Suertes Diferentes

Capítulo 9

Las cosas se habían salido de control, Elira estaba en casa dando vueltas preocupada por la situación, sabía que no debía intervenir por todo lo que Fenris le había contado, pero no pudo evitarlo al ver que estaba a punto de morir.

Para intentar despejar su mente registró todo lo vivido últimamente, los aromas que detectan los Lupanis, en qué ocasiones, las peleas entre ellos y otras cosas, pero lo que todavía no podía entender, era el estado en el que se encontraba el rubio antes de que su amiga se lo llevara. Ella dijo que volviera al bosque al día siguiente pero no entendía, sentía que la Revelación de Instinto de Fenris se acercaba y era algo que quería evitar.

Al día siguiente los grupos de Cazadores y Recolectores se reunieron para una expedición en conjunto, el Cazador Jefe informó que se habían visto más Lupanis que de costumbre y otros en el bosque y en la tribu algunos habitantes había experimentado su Revelación de Instinto por lo que fueron desterrados. Elira no podía evitar pensar que el ambiente era extraño, ya que de todos, Korvick se había quedado en la tribu "por seguridad", pero sinceramente un solo Cazador no podría cubrir un inminente ataque solo.

-Es extraño, se supone que es una expedición general -le dijo a sus compañeras.

-El Cazador Jefe quiere ver los recorridos que haces -dijo Serafina- ha estado siguiendo algunas cosas y desconfía un poco de los lugares que conoces.

-Es un idiota -soltó moleta.

-No me agrada que Korvick se haya quedado -dijo Rhea bajando un poco la voz- tengo un mal presentimiento, Elira, con bueno...ya sabes...

-No serían capaces, Brak es lo suficientemente inteligente para no meterse donde no lo llaman.

Estuvieron hablando un poco más hasta que el Cazador Jefe los reunió, dio las indicaciones y se posicionó junto a Elira para tenerla en su rango de observación.

Hicieron el recorrido al perímetro indicado, recolectaron víveres y cazaron animales pequeños, estaba todo bien hasta que en cierto punto aparecieron unos Lupanis, eran dos chicas que llevaban unas cestas con hierbas y demás, al notar su presencia se asustaron y corriendo hacia lo más profundo del bosque, Elira miró con desagrado como el Cazador Jefe daba la orden de seguirlas, por lo que Kira salió a la acción de inmediato, pero el grupo de Recolección se mantenía en su lugar.

-Parecían chicas de nuestra edad -dijo Talia.

-Los chicos son unos idiotas -soltó Serafina- ellas no querían atacarnos, solo recolectaban víveres igual que nosotros.

-Jamás van a entenderlo, los Lupanis son igual que nosotros, no hay diferencias -dijo Elira.

-¿Has estado con alguno?

La pregunta que hizo Serafina dejó en un limbo a Elira ¿Debía decirles? Todas miraban con curiosidad, excepto Rhea que ya sabía todo, sólo estaba expectante por su respuesta, si les contaría sobre él.

-La verdad es que sí -bajó un poco la voz- pero no puedo contarles nada por el momento, Brak me sigue los pasos, no puedo exponerlo.

Las chicas la miraron con sorpresa pero asintieron de inmediato, ellas entendían mucho mejor las cosas que el bruto de su intento de hermano mayor.

Al cabo de un rato llegaron los demás, no tuvieron éxito al perseguir a esas Lupanis, y era obvio, su velocidad las favorecía en todo sentido. Trazaron una nueva ruta, pero esta vez hecha por Elira, así para que su jefe viera que no había nada de malo en conocer lugares ricos en víveres, este quedó sorprendido de algunas zonas, por lo menos ahora le creería.

Una vez terminó esa tortuosa expedición, Elira se dirigió a casa con cierto temor de que algo haya podido pasarle a su libro, no confiaba en las decisiones de Brak, así que tenía que asegurarse. Allí en el lugar tardó un poco en encontrar su libro, el miedo le había hecho olvidar todo, pero finalmente dio con él. Ya más calmada revisaría si habían entrado a su cabaña o solo era paranoia suya.