecía completamente relajado y absorto en su libro. No había mirado a SoonYoung ni una vez, no había hablado una palabra con él desde su regreso. Eso molestaba a SoonYoung, porque... porque se suponía que era él quien iba a ignorarlo. MingHao se suponía que estaría frustrado, no él.

Soonayoung hizo una mueca, atrapado en ese tren infantil e irracional de pensamiento.

Molesto consigo mismo, SoonYoung desvió la mirada, fijándola en el televisor.

Treinta segundos más tarde, se encontró mirando a MingHao de nuevo.

Había un pequeño lunar en el cuello pálido de MingHao, junto a la débil marca de color rojizo. La marca de dientes y labios que le dejó.

SoonYoung miró hacia otro lado.

Tal vez la razón de su frustración era la falta de una confrontación abierta.

Dado que MingHao había decidido fingir que su pequeño viaje no había sucedido, a SoonYoung no se le había dado la oportunidad de decirle a MingHao que el sexo no significó nada. Deseaba simplemente confrontar a MingHao y que lo llamara gay para que pudiera negarlo.

Pero MingHao ni siquiera lo miró, y chico, si eso no lo hizo cabrear. Quería levantarse, caminar hacia MingHao y sacudirlo, empujarlo, inmovilizarlo en el sofá debajo de él y...

SoonYoung se puso de pie y salió de la sala rápidamente. Golpeó con los nudillos la puerta del estudio y la abrió.

—¿Vas a salir hoy? —dijo.

Jun levantó la vista de su ordenador portátil, un teléfono presionado a su oído.

—Un momento, Andrew —dijo, poniendo el teléfono abajo—. Estoy trabajando desde casa hoy —dijo a SoonYoung con el ceño fruncido—. SeokMin me lo pidió. ¿Por qué? ¿Hay algún problema?

SoonYoung deseaba poder decir que sí.
Lamentaba que no pudiera decirle a Jun que tenían que dejar el departamento inmediatamente para que SoonYoung pudiera marcharse con él, alejarse de MingHao y su piel, su boca y sus ojos. Demonios, casi deseaba ir al pueblo de Chavez para ver el vecindario.

—No —dijo SoonYoung—. Solamente volviéndome loco. Cerró la puerta con firmeza y suspiró.

Esta locura tenía que terminar.

*****

No pasó.

Por la noche, estaba más allá de frustrado.

Apenas podía saborear la comida mientras la devoraba, sintiéndose distraído y molesto. Miraba a MingHao, odiándose a sí mismo por su incapacidad para ignorarlo. Observaba a MingHao y Jun hablando de sus conocidos en común e intentó convencerse de que estaba mirándolos a ambos.

No estaba mirándolos a ambos.

MingHao hacía ese parpadeo lento, a veces, dejando a sus pestañas barrer contra sus mejillas antes de mirar a todo con el que estaba hablando, lento, y soñoliento y pareciendo un cervatillo.

𝑱𝑩𝑾 |𝑺𝒐𝒐𝒏𝒉𝒂𝒐|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora