del odio al amor

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El tiempo pasó y Luciano y Mauricio se convirtieron en inseparables. Terminaron la universidad juntos, enfrentando cada desafío como un equipo. Después de graduarse, decidieron mudarse a un pequeño apartamento en el centro de la ciudad. El lugar era modesto, pero para ellos era perfecto. Cada rincón estaba lleno de recuerdos y risas, y poco a poco, fueron construyendo su hogar.

Luciano consiguió un trabajo en una prestigiosa firma de consultoría, mientras que Mauricio se dedicó a su pasión por el arte, abriendo su propio estudio. Sus vidas profesionales eran exigentes, pero siempre encontraban tiempo para apoyarse mutuamente y mantener viva la chispa en su relación.

Un día, Mauricio organizó una exposición en su estudio. Fue un evento importante, ya que muchos críticos de arte asistirían. Luciano, orgulloso de los logros de su pareja, estuvo a su lado toda la noche, presentándolo a sus contactos y elogiando su talento.

Al final de la velada, mientras recogían el lugar, Mauricio tomó a Luciano de la mano y lo llevó a un rincón tranquilo del estudio. "Luciano," comenzó Mauricio, con una emoción palpable en su voz, "esta noche ha sido increíble gracias a ti. No solo por tu apoyo hoy, sino por todo lo que has hecho por mí desde que nos conocimos."

Luciano sonrió, sintiendo un nudo en la garganta. "Mauricio, tú me has enseñado a vivir de verdad, a disfrutar cada momento. No podría estar más orgulloso de ti."

Mauricio sacó una pequeña caja del bolsillo de su chaqueta y, arrodillándose, la abrió para revelar un anillo. "Luciano, quiero pasar el resto de mi vida contigo. ¿Te casarías conmigo?"

Las lágrimas brotaron de los ojos de Luciano mientras asentía fervorosamente. "Sí, Mauricio, sí," respondió, abrazándolo con fuerza.

La noticia de su compromiso fue recibida con alegría por amigos y familiares. Prepararon una boda íntima, rodeados de sus seres queridos. El día de la ceremonia, mientras intercambiaban votos, ambos recordaron cómo su historia había comenzado con enfrentamientos y malentendidos, y cómo habían superado todo eso para encontrar un amor profundo y duradero.

Luciano y Mauricio continuaron construyendo su vida juntos, apoyándose en los momentos difíciles y celebrando cada éxito. Aprendieron que el verdadero amor no se trata de no tener diferencias, sino de cómo se enfrentan y se superan juntos.