─── 𝖼𝗁𝖺𝗉𝗍𝖾𝗋 𝘵𝘩𝘪𝘳𝘵𝘦𝘦𝘯

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CAPITULO 13

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CAPITULO 13

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Hanna estaba sentada en su sala con sus amigas, las luces tenues y la suave música de fondo creando un ambiente de intimidad. Habían decidido reunirse después de la tumultuosa fiesta para hablar, procesar y, sobre todo, apoyarse mutuamente. Mientras las risas y las historias iban y venían, Hanna se sintió repentinamente abrumada por la necesidad de compartir su historia más a detalle.

— Chicas, hay algo que necesito contarles — Dijo Hanna, su voz temblando ligeramente.

Sara, Ana y Sofía dejaron de hablar, volviendo su atención a Hanna.

— Claro. ¿Qué pasa? — Preguntó Sofía, con una mirada de preocupación.

Hanna tomó un profundo respiro, organizando sus pensamientos antes de comenzar.

— Desde que era niña, Joost siempre fue mi mejor amigo. Era el chico que siempre estaba ahí para mí, el que me hacía reír, el que sabía cómo hacerme sentir especial. Para mí, era perfecto. Con el tiempo, mis sentimientos por él cambiaron. Me enamoré de él, aunque nunca se lo dije, eso ya lo saben.

— Cada momento que pasaba con él era especial. Las tardes en el parque, las risas, los secretos. Pero siempre supe, en el fondo, que para él solo era su amiga. Recuerdo una vez, cuando le pregunté si alguna vez se había enamorado. Su 'no' fue tan rotundo que me rompió el corazón.

Hanna hizo una pausa, sintiendo la presión en su pecho al recordar.

— Mientras mis sentimientos por Joost crecían, mi relación con mi familia comenzó a desmoronarse. No sé exactamente cuándo empezó, pero cada vez me incluían menos en las cosas importantes. Las cenas familiares, las salidas, incluso las conversaciones. Me hacían sentir como una extraña en mi propia casa.

Sara frunció el ceño, indignada.

— Eso es horrible. Nadie debería ser tratado así por su propia familia.

— Mi madre decía que estaba demasiado distraída, que debía concentrarme más en la familia. Pero siempre me sentí excluida. Empezaron a compararme con mis primos y otros familiares, a hacerme sentir que nunca era suficiente. Mis logros nunca parecían importar. Siempre había algo más que debía haber hecho, algo más que debía haber logrado.

Suspiró antes de seguir.

— La soledad se convirtió en mi compañera constante — Continuó Hanna, su voz temblando ligeramente— Joost, mi familia, todo parecía alejarse de mí. Me refugié en mis estudios, en mi pasión por el diseño de moda. Era lo único que me hacía sentir viva, lo único que me daba un propósito.

Sofía asintió, su mirada llena de tristeza.

—Eso es tan injusto. Eres increíble, y mereces ser apreciada por lo que eres.

— Siempre guardé una pequeña esperanza de que las cosas cambiarían. Que Joost vería más allá de nuestra amistad, que mi familia volvería a incluirme. Pero a medida que los años pasaban, esa esperanza comenzó a desvanecerse.

—Y ahora, aquí estamos — Dijo Hanna, sus ojos brillando con lágrimas contenidas — Joost es feliz con otra persona, y yo... yo estoy tratando de seguir adelante. Pero no es fácil. Cada vez que lo veo, cada vez que escucho su voz, todos esos sentimientos vuelven a la superficie, y me doy cuenta de que nunca lo superé realmente.

Ana la abrazó con fuerza, ofreciendo consuelo.

— Hanna, estamos aquí para ti. Siempre lo hemos estado y siempre lo estaremos. No tienes que pasar por esto sola.

— Tengo tanto miedo de volver a caer..De volver a estar detrás de el, por eso sus comentarios me hieren tanto y no se como sobrellevarlo.

Las amigas de Hanna se quedaron en silencio por un momento, procesando todo lo que ella había compartido. Finalmente, Sofía rompió el silencio.

— Hanna, eres una persona fuerte y valiente. Has pasado por tanto, y aún así sigues adelante. Estamos aquí para ti, y siempre lo estaremos.

Sara asintió, con una mirada determinada.

— Sí, y vamos a superar esto juntas. No estás sola.

Hanna sintió una ola de alivio y gratitud inundarla.

—Gracias, chicas. No sé qué haría sin ustedes. —dijo, con una sonrisa.

Mientras se preparaban para despedirse, Hanna se sintió más ligera, más capaz de enfrentar el futuro. Sabía que, pase lo que pase, no estaría sola.

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𝕆ℂ𝔼𝔸ℕ 𝙀𝙔𝙀𝙎 |  ᴶᵒᵒˢᵗ ᴷˡᵉⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora