Despedida

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Mi amor virtual  alumbraba mis días, compartimos risas, una dulce apariencia,
pero en mi interior había una contradicción.

Mi corazón herido y maltrecho,
encontró en él un refugio perfecto,
pero el eco de mis propios defectos,
me impedía amarlo del todo en este trecho.

Mis alergias y mi anemia presente,
eran solo una parte de mi ser doliente,
no podía ofrecer un amor suficiente,
así que lo dejé partir, aunque inconsecuente.

Le di libertad para que fuera feliz,
para que encontrara un amor sin fin,
porque ser amado es un bello jardín,
que merece florecer en otro jardín.

En la pantalla se desvaneció su imagen,
quedando solo recuerdos de un romance,
un noviazgo virtual que fue un lance,
en el camino hacia mi propia especie.

Aprendí que amar a otro es grato,
pero amarse a uno mismo es un acto,
de amor y valentía que impacta,
en el alma y el corazón compacto.

Así concluye esta historia de despedida,
de un amor que en la distancia se abatía,
prefiero amarme y sanar mi vida,
antes que en un amor falso me perdía.

Mis problemas son parte de mi ser,
tantas complicaciones, desde pequeña.
yo no podía ofrecerle ilusiones,
así que lo dejé ser libre para poder querer.

Que encuentre a alguien que lo haga vibrar,
que le dé amor sin condición,
yo seguiré mi propia misión,
aprendiendo a amarme y a sanar.

El amor propio es la prioridad,
antes de entregarlo a los demás,
así seremos auténticos y leales,
en el camino hacia la felicidad.

Como siempre, yo me volví a equivocar, quise amarlo sin antes amarme a mi misma. Y eso no era amor, tuvo que pasar un largo tiempo para entender que yo aún no era y no seré suficiente hasta que aprenda a amarme a mi misma.

Mi Soledad vuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora