Capitulo 3. Confianza

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Hazel

Ya había pasado tres semanas desde el inicio del curso y a pesar de las quejas de Kimberl, Quinzel había ganado y ahora yo era parte del "pequeño" grupo de amigos y esperaba que se notara que hacía todo mi mejor esfuerzo para no discutir con Kimberly o con la propia Quin y que toleraba a mis nuevos compañeros y "amigos", aunque si lo pensaba un poco más lo correcto sería decir que toleraba a cierto dúo de amigas en particular porque esos tres chicos me agradaban bastante.

Descubrí que compartía solo tres clases y el club de arte con Blake y no admitiría consciente o en voz alta que me parecía injusto, tenía varias razones para considerarlo así y es que el chico es agradable, platicador pero no excesivo, inteligente, atento, es un buen escucha y ¿por qué no admitirlo? Todo un regalo al ojo humano, es guapo y tiene un excelente cuerpo que el estupido uniforme no le hace justicia. Tampoco admitiría que me gusta compartir clases con él, pero la realidad es que en solo una clase estábamos nosotros dos solos y quién puede olvidar el club donde somos nosotros dos sin el grupo de amigos; las otras dos las compartimos con todo el grupo de amigos y la segunda con Kimberly, Dan y Jack y no es tan malo... si no fuera por Kimberly. El resto de mis clases tengo una más solo con ella y fingimos no conocernos, algunas otras dos a la semana solo con Quinzel y Dan y Jack y solo en dos soy solo yo contra el mundo.

Supongo que es algo de este tipo de escuela porque en mi anterior escuela era un solo grupo para todas las materias.

Mientras esté estudiando en el Colegio Saint Olga de Nueva York una de las escuelas de élite en toda Nueva York, un edificio bastante grande y con arquitectura antigua y con una azotea bastante bien escondida por la fachada del colegio que la esconde de la vista de otras personas desde la calle; mi rutina consistía en convivir con todo el grupo del que ahora era parte, comía con ellos, pasaba horas libres con ellos y estudiaba con ellos y al inicio no fue por voluntad propia. Quinzel me había obligado a ser parte de ellos porque:

Eres parte de este mundo, naciste en una familia como las nuestras. — la había mirado ofendido y molesto y estuve a punto de recordarle como es mi vida a pesar de tener el gran honor de tener a Jacob en mi vida pero ella agregó — No hablo solo de la familia de tu padre sino también de la tu mamá. Vamos sonríe Haz.

No sonríe, al menos no le di una sonrisa honesta. Le regale una de esas tantas sonrisas falsas que sabía dar. Después de convivir con ellos en la escuela, regresaba a mi realidad. A mi barrio a hacerme cargo del desastre que haya dejado mi madre y a buscar un segundo empleo para poder pagar la renta de este mes porque estoy seguro que Mamá Gretta no perdonaría otro atraso en la renta.

Y al menos la suerte me había sonreído un poco estas últimas semanas ya que no me había topado aún con Erick, no canto victoría... aun. Y tampoco había tenido que lidiar con Mike, había estado de bastante buen humor las últimas tres semanas y bastante agradable, pero eso solo significaba una cosa y es que ese bello periodo de paz terminaría pronto y tenía que prevenir la tormenta para mantener las apariencias y no tener a Sabrina encima mío como cada vez que la tormenta hacía sus destrozos.

Volviendo a mis amigos (aún no los considero así, al menos no al cien por ciento), me parece divertido como sus personalidades son tan diferente sy han logrado congeniar y compaginar tanto, por ejemplo Dan y Jackson son demasiado conversadores y espontáneos y agradables aunque a niveles muy distintos. Jackson es demasiado energético y Dan suele ser más mesurado aunque los dos hacen una excelente complicidad, pero mi compañía favorita durante las horas de clases y que nunca admitiría en voz alta es Blake, no siempre está conversando, a veces parece demasiado metido en su propio mundo dentro de esa cabeza suya.

Blake tiene algo particular que hace que disfrute su compañía, no se si es que podemos estar en silencio y no es incómodo o molesto en donde él está dibujando y yo leyendo o escribo algo en mi cuaderno y el lee algo sobre arte, que solemos platicar y bromear sin llegar a ser molestos o pesados, compartimos tiempo en la azotea fumando o simplemente en silencio cada quien en lo suyo, pero porque siempre tiene que existir uno y es que empezaba a gustar eso y no puede gustar ni sentirse tan cómodo simplemente estar en compañía de alguien que solo conozco hace tres semanas.

El chico de las cicatricesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora