𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ★•°𝖠𝖯𝖯𝖫𝖤𝖱𝖠𝖣𝖨𝖮°•★

°•★𝐑𝐄𝐃 𝐑𝐎𝐒𝐄𝐒 -18+★•°

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Este one shot contiene:
-Asesinato
-Tortura
-Escenas explícitas
-Boypussy

-Violencia
-Menciones a adicciones

-Personalidades algo alteradas
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Sus ojos rubíes se abrieron con sorpresa, ¿dónde de hallaba?
Bajó su mirada y divisó el típico altar que se ocupaba para invocarlo, una cabeza de venado, un pentagrama dibujado con sangre y una hacha.

Al alzar su vista una ramo de rosas rojas ocuparon todo su panorama. Eso lo sorprendió, tomó el ramo y con una notable molestia volteó a ver al causante de su invocación.

Un hombrecito rubio, con un traje. Por lo visto, sin su chaleco, estaba arrodillado y en su otra mano posaba un corazón de venado.

––Qué necesitas?

Preguntó con molestia.

El joven rubio se quedó unos segundo en silencio, viéndolo fijamente. No podía distinguir si era una mirada de amor o deseo. Aunque, si era sincero, no le interesaba.

Su contrario se aclaró la garganta y con una gran sonrisa musitó.

––Gracias por haber atendido a mi llamado, mi nombre es Luzbel. Lo he invocado porque necesito que me haga un gran favor, más bien, sería como un trato.

Eso llamó la atención del demonio pelirrojo, el cual, se inclinó levemente con sus cejas alzadas con interés.

––Continúa.

Luzbel asintió y con algo de nerviosismo prosiguió.

––Bien, necesito que me ayude a acabar con mi ex esposa. Verá, nos divorciamos hace un tiempo y ella se quedó con la custodia de mi pequeña. Pero, hasta el día de hoy no me permite verla y tengo sospechas de que maltrata a mi pequeña, y por ello; quiero venganza.

¿Venganza? Eso le interesaba, quería saber más.

El demonio asintió y dejó al hombre seguir.

––Quiero acabar con todos, con su esposo y ella. Quiero torturarlos, hacerlos sufrir psicológica y físicamente, que imploren el final de su sufrimiento y acabar con ellos de la forma más cruel y sangrienta posible para después devorarlos.

Oh vaya, el hombre rubio no era tan puro como había pensado. Aunque, vamos, alguien que intenta entablar un trato con un ente demoníaco no sería la mejor persona.

Ahora que lo pensaba, aquel chaparrito se le hacia bastante lindo.

––Eres lindo.

Comentó sin pensar. Luzbel se quedó desconcertado, ¿qué?
––Perdone, ¿qué acaba de decir?–– preguntó incrédulo. El rubio no podía negar que sentía una gran atracción por el demonio frente a él, pero, solo estaba allí por un contrato, no algo más.

––Eh, nada, nada. Y ahora viene mi pregunta, ¿qué ofreces a cambio de mi ayuda? Digo, deberías tener algo que también me beneficie a mi.