A medida que el tiempo transcurría, mi mente se veía abrumada por un torbellino de preguntas. ¿Se atrevería a declararse? ¿Qué sucedería? ¿Reconocería que siempre estuvo enamorado de mí? Quizás era demasiado pedir. Mi corazón latía con fuerza, lleno de incertidumbre, hasta que finalmente recibí un mensaje de Elizabeth que, al apagar mis dudas, me dejó perplejo:
—Kail, ¿qué te pareció mi amiga? ¿Te gustó, eh? Yo sé que todas mis amigas son guapísimas— escribió.
—Emm, la verdad es que Eli no es mi tipo", respondí.
—Está algo gordita, ¿no?— insistió.
—No es eso— repliqué, aunque en realidad tenía algo que ver con eso, pero no quería cometer el mismo error que con Meibis.
—Bueno, tú me pediste que te buscara y como mejor amiga lo hice— expresó Elizabeth— Oye me puse a revisar el Facebook y me fije que tu cumpleaños es dentro de unos días.
—Eso es acoso cibernético— Me dio curiosidad y yo soy muy chismosa.
—Efectivamente el día 6 ya es mi cumpleaños.
—Y por que no me habías dicho nada .
—Es que no soy muy fan de mi cumpleaños¿Me entiendes?.
—Pero deberías celebrarlo a más no poder , aunque te me vayas poniendo viejo.
— Vamos a ver que invento ese día .Todavía faltan 6 días para eso.El diálogo continuó, y mientras hablábamos, Elizabeth se convirtió en ese chat fijado al que uno no quiere dejar de mirar nunca. La ruptura se sentía menos dolorosa con Eli apoyándome y sacándome una sonrisa.
Los días pasaron y ya era mi cumpleaños volando y recibí muchos mensajes de felicitaciones. Mis padres me regalaron dinero para que saliera y me comprara lo que quisiera. Decidí ir al pueblo a comprar algunas golosinas y luego fui a casa de Melina para charlar un poco como en los viejos tiempos.
Durante nuestra conversación, descubrí que no era el único divorciado, ya que Melina también se había separado de Hernie. Ambos nos dimos consuelo y nos abrazamos, aunque no pude evitar molestarla un poco con lo de Hernie. Parecía que el gen del fastidio estaba grabado en mi ADN.
Mi cumpleaños no transcurría como lo había imaginado, pero al menos estaba con mi mejor amiga Melina, compartiendo historias y risas. El mensaje que más esperaba finalmente llegó: Elizabeth me envió un hermoso mensaje de felicitación. Sonreí al teléfono como si fuera algo increíble, porque para mí lo era.
Empezamos a charlar y me contó que había terminado con ese tal Novel David. En ese momento, me sentí el hombre más feliz del mundo. ¿Qué mejor regalo de cumpleaños podía haber?
Pasaron dos días y mi cumpleaños quedó atrás en el tiempo, pero mi alegría aún palpitaba con aquel regalo tan preciado que me dio. Qué lindo verano me estaba esperando. El día completo lo pasé pensando en ella, a tal punto que cuando estaba jugando fútbol, estaba tan distraído que no reaccionaba, y me echaron más goles por ser el portero atontado.
Cayó la noche y en mi zona hubo un apagón eléctrico que nos dejó sin electricidad toda la noche. Estaba súper obstinado , mi hermano y yo salimos para tomar un poco de aire del calor que había adentro de la casa. Nos sentamos en un tronco que hacía de banco, justo al frente de nuestro hogar. Ahí disfrutábamos de la abrumadora noche y la brisa que acompañada de historia comprendía un momento especial. Mi hermano, de retador que es, me dijo:
—Oye Kail, ya que tú no estás con Meibis, ¿por qué no le partes un brazo a Elizabeth?".
—¿Partir un brazo?— pregunté —Sí, pipo, hablo de dispararle, o sea, de declararte".
—Aa, emmm… es que no sé de qué manera decirle.
—Pipo, si la mayoría de conversaciones que ustedes tienen son por WhatsApp, díselo por ahí mismo.
—Es que eso sería muy cobarde de mi parte— encarné un ceja.
—Oye, olvídate de eso, tú no ves que si lo haces por ahí y te rechaza, nadie se enterará.
—Y qué le digo.
—Ve a saber tú. Tú eres el que la conoce, yo ni hablo con ella en el aula. Así que demuestra que eres hermano mío.
Decidí tomar la arriesgada decisión de declararme y sacar todos los sentimientos reprimidos que tenía hacia Elizabeth. Iba a una guerra con la de perder y la de ganar. Si ganaba, iba a conseguir al fin ese amor que tanto anhelaba y si perdía, iba a perder su amistad y se alejaría, dejándome destruido más de lo que estaba.
Al fin tomé la decisión y comencé a escribirle con mi hermano al lado pero ocupado hablando con Saine por teléfono. Empecé a tocar el tema de que ahora que no estaba con ese tal Novel, le iba a buscar un noviecito. Claramente era yo el prototipo a lo que ella me responde:
—Si vas a buscarme un novio, por favor que no sean esos que fueron contigo, esos estaban feísimos.
—Oye, que son mis colegas y mi hermano no los ofendas.
—Es la verdad jajja. Aparte, los hombres ninguno sirven.
—No digas eso, yo me considero un buen hombre.
"Tú sí Kail, si tú eres el mejor— esas palabras resonaron en mi corazón como diciendo "y ahora qué". Eso es bueno. ¿Qué hago ahora? Las dudas me consumían.
–Bueno, sabías que ya me está empezando a gustar una chica.
—¿Quién? ¿De dónde es? Dime cuenta.
—Qué curiosa eres.
—Es que soy algo chismosa.Pero acaba de decirme quién.
—Me gusta un poquito nada más —escribí aunque la verdad es que me gustaba tanto que era difícil hasta explicarlo, pero no iba a aparecer tan obsesionado.
¿Pero quién?¿es de mi aula?
"Sí", contesté para darle par de pistas. Empecé a tratar de jugar con ella para ver si averiguaba por sí sola quién era esa persona de las que tanto hablaba.
—Mira te voy a decir nombres y me dices si sí o no. Es más te voy a poner una lista y tú me dices quién es: Meibis, Adalid, Gaby, Naibi.
—Tan poca fe te tienes que no te pusiste.
—Es que yo sé que no soy yo pero bueno me voy a poner. Entonces la lista queda como Meibis, Adalid, Gaby, Naibi y Elizabeth. Entonces dime en qué número está.
El juego parecía estar en su parte final y ya tocaba decidir y apreciar su reacción. Así que le escribí con palabras de seguridad, aunque por dentro estaba tembloroso a más no poder: "Porque no te pudiste poner de primera para no pasar tanto trabajo contando".
—Kail, ¿soy yo en serio?— en ese momento quisiera haber visto su reacción; esas palabras se pueden malinterpretar de cualquier manera.
—Sí Elizabeth, eres tú—apagué el celular rápidamente; no quería ver la respuesta. Mi hermano me observaba pensando que estaba loco. No pasaron ni segundos y volví a encenderlo y vi su mensaje.
—Kail es que tu estuviste con Meibis y ella esta en mi aula y después eso va a ponerse malo — ya iba a comenzar la retirada ya que con ese mensaje significaba la derrota hasta que vi en su contacto como ponía escribiendo y recibí otro mensaje —Pero la verdad es que tu a mi me gustas también— nada mas a ver leído ese mensaje pase de estar sentado con ansiedad a llenarme de adrenalina saltar y gritar tan alto que todos los vecinos se despertaron por mi escándalo es que tenían que entenderme a chica que tanto quería me dijo que le gustaba y en ese omento el poco dolor que tenia por Meibis desapareció así de la nada. Abrace a mi hermano como nunca lo había echo juntos brincamos de alegra. Había ignorado por un momento el teléfono y volvi abrir para preguntarle a Elizabeth cuando nos veríamos a lo que ella contestó que si quería mañana pero tenía que ser un lugar oculto que después ella me llamaba y me explicaba donde nos veríamos. Esa noche a pesar del calor que había y de que no había fluido eléctrico dormí como nunca me sentía lleno de vida con ansias de verla mañana en lo que sería nuestra primera cita.
ESTÁS LEYENDO
Volver
Romance"Volver" es una novela que sumerge al lector en la apasionante historia de Kail y Elizabeth, dos jóvenes cuyo amor se ve amenazado por obstáculos insuperables. A pesar de su profunda conexión, se ven obligados a enfrentar desafíos que ponen a prueba...