Capítulo 3: Un encuentro desafortunado.

54 8 6
                                    

Comenzamos a picar en el techo para poder encontrar cualquier cosa, ya que según los jeroglíficos que había leído, había algo ahí arriba. Pero durante horas no pudimos conseguir sacar nada. Por lo tanto, nos sentamos a conversar y descansar un poco. 

— Entonces...Para sacarte el cerebro... ¿Cómo lo hacían? — pregunta O'Connell, mientras me miraba, esperando a que respondiera.

— Bueno, fácil, cogían un hurgón afilado y al rojo vivo y-... — no puede siquiera terminar la frase, ya que mi hermana me interrumpió, sentándose justo al lado de él.

— Te lo metían por las fosas nasales, removían y sacaban el celebro, básicamente por las fosas nasales — Explica como si fuera ella a la que le hubieran preguntado.

No me molesté, ya que sabía cómo era mi hermana cuando alguien le llamaba la atención. Por lo tanto, suspiré ligeramente comenzando a levantarme del suelo, quitándome la arena que tenía sobre los pantalones. Cuando me levanté y me aparté, justamente cayó lo que venia ser sarcófago enorme sobre el sitio en el que estaba. Dejándonos a todos con la boca abierta. 

— Oh...Dios...Mío... — dije acercándome poco a poco viendo el hueco por el que había caído el sarcófago.

— Estaba enterrado en la base de Anubis... — dice mi hermana mirando de la misma manera hacia arriba. — Debió de ser alguien importante o alguien...

— Que cometió un delito muy gordo. terminé mientras la miraba con cara de impresión.  

Ambas comenzamos a quitar cuidadosamente la arena de la inscripción que había sobre la tapa, al igual que Rick, el cual no lo hacía para nada cuidadoso. Después de despejar un poco Evelyn me dejó que leyera, ya que era la que más sabia de inscripciones egipcias. Aun que, obviamente ella no se quedaba atrás, ni de coña. 

— Bueno..., ¿Quién es? Pregunta Jonathan mientras se acercaba.

— Aquel...que no será nombrado... — leí mientras me quedaba ligeramente parada, bastante desconcertada, ya que de estar tanto tiempo cerca de ese sarcófago, un ligero mareo, repentino, me dio en el cuerpo. Por lo tanto, para que no cayera al suelo O'Connell rodeó su brazo a mi cadera para mantenerme derecha, después, este sopló sobre lo que parecía una cerradura. 

— Esto tiene pinta de ser una cerradura. Dice señalándola con la mano que tenía libre. Para después girarse a mi y mirarme con algo de preocupación. — ¿Te encuentras bien?, ¿otro bajón de azúcar? comentó con algo de humor para que no la estuviera pasando tan mal.

— No, tranquilo, estoy...estoy bien, no te preocupes. — Dicho esto, me aparté ligeramente de él, quitando su brazo de mi cadera, con cuidado. 

— Quien quiera que estuviera aquí, no podía salir. Comentó mi hermano, mientras miraba el sarcófago.

— Si...tardaremos muchísimo en abrir eso, unos meses. Dice Rick, mientras se apoyaba en este.

Al escuchar esto mis ojos se abrieron rápidamente y me giré hacia Evelyn, la cual no se esperaba ese movimiento tan repentino, por lo que dio un ligero salto hacia atrás.

— Claro, una llave, a eso se refería el señor con el garfio del barco. exclamé, mientras miraba a mi hermana, sonriendo ligeramente mientras la miraba a los ojos— La caja rompecabezas es una llave Evy, tráela, corre.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 07 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La momia: Al final volvemos al mismo lugar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora