|02|Reencuentro inesperado

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“Y sí conoces a la persona correcta en el momento equivocado, la vida volverá a juntarlos”


Tal vez Rayne estaba castigado, pero eso no fue impedimento para que en las tardes regresara al lugar donde había conocido a Mash

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Tal vez Rayne estaba castigado, pero eso no fue impedimento para que en las tardes regresara al lugar donde había conocido a Mash. Había sido difícil recordar el camino, pero no fue imposible. Sin embargo, nunca volvió a encontrar a aquel niño pelinegro.

El tiempo pasó y en un abrir y cerrar de ojos habían transcurrido catorce años. Rayne poco a poco había desistido de la idea de volver a ver a Mash, pero nunca lo olvidó. Tenía la leve esperanza de algún día volver a encontrarlo.

🎀

El día era perfecto. En el cielo, el sol brillaba con intensidad y los pájaros cantaban. Mientras tanto, Mash leía uno de sus libros favoritos en el jardín. Estaba muy entretenido leyendo las recetas de panecillos con crema cuando a lo lejos notó a su hermano mayor. Con cautela, comenzó a seguir al alfa, quien tuvo como destino los establos del palacio. Mash rápidamente se acercó y vio que su hermano estaba montado en un caballo.

—¿Puedo ir contigo? —preguntó el omega mientras entraba al lugar. Epidem se sorprendió, no se había dado cuenta de que el pelinegro lo había seguido.

—No —contestó. Mash hizo un puchero.

—Por favor... —pidió con una carita de cachorro. Epidem no pudo negarse gracias a eso.

Sin duda, Domina y Mash no eran más que dos manipuladores.

—Está bien —el pelinegro menor celebró.

Sin decir más, Mash tomó otro de los caballos, preparó la silla de montar y se montó.

Ambos hermanos salieron del castillo cautelosamente, cosa que le pareció rara a Mash. ¿Acaso su hermano se estaba escapando? Se habían alejado de su hogar y ahora ambos estaban en el camino del bosque.

—¡Oye!... por cierto... ¿A dónde vamos? —preguntó. Epidem suspiró.

—A la capital de Eston —los ojos del omega se abrieron, inmediatamente protestó.

—¡¿En qué estás pensando?! —gritó mientras acercaba su caballo hacia Epidem—. No podemos ir allá, papá nos lo prohibió.

—Ya lo sé —el alfa se detuvo un momento. Mash hizo lo mismo—. Créeme, tengo una buena razón para desobedecer a nuestro padre.

—¿Cuál razón? —sintió curiosidad. Rara vez alguno de sus hermanos desobedecía las órdenes de su padre, en especial Epidem.

—Verás, lo que pasa es que... ¡tengo que comprar el pudin magnífic edición limitada! —Mash suspiró, había olvidado cómo era su hermano. Era más que obvio que solo existía una cosa por la que incluso Epidem daría la vida: el pudin.

Destinos entrelazados  ||Raymash||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora