Blake
Apenas podía recordar a la perfección la noche de ayer, intentaba recordar aunque fuese con un poco de claridad mientras miraba el techo blanco de mi habitación, solo quería recordar un poco más de lo que ya lo hacía. Los fragmentos de anoche son confusos incluyendo los que tengo de un chico de cabello cobrizo castaño, delgado y bonito, demasiado bonito, recuerdo beber un poco con él, su risa y como coqueteaba conmigo y lo siguiente que recuerdo es que el chico desapareció y se quedaron conmigo las miradas y sonrisas coquetas, como un pequeño zorro que te sonríe con astucia y se mueve con elegancia, mi siguiente recuerdo es llegar a casa prácticamente en estado bulto por no decir inconsciente, tenía suerte de que mamá no me haya escuchado llegar porque regresaba hoy domingo de un viaje express.
Suspiro tomando mi celular para mirar las notificaciones que he estado ignorando desde que desperté, la mayoría era de mi chat grupal con mis amigos, uno que otro mensaje de otro chat con otro grupo de amigos y algunos mensajes del grupo que tengo de mis hermanos, algunas de instagram de historias en las que fui etiquetado que no tengo ganas de ver.
—¿Blake? — la voz de mi hermano menor me sacó de mis pensamientos y me apoyó en los codos para ver la puerta ligeramente abierta y su cabellera rubia asomarse.
sonrío y sus ojos verdes me piden permiso para entrar a mi cuarto, asiento y con un movimiento de mi cabeza le digo que entre, deja la puerta abierta y corre tirándose sobre de mí, lo recibo y dejó que el impulso nos tire hacia la cama, Charlie podrá tener diez años, pero para mí sigue siendo ese pequeño e indefenso bebé que llegó cuando menos lo esperábamos porque la diferencia de edad entre él y el resto de nosotros es grande.
—Charlie, un día de estos te vas a caer por entrar así. — le regañó y se que no ve a tomar en serio porque le estoy sonriendo. — Lo digo en serio.
Él sólo ríe y me mira con admiración, sólo tiene nueve años, casi diez y para él soy como una clase de superhéroe al que tiene que admirar y seguir, me pregunto si esa admiración se iría cuando sepa mi mayor secreto.
—No me voy a caer. Estás tú para evitarlo. — me responde seguro de que siempre lo voy a atrapar, a salvar. Sonríe mostrando su colmillo faltante. — Anoche tuve una pesadilla y no estabas.
—¿Tuviste una pesadilla? — pregunto para que me cuente, el remordimiento de haberme ido de fiesta llega más rápido de lo que pensé. Charlie asiente en respuesta — Lo lamentó, ¿Quién te protegió de la pesadilla?
—El señor gruñidos.
—Muy bien, que bueno que él... espera ¿no Señor gruñidos es el gato de la vecina de al lado? — no espero su respuesta — Charles, la vecina necesita esa compañía, la pobre mujer tiene setenta y cuatro años y vive sola.
Me responde con un bufido, por molestarlo llevo mi mano a su cabello para revolverlo con tal de que me mire pero en vez de eso se comienza a quejar.
—¡No me estas despeinando! — me pide mientras me lanza manotazos, solo me río y sigo revolviendo — ¡Basta! No hablaba de su gato, ese gato me odia desde que no le pude dar atún en medio de la noche.
Charlie tenía la manía de que si el gato de la vecina brincaba a nuestro patio trasero le daba una lata o bolsa de atún, por lo que el gato blanco se dejaba agarrar por mi hermanito, parecía que lo quería; hasta que un día el gato vino a pedir comida en medio de la noche llorando y maullando en la ventana de mis padres y de alguna manera llegó hasta la ventana de Charlie pero en el proceso levantó a todos. Mamá no dejo que Charlie salga a darle de comer al gato, así que para espantarlo empezó a decir "shu" y a darle empujoncitos.
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El chico de las cicatrices
Jugendliteratur¿Quién podría amar a un chico con cicatrices?