𝓟𝓻𝓸𝓵𝓸𝓰𝓸

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Nueva York, la ciudad que nunca duerme, un laberinto de luces y sombras, un crisol donde convergen sueños y pesadillas. En el bullicio constante de sus calles y el resplandor cegador de sus rascacielos, una adolescente de 15 años llamada Anika Lerhay se destacaba por su intelecto prodigioso y su insaciable curiosidad. Su investigación, una obra maestra de innovación y potencial, prometía revolucionar el mundo tal como lo conocíamos. Sin embargo, su brillante descubrimiento atrajo la atención equivocada.

El Clan del Pie, una organización secreta y peligrosa, y Baxter Stockman, un científico tan brillante como inescrupuloso, pusieron sus miras en ella. Una noche, mientras el mundo a su alrededor dormía, Anika  fue arrancada de su vida cotidiana, secuestrada por fuerzas que ni siquiera podía comprender en su totalidad. Su mente, una vez dedicada a la ciencia y la exploración, se encontró atrapada en una pesadilla de cables, químicos y sufrimiento.

Los días en cautiverio se convirtieron en semanas, las semanas en meses y los meses en años. Los experimentos a los que fue sometida, crueles e incesantes, no solo buscaron robar su investigación, sino también transformarla de maneras insospechadas. La joven brillante de ahora 18 años fue lentamente reducida a la inocencia de una niña de cinco años. Su cuerpo retrocedió en el tiempo, pero los efectos secundarios fueron devastadores: perdió la capacidad de hablar, escuchar y ver. Su mundo se convirtió en un vacío silencioso y oscuro, donde cada día era una lucha por la supervivencia y la cordura.

Pero incluso en la desesperación más profunda, la esperanza puede encontrar un resquicio por el cual infiltrarse. Un accidente en el laboratorio, una explosión de caos en medio de la rutina de su tormento, le otorgó una oportunidad de escapar. Aprovechando la confusión, Anika se deslizó fuera de su prisión, dejando atrás el terror de los experimentos. Oculta en las sombras de la vasta ciudad, se aferró a la vida con una tenacidad nacida del sufrimiento.

Poco a poco, mientras se escondía de los incansables ninjas del Clan del Pie, su vista comenzó a regresar. La niebla que oscurecía su mundo se disipó lentamente, permitiéndole vislumbrar las luces y sombras de Nueva York. Sin embargo, su alma aún cargaba las cicatrices de su calvario, y cada esquina, cada sombra, representaba un nuevo peligro.

Fue entonces, en medio de esa oscuridad y desamparo, cuando una sombra se destacó contra el brillo distante de la ciudad. Una figura protectora, envuelta en misterio, se acercó a ella con cautela pero determinación. Sus ojos, ocultos tras una máscara, reflejaban una mezcla de compasión y determinación. Con cuidado y gentileza, la figura tomó a Anika en sus brazos, ofreciéndole un refugio seguro en medio de la tormenta que era su vida.

El desconocido, cuya identidad permanecía oculta, representaba una luz en la oscuridad para  Anika. Su presencia traía consigo una promesa de protección y esperanza, pero también un enigma por resolver. ¿Quién era este protector en la sombra? ¿Qué lo llevó a cruzar su camino con el de Anika Lerhay ? Las respuestas a estas preguntas permanecían ocultas, esperando ser descubiertas en el transcurso de la extraordinaria aventura que estaba por comenzar.

𝐒𝐮𝐬𝐮𝐫𝐫𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐍𝐮𝐞𝐯𝐚 𝐘𝐨𝐫𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora