Meeting a phoenix.

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-sábado -A la mañana siguiente mansión de los jinetes-

En la remota mansión  rodeado de bosques frondosos, cada amanecer, Issei despertaba con la urgencia de la guerra latiendo en sus venas. Sin embargo, en lugar de armarse para el combate, su corazón anhelaba la calma del tallado en madera.

Este necesidad surgió luego de descubrir los talentos ocultos de sus respectivos hermanos en el caso de Tatsumi y Basara siendo este la música a el y Erza le gustaba el arte aunque visto de 2 modos diferentes ya que mientras Erza es mas de lienzos y papel Issei encontró un gran pasatiempo en la madera.

La reencarnación directo de Guerra, el jinete del Apocalipsis, Issei llevaba consigo el legado de la batalla, pero también el arte de la creación. Mientras el sol despuntaba en el horizonte, él se sumergía en la tranquila tarea de dar forma a la madera con sus hábiles manos.

Cada golpe de su cincel resonaba en el aire, transformando trozos ásperos en elegantes esculturas. En sus obras, plasmaba la dualidad de su ser: la fuerza implacable de un guerrero y la delicadeza de un artista.

Las pocas personas que conocieron este talento de su parte quedaban maravillados cómo aquel joven apasionado por el tallado en madera transformaba simples troncos en obras maestras, cada una contando una historia única

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Las pocas personas que conocieron este talento de su parte quedaban maravillados cómo aquel joven apasionado por el tallado en madera transformaba simples troncos en obras maestras, cada una contando una historia única. Issei encontraba en su pasatiempo una manera de canalizar su energía, de encontrar equilibrio entre la furia de su Ser y la serenidad de su alma.

Así, día tras día, Issei honraba tanto la memoria de Guerra como su propio espíritu, tallando su camino a través de la vida con la misma determinación con la que sus antepasados habían cabalgado hacia la batalla.

Finalmente luego de trabajar algunas horas el ahora peli blanco observa con orgullo su trabajo terminado usando una madera de color rojo muy rara Issei tenia en mente el crear algo para cada uno de sus hermanos.

Con dedicación y cuidado meticuloso, Issei esculpió una serie de estatuas que honraban a sus hermanos de sangre y de destino.

Para Tatsumi, la personificación de la Muerte, Issei talló una figura imponente y serena, con una expresión que reflejaba la solemnidad y la inevitabilidad del paso del tiempo. Cada detalle de la estatua capturaba la esencia de su hermano, desde la capa ondeante hasta los símbolos de la vida y la muerte entrelazados.

Para Erza, la encarnación de la Furia, Issei creó una escultura enérgica y poderosa, con líneas angulares y una postura desafiante. La estatua parecía estar lista para la batalla, con los músculos tensos y los ojos ardientes de determinación, reflejando la pasión y el fuego que ardían en el corazón de su hermana.

Para Basara, la personificación de la Lucha, Issei esculpió una figura dinámica y atlética, con una pose que emanaba fuerza y agilidad. Cada músculo estaba cuidadosamente delineado, y el rostro de la estatua irradiaba un espíritu indomable, recordando la perseverancia y el coraje de su hermano en la búsqueda constante de la victoria.

Darksiders DxD el regreso de los Jinetes (finalizada temporalmente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora