Capítulo 2: La Ciudad De Los Muertos.

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Me desperté con el mismo cansancio con el que me dormí. Cuando el despertador sonó lo único que pude hacer fue tirarlo contra la pared, el ruido era insoportable, además de un dolor de cabeza horrible que comenzó a aparecer. Esa noche había tenido sueños raros, de los cuales sentía que todo era muy real. Estaba en el antiguo Egipto, no tenía muy claro lo que ocurría, pero diversas escenas pasaron por mi mente, no tenía claro si era del sueño o en verdad era algo que estaba pasando en realidad. 

Pero bueno, decidí levantarme ya y darme una ducha rápida para poder prepararme, al terminar me puse ropa cómoda para poder moverme rápida y ágilmente por si ocurría cualquier cosa. Al salir, ya iba con mi bolsa de ropa cuando justamente me encontré a Rick, el cual se había aseado, cortado el pelo y vestido para la ocasión. Al verlo, me quedó unos segundos bastante sorprendida, ya que ayer, físicamente parecía una persona realmente diferente. Me puse a su lado justamente saludándolo, a lo que él lo devolvió algo sorprendido, ya que no me esperaba allí. 

— Vaya, así que no voy a tener que ir a por ti — dije de broma, recordando lo de anoche, mientras lo miraba con enorme sonrisa en mis labios, caminando junto con él.

— Ya te lo dije, estoy en deuda con vosotras. Además, quería hablar y estar más contigo, me caes, extrañamente, muy bien.. No te ofendas, pero por lo general la gente me cae horriblemente mal al principio. — Dice mientras sonreía de medio lado, e incluso me agarró la bolsa de ropa para que yo pudiera ir libre, cogiendo él lo suyo y lo mío. 

— Rick, no hace falta que la lleves por mi, puedo yo sola. — Reclamé pero fue inútil, ya que este comenzó a caminar más rápido, negando frenéticamente la cabeza. — Bueno, está bien...Pero para la próxima yo me llevaré mi bolsa. 

Ambos caminamos hasta llegar al puerto, donde sorprendimos a mi hermana decirle en voz alta su más humilde opinión a cerca de O'connell, la cual no era tan agradable. Pero, cuando se giró al escuchar su voz, pude ver un brillo en sus ojos que jamás vi en mi hermana. Haciendo que sonriera nada más ver como se había quedado hasta petrificada. Segundos después, este cargó también sus dos maletas y subió a bordo, dejándonos atrás. 

— Evy, cierra la boca, te van a entrar moscas querida hermanita — dije soltando una ligera risa, a lo que mi hermana contesto con un ligero codazo sobre mi brazo, haciendo que soltara un pequeño quejido, pero nada más. 

El día en el barco fue tranquilo, había conocido a unos americanos los cuales también iban a Hamunaptra, ya que había un hombre, el cual los iba a guiar. Ahora me encontraba leyendo un libro en la parte de atrás del barco, muy relajada hasta que de la nada un sonido fuerte, de un golpe en la mesa, hizo que me sobresaltara. Así que, al alzar la mirada pude ver a O'Connell el cual tenia cara de sorpresa al ver el sobresalto que había tenido.

— Perdona si te he asustado.

— Tranquilo señor O'connell, lo único que me asustan de usted son sus impresionantes modales.  — dije volviendo la mirada al libro, hasta que vi lo que había en su bolsa cuando la abrió. — Vaya...no sabia que entraríamos en batalla.

— Quiero estar preparado...allí dentro hay algo maligno, lo cual hace que esté completamente seguro de que nada bueno hay allí. — Explica mientras comienza a cargar el arma mientras me miraba atentamente.

— Entiendo...bueno, pues entonces esto será bienvenido en nuestra expedición. — dicho esto, dejé el libro sobre una silla, comenzando a mirar los artilugios que tenia. Hasta que me llamó la atención una daga con inscripciones egipcias. — Wow...Esta daga es preciosa...¿Dónde la consiguió?

La momia: Al final volvemos al mismo lugar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora