Llegó el día del cumpleaños de Elizabeth, mi mejor amiga, y como era costumbre, me encontraba en la esquina de su escuela, ansioso por sorprenderla con un regalo especial. Mientras esperaba su salida, observé una gran conmoción de gente gritando en la distancia. Al principio, pensé que se trataba de alguna riña o algún incidente, pero para mi sorpresa, era simplemente todos los compañeros del aula de Eli mojándola con agua y cantándole felicidades. Me emocioné al verla tan feliz y rodeada de cariño, pero decidí mantenerme distante para no arruinar el momento.
Después de que Elizabeth se marchara con sus compañeros, Meibis, salió de la escuela y me saludó de manera un tanto distante. Durante todo el trayecto hasta su casa, apenas cruzamos unas pocas palabras, y yo no entendía qué ocurría. A pesar de su actitud fría, la acompañé hasta su hogar y luego regresé a casa, sintiéndome un poco molesto por su comportamiento. Sin embargo, recordé que era el cumpleaños de Elizabeth y que no podía dejar de felicitarla.
Una vez en casa, le envié un mensaje gigantesco a Elizabeth expresando lo feliz que estaba por su día y envolviendo mis palabras en un hermoso mensaje de felicitación. Estaba esperando su respuesta con ansias cuando fui interrumpido por Jay, otro amigo cercano, que apareció de la nada tocándome la espalda.
— ¿Qué haces colega?— preguntó Jay con una sonrisa.
— Nada especial, ¿tú sabes que venía de llevar a Meibis a casa? — respondí.
— Hablando de Meibis, tengo que hablar algo serio contigo.
—¿Qué pasó?— pregunté con curiosidad.
— Ella estaba algo confundida. Tú sabes que yo soy su mejor amigo y ella me lo cuenta todo.
—Sí, ¿y qué pasó exactamente? -inquirí preocupado.
— Bueno, ella quería dejarte —dijo Jay con seriedad.
—¿En serio? — exclamé sorprendido.
— Sí, bro, pero hablé con ella y le aclaré las cosas. Ya estaré mejor.
— No sé por qué hoy se ha portado súper extraña conmigo. —comenté confundido.
— Tranquilo, bro, solo dale tiempo. —aconsejó Jay con calma.
— Lo sé, eso haré. — asentí con determinación.
— Me encantaría seguir conversando contigo, pero tengo que irme a clases. —dijo Jay mientras se despedía con un apretón de manos.
Así terminó nuestra conversación, dejándome con un torbellino de emociones y pensamientos sobre la situación con Meibis.
Quedé sumido en mis pensamientos, con la mirada baja y una mezcla de emociones que jugaban en mi interior. Sin embargo, una sonrisa se asomó tímidamente en mi rostro al recibir la llamada apresurada de Elizabeth, mi amiga incondicional que siempre estaba ahí para apoyarme. Sus palabras resonaron en mis oídos, mostrando su interés por el cumpleaños de Elizabeth, esa niña especial que ocupaba un lugar importante en nuestras vidas.
—Hola, feo, ¿cómo estás? — me saludó Elizabeth con su característico tono.
—Bien ¿Y cómo estas pasando el cumpleaños?. —pregunté con curiosidad.
—Ahí, ya sabes, como siempre con la familia y eso. —comentó ella con alegría.
—Oye, casi te ahogas. — bromeé al recordar la travesura de sus compañeros.
—Viste cómo me mojaron .Si me resfrio los voy a matar. — se quejó Elizabeth entre risas.
—Tranquila, te llevaré al médico si es necesario. — prometí con complicidad.

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Volver
Romansa"Volver" es una novela que sumerge al lector en la apasionante historia de Kail y Elizabeth, dos jóvenes cuyo amor se ve amenazado por obstáculos insuperables. A pesar de su profunda conexión, se ven obligados a enfrentar desafíos que ponen a prueba...