¿Por que te casaste conmigo?

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El dolor para Sofía ya era insoportable y la sangre era su mayor preocupación, cuando la bajaron de la Camioneta los hombres la habían tirado en el suelo, ella solamente pudo acariciar su vientre, pidiendo al cielo que el bebé estuviera bien, las lágrimas brotan de sus ojos, ella sin entender que estaba ocurriendo, sus súplicas fueron hechas en el corazón, súplicas en silencio, esperando ser escuchada, segundos después se había armado de valor y levantó el rostro - ¿Quién ordeno esto, órdenes de quien están siguiendo? - Preguntó la mujer manteniendo la frente en alto, mientras observaba al hombre que tenía el rostro oculto.

— Son órdenes de Arnaldo Benzema - Escuchar el nombre de Arnaldo fue como sentir que varias puñaladas atraviesan su cuerpo, la mujer apretó los puños con fuerza, pero no mostró descontento, aunque en el fondo la decepción estaba apoderándose de ella, pero antes de dar un paso en falso debería de asegurar al niño en su vientre.

— No juzgó sus actos, pero por favor ayúdame a salvar a mi bebé - Lo expresado por Sofía tomó por sorpresa al hombre que observó a la mujer - Por favor - Entonces el hombre había dejado escapar un suspiro, el sitio En donde Sofía estaba era una cabaña, por supuesto rodeado de muchas hierbas, además el hombre que se oculta detrás de la máscara conoce a Sofía sabe mucho de ella y por esa razón no dudo en ayudar a la mujer, fueron varios minutos en las que Sofía sentía que ya no podía más, su rostro se estaba volviendo cada vez más pálido, sus ojos perdían el brillo, pero antes de que ella perdiera el conocimiento el hombre había vuelto, y lo hizo con una infusión que claramente había ayudado a Sofía, la mujer no dudo del hombre su único anhelo era salvar a su hijo.

Entre tanto la camioneta con las llantas que fueron alcanzadas por las balas se estacionó por delante de la Casa en donde Diana y Arnaldo se estaban quedando en Rusia, lo primero que el hombre hizo fue abrazar a su esposa, entonces Diana más allá de estar enojada por el cambio de actitud ante la aparición de Sofía no podía negarse al hecho de ser abrazada por su marido - No quise ponerte en peligro, tampoco quiero que te hagas falsas imaginaciones en tu cabeza, pero ahora tengo que irme Diana, pero no salgas de aquí, porque he tentado a Benjamín Walton y no sé quien lo está protegiendo, quiero que te metas en el búnker, mi amor, no salgas de allí hasta que yo vuelva.

— ¿Qué está pasando Arnaldo? Joder, háblame con la jodida verdad, no quiero estar así con esta incertidumbre - Diana había levantado la voz.

— Diana, mañana a mi regreso hablaremos, pero ahora no tengo mucho tiempo - Arnaldo beso a la mujer, pero antes de irse de allí su teléfono había vuelto a sonar, había recibido un mensaje de texto, el hombre endureció sus facciones, había tecleado segundos después fue por algo, Diana lo tomó del brazo y volvió a besarlo, por supuesto la acción de la mujer tomó por sorpresa a Arnaldo, Diana se llevó las manos del mismo hasta su vientre, aquello obligó al hombre a bajar el teléfono y la morena había sonreído, por supuesto ella logró su objetivo, Arnaldo se apartó de ella y fue hasta otra habitación mientras Diana tomaba el celular y allí lo vio muy claro, la morena había leído el texto.

*Cuiden a Sofía, ella es lo más importante que tengo esta noche, su vida es como la mía, voy a estar con ella en algunos minutos* - Diana apretó los puños con toda la furia, las lágrimas se amontonan en sus ojos, pero logró controlar sus emociones, volvió a dejar el celular allí donde Arnaldo lo había dejado, ella estaba cegada por los celos, su marido había vuelto y la tomó de la cintura.

— No hagas nada, espérame - Posterior a expresar aquellas palabras, Arnaldo volvió a besarla y Diana correspondió, posteriormente el hombre la guio hasta el sitio en donde ella estaría a salvo - No salgas de aquí - Diana recorrió con la mirada el lugar que estaba bien preparado para la ocasión en este caso para aceptar a alguien por algunas horas, Diana se sentó en el pequeño sofá dejando que las lágrimas salgan.

— Por qué te casaste conmigo si ella es lo más importante incluso eres capaz de tentar a todos por ella, eres capaz de dejarme a mí por irte con ella - la morena se llevó el rostro entre las manos, pero entonces pensó en su bebé y se acarició el vientre - Y si nos vamos de aquí, quizás no somos muy importantes para tu papá y es mejor dejarlo ser feliz - Con aquella determinación en sus palabras la morena se había puesto de pie - Bien Arnaldo, lo mejor será que yo me desaparezca de aquí, pero se detuvo, puesto que sabe que el hombre no la dejaría desprotegida, sabe que los Guardaespaldas del mismo han de estar custodiando todo el lugar.

Arnaldo ordenó efectivamente que protejan a Diana, al mismo tiempo que el equipo de inteligencia del Clan Legendaria da con el paradero de aquel sitio, todos los subordinados de Benjamín tenían experiencias en estos terrenos.

Benjamín se encontraba bebiendo una copa de Whisky esperando noticias de Sofía, los ojos del hombre estaban inyectados en sangre, su corazón late de manera desenfrenada, el temor se apodera de él, cuando escuchó que la puerta se abrió vio a Diestro.

— Por tu bien y por el de todos espero que tus noticias sean buenas - Benjamín estaba ansioso.

— Sí, tengo la ubicación de donde la tienen, pero con lo sucedido esta noche Arnaldo Benzema se dejó ver, entonces la cabeza de ustedes ya tiene un precio, ya vienen por ustedes, Arnaldo Benzema acaba de dar un paso en falso que te condena también a ti Benjamín - Diestro se veía muy preocupado.

— Me importa un carajo quien me busca, mientras yo encuentre aquello que estoy buscando, el resto no me importa.

— Vamos conmigo, ya tus tropas fueron movidos hasta el lugar en donde está tu esposa, además Benzema no tardará en llegar allí y Diana se encuentra sola en la casa en donde se quedan, además las autoridades ya vienen por ustedes, tienen 1 hora para encontrar aquello que anhelan, tú a tu esposa y él también a la suya supongo.

— Traigan a Diana Santos conmigo - Fue la orden de Benjamín y Diestro de inmediato había obedecido, dejando que aquella orden llegue rápido a los que se encontraban en la casa de Arnaldo, que a esas alturas se encontraba fuertemente custodiada por los hombres de Benjamín Walton mientras las sirenas aún se escuchan con claridad y cada vez más cerca.

Herida de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora