Naruto Uzumaki, el jinchūriki del Kyubi, Hijo del Cuarto Hokage, descendiente del clan Uzumaki... Quien diría que este niño con tan solo 6 años de edad lograría enamorar a la bijuu más poderosa de las nueve bestias con cola... El kyubi...
Todos los...
Naruto estaba caminando por la aldea, teniendo un cubo en la mano y como de costumbre estaba recibiendo la misma mirada de siempre pero para su sorpresa la cantidad de miradas era menor que de costumbre.
—Eso es nuevo...— pensó mirando disimuladamente a los aldeanos a su alrededor —¿Mmm...?— escuchando unos murmullos de unos aldeanos
—¿De verdad?—
—¡Si!. Tenia el cuerpo mas erótico que veras en tu vida—
—¡Mierda!. Ojala haber llegado 10 minutos antes—
—Y yo haberle hablado—
Esos y mas eran los murmurós que escuchaba, parecía ser que el quedo en segundo plano y esa chica de la que estaban hablando se volvió el centro de atención en la aldea. Algo que lo alegro podría estar mas tranquilo ahora... Por lo menos, un tiempo.
Aunque habían comentarios de algunos hombres y mujeres que no lograba entender, aun asi le resto importancia por el momento. Ahora solo quería llegar rapido el bosque para su cita.
¿Cómo iban a tener una cita en el bosque?. ¡Ni idea!. Pensar no era lo suyo, ¿improvisar?. Definitivamente.
***
Luego de unos minutos Naruto había llegado al bosque. Movía su cabeza hacia los lados en busca de Kurumi; se estaba empezando a arrepentir de no haber acordado en que lugar del bosque encontrarse.
Por suerte conocía muy bien el bosque o de lo contrario estaría yendo en circulos por quien sabe cuanto tiempo. Hasta que luego de un tiempo la encontró.
Ella estaba sentada debajo de un árbol. Con su característico cabello largo y de color naranja que caía en suaves ondas hasta su cintura. Sus ojos color rojizo miraban el horizonte, con su blusa blanca ajustada, que resalta su desarrollado busto y su falda roja ajustada a su cintura y trasero.
Desde la perspectiva de Naruto ella se veía hermosa, con el cielo azul, las nubes blancas esparcidas, una montaña a la distancia y arboles a su alrededor, que daban la vibra que estaba en su entorno natural, tranquilo y alejado de cualquier zona urbana.
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No iba a negar que se le hacia ver raro que ella no tenga sus orejas y colas de zorro, pero aun sin esos agregados se seguía viendo igual de hermosa.
—¿mm?— notando a Naruto —Si que te tomas tu tiempo, ¿no?— cruzándose de brazos
—Lo-lo siento. Fue muy tonto de mi no haber concordado donde encontrarnos— dijo mirando el suelo
