Legeremancia || Narcisa Malfoy

San Valentin

Astria lo intentó todo, pero las páginas del diario quedaron en blanco, burlándose de ella. No podía explicarse, ni siquiera a sí misma, por qué simplemente no tiró el diario de Riddle. El hecho era que, aunque sabía que el diario estaba en blanco, no podía dejar de cogerlo y hojearlo distraídamente, como si fuera una historia que quisiera terminar. Y aunque estaba segura de que nunca antes había oído hablar de Tom Riddle, su nombre todavía parecía significar algo para ella, casi como si Riddle fuera un amigo que tuvo cuando era muy joven y que de alguna manera lo había olvidado. Pero esto era absurdo. Nunca tuvo amigos antes de Hogwarts.

Aún así, Astria estaba decidida a saber más sobre Riddle. Entonces, cerca del amanecer, fue a buscar información sobre él, tal como había buscado información sobre sus padres.

Encontró el nombre de Riddle en una antigua Medalla al Mérito Mágico y en una lista de ex Premios Anuales. Riddle había sido prefecto durante años y probablemente el mejor estudiante de todas sus clases. Astria no podía explicarlo, pero estaba obsesionada por aprender más.

Se dirigió a la Sala de Trofeos para ver si podía encontrar algo. Para su sorpresa, ni siquiera tuvo que buscar mucho. Un escudo dorado con el nombre 'Riddle' estaba escondido en un armario de la esquina. No contenía detalles sobre por qué fue otorgado.

Mientras el sol comenzaba a brillar en Hogwarts, y la gente se sentía más esperanzada, sin más ataques desde los incidentes con Justin y Nick Casi Decapitado, Astria, que no había dormido lo suficiente debido al tardío entrenamiento de Quidditch, se apresuró al Gran Comedor, ligeramente tarde.

Sin embargo, cuando ella entró, se detuvo abruptamente. Casi pensó que había entrado por la puerta equivocada porque las paredes estaban cubiertas de flores de color rosa brillante. Y lo que es peor: desde un techo azul cielo llovió confeti en forma de corazón.

En serio, era como si alguien hubiera vomitado amor por todos lados.

Astria se dirigió a la mesa de Slytherin, donde Draco estaba sentado con aspecto de tener náuseas y Blaze parecía no poder dejar de reír.

"¿Qué está sucediendo?" les preguntó a los dos, sentándose y limpiando el confeti de su tocino.

Draco señaló de mal humor hacia la mesa de los profesores, aparentemente demasiado mareado para hablar. Lockhart, vestido como si hubiera confundido el día de San Valentín con una fiesta de drag queen, con una túnica de color rosa brillante y pantalones extremadamente ajustados, junto con un corsé adornado con corazones, hacía gestos pidiendo silencio. Los profesores a ambos lados parecían estoicos. Desde donde estaba sentada, Astria podía ver un músculo temblando en la mejilla de la profesora McGonagall. Snape parecía haber tomado un sorbo de la bebida más repulsiva del planeta, y Lady Black parecía desconcertada con las mejillas sonrosadas, mirando una enorme pila de cartas frente a ella.

Lockhart luego pronunció un "¡Feliz día de San Valentín!" Eso sonaba más como "¡Suframos todos juntos!" ─ Después de un floreo demasiado dramático de sus manos, continuó, ante la consternación de todos: "¿Y puedo agradecer a las cuarenta y seis personas que me han enviado tarjetas hasta ahora? Por supuesto, me tomé la libertad de prepararles esta pequeña sorpresa, y ¡Esto no termina aquí!"

Lockhart aplaudió y, por la puerta que conducía al vestíbulo de entrada, entraron once enanos de aspecto bastante gruñón. Pero estos no eran unos enanos cualquiera; Lockhart les hizo llevar alas doradas y llevar arpas.

Estamos confundidos

"¡Mis cupidos, repartidores de cartas!" Lockhart sonrió. "Hoy circularán por la escuela entregando tarjetas de San Valentín. ¡Y la diversión no termina ahí! ¡Estoy seguro de que a mis colegas les gustaría sumergirse en el espíritu festivo del día! ¿Por qué no pedirle al profesor Black que le enseñe cómo hacerlo? ¡Para preparar una poción de amor! Y hablando de eso, el profesor Flitwick sabe más hechizos de encantamiento que cualquier otro mago que conozco: ¡el angelito!