×Capítulo 2 -¿Una estafadora?

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CAPÍTULO 2 -¿UNA ESTAFADORA?
«Casada con el Sr. Arrogante»

-¿Quieres ir a mí apartamento? -Me pregunta John con una sonrisa.
-Bueno...Sí, estoy un poco cansada y me dormiré en tu coche a mitad de camino. -Le confieso.
El ríe.
-Vamos. -Me dice cogiendome de la mano hacía una noche preciosa. Habían más parejas por el paseo maritimo lo cuál lo hacía aún más romántico.
-John. -Lo llame.
-¿Ehm? -Me responde el.
-¿Si tuvieras un secreto sobre tu familía o algo relacionado me lo diría? -Le pregunto seria.
Algo en mi interior me obligaba a explicarle de donde provengo, cómo fue mí infancia, cómo fue mí vida.
Automaticamente John se pone nervioso.
-¿Que pasó? -Pregunto seria.

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*Escena Explicíta*

Ella estaba encima mío a orcajadas, sus piernas largas y finas me envuelven mientras mi labios van besando des de sus labios hasta su mojado clitolís.
Mis manos van trazando linias por su espalda. Siento que va enloquecer, por eso deposito besos en sus partes intimas. Ella me agarra del pelo gimiendo.
-¿Te gusta? -Pregunto lamiendome las comisuras de los labios. Recibí un gemido como respuesta y lo interprete como un si. Me puse de rodillas y empecé a lamer.
Luego ella se acerca a mi para quitarme los pantalones mira deseosa mi erección. Y se pone de rodillas su trasero queda al aire y yo le doy un par de azotes. Ella gime más y yo también. Mi erección cada vez se veía más grande. Ella con una mano juguetona empieza a hacerme una paja con sus dedos.
-¡Erika! -Gimo.
-Ssshhttt...Ahora viene lo mejor.-Dice ella metiendo su boca mi enorme pene.
-¡Dios, Mark! -Grita excitada.
Luego yo la vuelvo a subir a orcajadas encima de mí, ella enreda sus piernas en mi cintura, empezé a embestirla mientras nos susurrabamos cosas que nos excitaban aún más.
Y así pasamos la noche, divertiendonos. Con Erika el sexo era buenisímo, creo que esa es una de las razones de porque la amo tanto. Porque Mark Grey, no es el tipico puritano que solo hace 'el amor' Mark practica 'sexo duro' pero con una persona como Erika el sexo se vuelve mejor ya que la amo.

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John abre la puerta de su edificio lujoso, al entrar saluda con la mano al portero que me sonríe amable.
-Buenas noches, señor Foster. -Dice con una sonrisa.
-Buenas. -Responde amable.
Ven por eso me gustaba era amable con la gente, era agradable, no era egocentrico y arrogante. Odio a la gente así.
Subimos en el ascensor-todo el rato cogidos de la mano-mientras él me hablaba sobre sus juicios más importantes, y yo como futura abogada, futura, porque ahora solo era la 'chica de asuntos generales' aunque eso en otras palabras seria 'la chica de los recados'.
El edificio era bastante lujoso, parecía de gente muy rica, y no lo digo porque en el ascensor habían bombones y todo olía a perfume caro. Cam y yo ni en un millon de años nos podriamos permitir un apartamento así.
Cuando llegamos el me sonríe. Y se adelanta para abrirme la puerta.
Su apartamento estaba decorado con todos los colores pero de una manera elegante ya que las paredes eran blancas, y habían cuadros de colores.
-¿Eres pintor? -Pregunto curiosa.
-Sí. -Dice con una tímida sonrisa.
Era un duplex grande. Al entrar el salon te dejaba impactada, cerca estaba el baño, decorado con tonos blancos y marmol gris.
Definitivamente era un apartamento muy bonito.
-Ven. -Me dice tirando de mí mano para llevarme a su dormitorio.
Immediatamente me sonrojé timída.
Pero él no se referia a que fueramos a tener sexo sino que el siguio hasta su balcón, su enorme balcón, había un columpio blanco hermoso pero el paisaje que se veía era mucho mejor. Se podía ver el mar des de aquí, el puerto, las gaviotas.
Yo me pongo a observar y detrás mío siento la respiración de John, mientras una mano me abraza por la cintura. Yo sonrío. Siento millones de mariposas volar por mi estomago. Me volteo y estampo mis labios encima de los suyos.
-Buenas noches. -Susurra con una sonrisa.
Entramos para dentro. Y él pone una sabana en el suelo por encima de la moqueta.
-¿Qué haces? -Pregunto.
-Dormiré en el suelo. -Dice serio.
-No, podemos dormir juntos. -Digo con una sonrisa.
Él me sonríe. Y se quita la camiseta haciendome sonrojar immediatamente. Dios.
Yo me volteo immediatamente avergonzada por el ardor de mis mejillas y me meto en la cama.
De reojo veo como se quita los pantalones.
-¿¿¿¿Du...Duermes...Con...Sin...Pantalones??? -Pregunto escandalizada el sonríe.
-Sí. -Dice orgulloso metiendose en su cama.
-¿Me dejas algo comodo? -Pregunto timída.
-Claro. -Dice él levantandose mi mirada no se aparta de su torso.
-Erin...Se que me estas mirando.-Dice el divertido.
Yo le saco la lengua.
-Jodete, Foster...Yo miro lo que me da la gana. -Digo divertida.
Él se me acerca con una mirada traviesa, mis piernas empiezan a flaquear.
-Con que esas tenemos, Jones. Pues ahora veras lo que es bueno.-Dice el divertido.
Me coge en el aire y nos tiramos a su cama, empieza a hacerme cosquillas por todo el cuerpo.
Yo doy patadas nos quedamos frente a frente mirandonos fijaments y él me besa, mis labios no lo rechazan y solo me dejo llevar. Mis manos por instinto se colocan en su cuello, y mis piernas se enredan en su cintura.
Él suelta un gemido que me hace estremecer. Seguimos besandonos, el me quita la camiseta y empieza a besarme por encima del brasier.
Yo gimo de placer estaba más que excitada.
Pero unas imagenes se me vienen a la cabeza.
Empiezo a llorar y a golpear todo, lo arraño. John me mira extraño. Con la llema de su dedo limpia mis lagrimas.
Yo me levanto de la cama. Me sentía sucia y vacía otra vez. Menuda sorpresa. Cierro los ojos las lagrimas siguen cayendo por mi rostro. Dios.
Salgo al balcón. Estaba en sujetador, pero el frío que sentía no era ese. Era uno mucho más duro y poderoso. Entrecierro los ojos intentando olvidar esos recuerdos.
-Erin, lo siento. No debimos haber hecho eso...Lo siento, de verdad. -Dice John disculpandose.
Yo aparto sus manos de su cuerpo. No se lo que hacía pero ningún hombre podía tocarme en estos momentos.
-La que lo siente soy yo John, estoy podrida. Te mereces a una mujer mejor. -Digo intentando parar de sollozar en silencio.
-No digas tonterías, Erin. Entra para dentro. -Dice con una sonrisa.
Yo lo miro frunciendo el ceño, el simplemente me coloca una sabana encima.
Una sonrisa se asoma por mi rostro. Era un buen hombre.
Obedecí, callada me metí en la cama. Él ya dormía en el suelo.
Me acomode en su cama. Dios, me sentía tan mal por él.

Casada con el Sr. ArroganteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora