CAPITULO 2: EL PACTO CON LAS SOMBRAS

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Freya despertó con el estridente sonido de su alarma marcando las 9 de la mañana. Se levantó de la cama sintiendo un vacío inexplicable y una confusión que no podía sacudirse. El sudor aún pegajoso en su piel y la sensación persistente de haber sido observada toda la noche no hacían más que aumentar su desconcierto. Su mente volvía una y otra vez a la imagen de Dante y las palabras que le había susurrado en la oscuridad.

Mientras se vestía y arreglaba, trató de racionalizar la experiencia de la noche anterior. Notaba sombras en los rincones de su habitación que la hacían recordar los ojos rojos de Dante, pero decidió que debía concentrarse en su trabajo para alejar esos pensamientos.

Al llegar a su empresa, Freya impuso su presencia con la autoridad y el respeto que la caracterizaban. Sus empleados la miraban con admiración y un poco de temor, reflejo de su imponente figura y su aguda inteligencia. Sin embargo, ni siquiera su entorno profesional logró distraerla de la imagen de Dante y las palabras que había pronunciado.

Durante una reunión importante, Freya tuvo un breve pero claro vislumbre de Dante en las sombras de la sala de conferencias. Sus colegas notaron su distracción y su asistente personal, preocupado, le preguntó si estaba bien. Freya intentó mantenerse centrada, pero la intriga sobre Dante y el pacto la consumía.

Mientras trabajaba en su oficina, escuchó un susurro que le recordó las palabras de Dante. Las luces parpadearon y, por un momento, la figura de Dante pareció estar de pie en una esquina oscura, vigilándola.

Al regresar a su casa, Freya no pudo deshacerse de la sensación de que la vigilaban. Su lujosa mansión, normalmente un refugio de paz, parecía llena de presencias invisibles. Entonces, una risa suave y melodiosa rompió el silencio de la casa.

Mikaella apareció, su risa etérea y sus ojos azules contrastaban con la oscuridad que envolvía a Dante. "Soy Mikaella, un ángel enviado para guiarte en tu camino, Freya", dijo con una voz suave. "Estoy aquí para ayudarte a enfrentar las fuerzas oscuras que te acechan."

Freya sintió una mezcla de alivio y confusión ante la presencia de este ángel. "¿Por qué has venido ahora? ¿Qué significa todo esto?" preguntó, su voz temblando ligeramente.

Mikaella extendió una mano hacia Freya. "El destino ha conspirado para unirnos en este momento. Juntos, tú, yo y Dante, debemos unir nuestras fuerzas para enfrentar las pruebas que nos esperan y desentrañar los misterios que rodean tu vida."

La tensión en la habitación se intensificó cuando Dante emergió de las sombras, sus ojos rojos ardiendo con intensidad. "¿Qué hace un ángel como tú aquí?" gruñó Dante, su voz llena de desdén. "Este no es tu lugar."

Mikaella mantuvo la compostura. "He venido para proteger a Freya y guiarla en su camino. Nuestra rivalidad es irrelevante en comparación con el destino que nos une."

Freya observaba la interacción con creciente ansiedad. "¿Qué es ese pacto del que hablas?" preguntó, tratando de entender la magnitud de la situación.

Dante miró a Freya, sus ojos ardientes suavizándose apenas. "El pacto que hemos hecho es un lazo único y trascendental, Freya. Es una promesa de protección y guía, una vez en la vida, y solo entre aquellos destinados a cambiar el curso del destino."

Mikaella intervino, su voz serena pero firme. "Un pacto con un demonio es peligroso. Puede tener consecuencias terribles, Freya. Debes tener cuidado."

Freya, atrapada entre las explicaciones de Dante y las advertencias de Mikaella, sintió que su vida se complicaba aún más. "¿Qué debo hacer?" preguntó, su voz llena de desesperación.

Dante se acercó un paso más. "Debes aceptar tu papel en este juego de poder y misterio. Debes confiar en mí y seguir adelante, incluso cuando el camino se vuelva oscuro y peligroso. Juntos, podemos desentrañar los secretos del destino y enfrentar los desafíos que nos esperan."

Mikaella añadió con un tono más suave, "Freya, debes ser cautelosa. El pacto es una promesa poderosa, pero también puede ser tu perdición. Confía en tu instinto y no te dejes llevar por la oscuridad."

Freya, sintiéndose atrapada entre ambos, prometió descubrir más sobre este pacto y su verdadero propósito. Mientras la noche se llenaba de tensión, Freya contemplaba el pacto y las implicaciones de confiar en Dante o en Mikaella, determinada a desentrañar los misterios que ahora dominaban su vida.

Lo inhumano de vivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora